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Alfons Nonell (Mind the byte): “Las grandes empresas no se quieren quedar atrás porque cualquier día Google o Amazon harán medicamentos”

El director general de Mind the Byte, compañía española especializada en bioinformática, cree que los datos son generalmente “el gran cuello de botella” del sector farmacéutico porque “cuesta mucho obtenerlos”.

A.Escobar

10 ene 2019 - 04:58

Alfons Nonell (Mind the byte): “Las grandes empresas no se quieren quedar atrás porque cualquier día Google o Amazon harán medicamentos”

 

Alfons Nonell es el consejero delegado de Mind the Byte, start up española especializada en bioinformática, desde enero de 2011. Licenciado en Farmacia por la Universitat de Barcelona y máster en Química Computacional por la Universitat Rovira i Virgili, el directivo sostiene que “con los modelos computacionales el tiempo de desarrollo de los medicamentos se puede reducir a la mitad”.

 

 

Pregunta: ¿El mercado de la bioinformática en España se encuentra en una fase incipiente? ¿Cuál es su margen de recorrido?

Respuesta: Es un mercado que no es nuevo, ya que hay empresas que llevan trabajando en este sector más de una década. Hay muchos clientes, el problema es que no todos están acostumbrados a utilizar modelos computacionales para diseñar moléculas. Hay farmacéuticas a las que quizás les cuesta un poco más adquirir esta tecnología u otras que no la tienen todavía interiorizada en su estructura. No se trata de un mercado maduro en comparación con otros países, por tanto, el recorrido de compañías proveedoras de esta tecnología es muy largo.

 

P.: ¿Qué otros países están bien posicionados en bioinformática o medicina de precisión?

R.: Como países referentes en bioinformática y diseño computacional de fármacos destacan Estados Unidos, especialmente en la zona de Boston y Massachussets, y Reino Unido (Londres y Cambridge). Son mercados más maduros y avanzados, donde las empresas cuentan con mucha más inversión que en España.

 

P.: ¿Hasta qué punto los datos, la tecnología, pueden optimizar el desarrollo de un medicamento?

R.: Si se dispone de un modelo computacional que permite ver cómo pueden interaccionar una molécula y una proteína se pueden hacer, por ejemplo, previsiones acerca de lo que ocurrirá en fases clínicas. Los datos son generalmente el gran cuello de botella del sector porque cuesta mucho obtenerlos.

 

 

 

 

P.: ¿Optimizar significa solamente reducir costes?

R.: No únicamente. Una farmacéutica busca aminorar costes, es decir, que llevar el medicamento al mercado resulte más barato, que en la actualidad ronda un precio medio de 2.000 millones de dólares. El tiempo es otro factor clave, intentando reducir la cifra de quince-veinte años que supone el desarrollo de una molécula o proteína, así como minimizar el riesgo, porque aproximadamente el 90% de los medicamentos caen en la fase clínica.

 

P.: ¿La reducción de costes puede afectar a la calidad del producto?

R.: En positivo, es decir, en mejorarlo. Cuando se lanza un medicamento al mercado antes se llevan a cabo ensayos clínicos (que se prueban con personas sanas, personas enfermas, se compara con placebo) y hay casuísticas que quizás no se han tenido en cuenta previamente. Si se optimiza con anterioridad y se realizan una serie de predicciones se puede avanzar en posibles efectos adversos. La reducción de costes hará que los medicamentos lleguen antes al mercado y de una forma más segura. En los últimos años se observa como cada vez se invierte más en nuevos fármacos, pero llegan menos a comercializarse. Lo que sucede es que se exige una mayor seguridad.

 

P.: ¿Dónde puede llegar la industria farmacéutica con esa mayor optimización?

R.: Podría haber, por ejemplo, curas para enfermedades no resueltas hoy día. Los medicamentos que llegan al mercado son siempre seguros, pero con la predicción y la computación se puede afinar aún más.

 

 

 

 

P.: ¿En cuánto calcula que se pueden reducir los tiempos en el desarrollo de un medicamento con el uso de la bioinformatica? ¿Qué afectación tiene en los costes?

R.: Con los modelos computacionales, el tiempo de desarrollo de los medicamentos se puede reducir a la mitad, pero también te obliga a no perder el tiempo e invertir en lo realmente necesario. El coste es menor, y según algunas aproximaciones y siempre en términos generales, porque no es lo mismo lanzar al mercado un analgésico que un anticáncer, el ahorro en el desarrollo del fármaco puede ser de hasta un 40%.

 

P.: ¿Qué opinión tienen las grandes empresas farmacéuticas cuando escuchan el concepto de bioinformatica? ¿Se muestran receptivos a estudiar nuevos métodos o sin embargo son reticentes?

R.: Las grandes compañías farmacéuticas están aplicando química computacional desde hace años. No obstante, en el sector ocurre un paradigma, porque a las empresas que lo conforman les cuesta mucho adquirir nuevas tecnologías. Pero no se quieren quedar detrás porque cualquier día Google o Amazon harán medicamentos.

 

P.: ¿Más allá de la colaboración con grandes compañías farmacéuticas, las start ups del sector salud pueden sobrevivir por sí solas?

R.: La colaboración con las farmacéuticas tiene que ser estrecha. Una opción es crecer a partir de pequeñas empresas, haciendo economía de escala, y la otra es acabar haciendo proyectos para grandes farmas, donde cabe la posibilidad que alguna de estas grandes multinacionales acabe absorbiendo la start up.