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Armando Cuesta (Abante): “La gran epidemia de este siglo será afrontar el aumento de una sociedad envejecida”

El gestor de Abante Biotech asegura que el sector life sciences y biotecnológico debe conseguir que las personas mayores puedan mantenerse activas e independientes durante más años.

D. Punzano

12 nov 2020 - 04:58

Armando Cuesta (Abante): “La gran epidemia de este siglo será afrontar el aumento de una sociedad envejecida”

 

Armando Cuesta es el gestor de Abante Biotech, un fondo español de gestión activa que invierte en empresas cotizadas de biotecnología o ciencias de la vida. Cuesta considera que, debido al incremento de la sociedad envejecida, este problema “será la gran epidemia de este siglo”. El gestor cree que el sector life sciences y biotecnológico debe conseguir que la sociedad más mayor pueda mantenerse activa e independiente.

 

Pregunta: ¿Qué sector de la salud es el más beneficiado y atraerá más capital tras la pandemia?

Respuesta: La pandemia ha beneficiado al sector de la salud en general. Las áreas más beneficiadas son las del diagnóstico médico, la tecnología médica y el life sciences. Todas las empresas que centran su actividad en el diagnóstico molecular de enfermedades infecciosas o investigan en desarrollar medicamentos para curar y evitar la infección están atrayendo más interés. El ejemplo más claro es Novavax, que ha elevado notablemente su cotización, y también Moderna en Estados Unidos. El sector healthcare también se ha visto beneficiado. Se ha puesto el foco en él cuando hasta ahora era un poco denostado en Europa. Se ha impulsado la gestión del paciente en remoto y, en el caso del life sciences, se ha puesto el foco en enfermedades infecciosas y el desarrollo de tratamientos del Covid-19 y maneras de prevenir la enfermedad.

 

P.: ¿Por qué se encontraba en esa situación el sector healthcare y de enfermedades infecciosas?

R.: La sociedad piensa que el sector de las enfermedades infecciosas ha sido un área relativamente olvidada por los inversores y no se comprende ni por parte del mercado ni de la opinión pública. Si una compañía es exitosa en este sector, deja de tener pacientes y sólo genera beneficios durante el tiempo que dura la patente. El área de enfermedades infecciosas es contraproducente, porque los proyectos exitosos al final pierden el paciente tratado. A causa de la pandemia, se han establecido una serie de marcos público-privados que han aumentado el interés por parte de la industria farmacéutica en desarrollar medicamentos en el área de las enfermedades infecciosas. Se han creado numerosas ayudas públicas, porque hasta ahora el sector no ponía interés en esta área. El sector de enfermedades infecciosas tiene escasos beneficios.

 

P.: ¿Cómo cambiará y transformará la crisis sanitaria la industria farmacéutica?

R.: La industria farmacéutica cambiará en varios frentes. En el frente social, en Europa el life sciences y el sector biotecnológico no se conocía hace unos años y esta crisis ha puesto de manifiesto que son áreas dedicadas al desarrollo de la humanidad y afronta problemas como el actual, que volverá a ocurrir. La pandemia era previsible, porque ya pasó con la gripe porcina y el ébola. La sociedad ha entendido que el sector biotecnológico es muy importante para hacer frente a amenazas como el Covid-19.

 

 

P.: ¿Y respecto a los inversores?

R.: Los inversores generalistas europeos han dado un paso atrás y han pensado en apoyar el sector biotecnológico. Es un sector con alta rentabilidad y que tiene un carácter de impacto de inversión responsable muy importante. La pandemia ha servido para redimir la imagen de la industria farmacéutica que tiene la sociedad. La gente veía con recelo las prácticas de generar dinero desarrollando medicamentos y con la crisis sanitaria ha entendido que es una industria necesaria para el desarrollo de fármacos. En términos regulatorios, se están impulsando los ensayos clínicos adaptativos, mediante los cuales se fomenta la creación de nuevos ensayos clínicos que permiten, en tiempo real y sin riesgos, cambiar las dosis administradas. Esta decisión agilizará los tiempos de desarrollo de los ensayos clínicos y mejorará la eficiencia de la industria farmacéutica.

 

P.: ¿Qué retos de la salud se verán acelerados por la pandemia? ¿Quiénes lo financiarán?

