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B. Lobato (EY): “Por primera vez, el sector provisor tiene fuerza para negociar de tú a tú con el asegurador”

Baltasar Lobato es socio responsable de Health and Life Sciences de la consultora EY en España. Lobato es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela y máster en Salud Pública y Gestión Sanitaria por la Escuela Andaluza de Salud Pública.

A. Escobar

30 nov 2017 - 04:55

B. Lobato (EY): “Por primera vez, el sector provisor tiene fuerza para negociar de tú a tú con el asegurador”

 

Pregunta: Usted ha advertido de que la salud se encuentra ante un cambio de paradigma. ¿Cómo será el nuevo contexto?

Respuesta: El coste por paciente va a llegar a un nivel que con un modelo como el que tenemos en la actualidad, que está muy centrado en la patología crónica y en el hospital, no va a ser sostenible. Debe haber un mayor foco en la atención a la cronicidad, sacándola del hospital, centrándola en la atención primaria, y con muchas actuaciones de carácter preventivo. Otros elementos clave y a tener en cuenta son la integración sociosanitaria y la transformación digital, utilizando herramientas como el big data, la telemonitorización o la medicina preventiva.

 

P.: ¿El sistema sanitario español es sostenible a largo plazo? ¿Qué hay que modificar y cuál es el papel que debe de jugar la privada?

R.: El modelo sanitario actual, que está muy focalizado en el paciente agudo, tiene que cambiar. Al sistema sanitario le ocurre lo mismo que a la Seguridad Social, donde cada vez las bolsas de las pensiones están más vacías. Para ese cambio, la medicina privada es relevante. España invierte en salud alrededor del 9% de su producto interior bruto (PIB), y de ese porcentaje el 30% corresponde a sanidad privada. Además, cada paciente asegurado en una mutua privada está suponiendo una descarga, un ahorro, para el Sistema Nacional de Salud (SNS) de 1.400 euros año.

 

P.: ¿El sistema gerencial en la sanidad pública es óptimo? ¿Se necesitan cambios?

R.: Para determinados servicios y hospitales el modelo de gestión pública ha demostrado ser óptimo, pero también lo ha hecho la colaboración público-privada. No me decanto por un sistema u otro, sino que la elección dependerá de las necesidades concretas.

 

P.: A nivel tecnológico, ¿España está bien posicionada en salud? ¿En qué nos diferenciamos con el resto de países?

R.: El nivel de implantación de historia clínica en España es de los mejores del mundo. El 100% de la sanidad pública en atención primaria cuenta con historia clínica y en la mayoría de los casos con receta electrónica. Estamos a niveles de los países nórdicos y por encima de Estados Unidos en ese sentido. Es necesario, no obstante, seguir avanzando. Los datos que están en las historias clínicas que tienen más de diez años y que abarcan a millones de españoles no están lo suficientemente explotados con tecnología de analítica avanzada.

 

 

 

 

P.: ¿Podemos considerar a España una potencia en turismo sanitario? ¿En qué subsectores dentro de la industria?

R.: Distingo entre el turismo para la salud y la salud para el turismo. En este segundo ámbito, que hace referencia a la atención sanitaria de los turistas, somos de los países del mundo con unas mejores prestaciones. España es una potencia en sectores como el de la estética, o trasplantes, por ejemplo.

 

P.: ¿El sector sanitario está demasiado concentrado o, al contrario, se puede hablar de atomización?

R.: Hace cuatro años estaba atomizado, pero actualmente no. Destacan grupos como Fresenius o Vithas. Por primera vez el sector provisor privado ha tenido fuerza para negociar de tú a tú con el sector asegurador.

 

P.: ¿Es una industria interesante para la inversión privada?

R.: Viendo los movimientos de grandes grupos internacionales, es una industria atractiva y rentable. En muchas ocasiones son estas empresas privadas pioneras en la innovación tecnológica sanitaria.

 

P.: ¿Cómo valora el estado de salud del sector farmacéutico en España?

R.: Se están creando lo que se denominan los profesionales de acceso al mercado, que no tratan con médicos, sino con gestores públicos. El tratamiento de la hepatitis C vale 40.000 euros por persona. Hay que replantearse cómo va a ser capaz el sector público español de pagar la cura de cerca de cerca de un millón de pacientes si el coste es más que el presupuesto en medicina que hace el resto del sector salud.

 

P.: ¿Cómo impacta en el sector de la farmacología y en el de la sanidad en general que Barcelona se haya quedado sin albergar la próxima sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA)?

R.: Un drama. La industria farmacéutica europea es muy potente y precisamente tiene que pasar por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para obtener autorizaciones, para definir precios de referencia o para validar nuevos productos. Se pierden, de antemano, más de 1.000 trabajados en el sector farma. En España contábamos con una alternativa como es Málaga, que con lo sucedido en Cataluña últimamente, podría haber sido más inteligente hacer más énfasis en la ciudad andaluza.