R.: Un reto muy importante, del que nadie habla y es fundamental, es la cadena de suministro. La cadena de suministro de medicamentos y material médico es un reto que solventar, ya que está muy fragmentada y depende demasiado del sudeste asiático. El procedimiento no estaba bien organizado por si alguna parte del procedimiento fallaba y es un claro déficit. Es importante tener suministros estratégicos por si ocurren situaciones como la actual crisis sanitaria y buscar la manera para no depender tanto de China. Otro reto es el de afrontar la saturación por parte de los sistemas de salud y mantener el estado de bienestar en los próximos años. El sector de life sciences y biotecnológico debe conseguir que la sociedad envejecida pueda mantenerse activa e independiente. 

 

P.: ¿De qué forma se verá afectada la financiación público-privada en el sector de la salud?

R.: Ha habido varios acuerdos durante esta pandemia que han demostrado que la colaboración público-privada es fundamental para el desarrollo de la industria farmacéutica. Sin una colaboración estrecha para que las empresas tengan unas bases para sacar rentabilidad a sus medicamentos, será muy difícil desarrollar fármacos. Las enfermedades infecciosas son un riesgo fundamental al que se enfrenta la humanidad y, si no se ponen los incentivos necesarios, poco va a hacer la industria farma para desarrollar estos medicamentos. En España y Europa hay muy buena ciencia, pero no somos capaces de dar ese salto del laboratorio al modelo de la creación de una empresa privada para llegar al mercado.

 

P.: ¿Faltan mecanismos de financiación en España?

R.: Sin lugar a dudas. La cantidad de dinero público que se dedica por parte de Estados Unidos a empresas del sector salud es mucho mayor que en los países de Europa. Allí tienen mayores recursos económicos y existen más fondos especializados en biotecnología. En Estados Unidos hay cerca de cien fondos, mientras que en Europa hay cuatro o cinco. Esto se debe a que el mercado de la industria farmacéutica en Europa está regulado y los precios son impuestos. Un libre mercado permite un mayor rédito de su inversión, a pesar de que también conlleva un mayor riesgo. Esta es la razón histórica por la que el sector en Europa ha despertado poco interés por parte del inversor privado. La FDA establece el marco regulatorio, mientras que aquí cada país tiene su propia agencia y esto hace que tanto en términos financieros como regulatorios sea más ineficiente el mercado europeo que el americano.


 

P.: ¿En qué situación se encuentra el panorama de fondos españoles del sector biotecnológico y hacia dónde va?

R.: En España existen principalmente fondos venture capital que invierten en life sciences. Se impulsan empresas con investigaciones preclínicas. En esta fase es donde invierten los fondos como Ysios Capital, Inveready o Caixa Capital Risc. Pocos más que estos tres fondos hay a nivel nacional y son fondos de venture capital a nivel preclínico, que conllevan mayor riesgo. Fondos venture capital hay varias decenas en Europa, pero el número siempre será menor que en Estados Unidos. En el futuro habrá mayor demanda y más competencia en Europa por la creación de este tipo de activos. En los próximos diez años el sector crecerá en todos los aspectos.

 

P.: ¿Cuenta España con un ecosistema adecuado para el buen desarrollo de compañías biotecnológicas en comparación con otros países de Europa?

R.: La triste realidad es que, a pesar de que en España hay centros de investigación especializados y con buenos profesionales, sólo es una parte de la ecuación para llevar a mercado un medicamento. España y Europa adolecen, a excepción de países nórdicos, de un sistema integral que le impide comercializar un producto desarrollado en un laboratorio. Tanto es así que muchas empresas intentan incluso, cuando constituyen la compañía, crear una subsidiaria y cotizar en Estados Unidos porque allí el sistema es más eficiente. España y Europa no tienen los recursos financieros ni regulatorios que tiene Estados Unidos.

 

P.: ¿Cree que la pandemia ha aupado al sector de la salud?

R.: Sí, ha generado mucha atracción de capital. Se estima que han entrado más de 60.000 millones de dólares en life sciences. Durante los últimos cinco años se ha hablado mucho del cambio climático como una de las nuevas amenazas, pero creo que se ha dejado de lado algo tan importante como la aparición de un problema como una epidemia y la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Además, una población envejecida como la actual en Europa hará que haya una lacra y epidemia de enfermedades neurodegenerativas. Esta epidemia ha permitido poner en el foco una amenaza que la sociedad había dejado de lado, como la aparición de microorganismos que han cambiado el mundo entero. La gran epidemia de este siglo será afrontar el problema del incremento de una sociedad envejecida.