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Cristina Contel (Ceoe): “El sistema sanitario español no es viable sin la colaboración de la privada”

La presidenta de la Comisión de Sanidad de la Ceoe apunta que se deberían establecer unas reglas de juegos para el plan de vacunación en las que se consensúen los objetivos con las distintas regiones.

D. Punzano

29 abr 2021 - 04:58

Cristina Contel (Ceoe): “El sistema sanitario español no es viable sin la colaboración de la privada”

 

La colaboración público-privada es la resolución más efectiva contra la pandemia. Así lo cree Cristina Contel, presidenta de la Comisión de Sanidad de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe), que considera que el sistema sanitario español, y cualquiera de la Unión Europea, “no es viable o sostenible sin la colaboración de la privada”. La que fuera presidenta de la Alianza de la Sanidad Privada Española (Aspe) hasta noviembre de 2019 lamenta que algunas comunidades autónomas hayan levantado hospitales de campaña teniendo hospitales privados al lado.

 

Pregunta: ¿El papel de la sanidad privada para hacer frente a la pandemia ha correcto?

Respuesta: Si nos centramos en la primera ola, el sector sanitario privado fue el primero en ofrecerse ante esta crisis. Se puso a disposición del Gobierno de España y de las comunidades autónomas. La primera oleada fue cruenta porque se tomaron más medidas drásticas. Se paralizó la actividad programada de consultas y los tratamientos de rehabilitación y se cerraron los quirófanos. Los ingresos fueron nulos mientras que, por el contrario, se invirtió en infraestructuras, departamentos y aislamiento, además de productos y material. Urgencias, aunque no estaban cerradas, estaban paralizadas por temor al contagio en un centro sanitario y registraron caídas de entre un 75% y 85%.

 

P.: ¿Qué supuso esta situación en la salud de los pacientes?

R.: Que se dispararon algunas patologías y muertes, mayoritariamente relacionadas con accidentes cardiovasculares o cerebrovasculares. Además, se paralizó la atención de los pacientes crónicos, agravando todas sus patologías y provocó el incremento y acumulación de las listas de espera. Todo el empresariado sanitario y social hemos realizado contrataciones adicionales de plantilla. El único sector que ha incrementado sus plantillas en 2020 respecto a 2019 es el sanitario y social. El 93% de los centros sanitarios privados no han aplicado expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) y han acometido una inversión importante en recursos humanos, lo que le ha convertido en el primer caballo de batalla.

 

P.: ¿Se ha tenido en cuenta el papel de la sanidad privada en la pandemia por parte de las administraciones públicas?

R.: La inversión, el esfuerzo y la puesta a disposición de la sanidad privada en esta crisis de salud pública no se ha tenido en cuenta por parte de algunas comunidades autónomas y algunas incluso lo han ignorado. Se han levantado hospitales de campaña teniendo hospitales privados al lado. En otras regiones, han utilizado recursos humanos y materiales de la privada. Algunas comunidades autónomas han dejado participar al sector privado y otros se han servido de ellos sin que tomara decisiones. Otras sí la han tenido en cuenta, han reconocido su papel y la resolución de la pandemia ha sido más efectiva.

 

 

 

 

 

P.: ¿Cree que ha cambiado la percepción de la sociedad sobre la sanidad privada con el Covid-19?

R.: Ha cambiado la percepción porque la sanidad privada ha tenido un papel importante. El ciudadano, que puede estar mediatizado por comunicaciones o posicionamientos ideológicos, ha visto que se hacía un frente común. Los trabajadores de la privada son profesionales sanitarios que se han formado y tienen la misma capacitación que los de la pública. La sanidad privada atendió el 28% de la actividad asistencial del Covid-19 y el 26% de la actividad asistencial urgente del Covid-19.

 

P.: ¿Se ha recompensado económicamente la puesta a disposición de la sanidad privada durante la pandemia?

R.: Comunidades autónomas como la Comunidad de Madrid, Cataluña, Andalucía, Canarias y Murcia, que suman más de la mayoría de la población española, han reconocido e iniciado procesos de compensación. El País Vasco continúa neutro. Otras como la Comunidad Valenciana, Galicia y Castilla y León han tomado otros derroteros. En las comunidades autónomas donde no se han iniciado estos procesos, se han comenzado procedimientos para pedir las recompensas.

 

P.: ¿Qué sucede con las comunidades autónomas con las que aún no se han alcanzado acuerdos?

R.: Estas comunidades autónomas tendrían que tomar ejemplo de las regiones que han iniciado los procesos de compensación. No sólo son por la actividad que dejó de hacer el sector privado, es también por la actividad que realizó.

 

P.: ¿Qué papel debería tener en el plan de vacunación?

R.: En el plan de vacunación entramos en la disyuntiva de las diferencias entre unas comunidades autónomas y otras. Apelamos a la homogeneización de criterios, no de centralización. Respetando a las consejerías autonómicas y al Ministerio de Sanidad, deberíamos establecer unas reglas de juegos en las que se consensúen los objetivos y que cada comunidad autónoma los desarrolle. No podemos encontrarnos con diecisiete interpretaciones distintas. La Comunidad de Madrid, Cataluña o Canarias ya han informado que van a contar con la sanidad privada. Hay otras que han relegado al sector sanitario privado y hay una realidad indiscutible y es que el plan de vacunación necesita la implicación de todos los sectores empresariales y no empresariales sanitarios y acreditados. No tiene sentido discriminar a los profesionales sanitarios entre públicos o privados.

 

 

 

 

 

P.: ¿Cómo se puede mejorar la relación público-privada en sanidad?

R.: La pandemia ha puesto en evidencia que la colaboración público-privada, que abanderamos, es necesaria con carácter habitual. Ni el sistema sanitario español, o de cualquier estado de la Unión Europea, es viable o sostenible sin la colaboración del sector privado. El 30% de la actividad del sistema sanitario lo realiza el sector privado. La colaboración público-privada es algo tan natural a pesar de los negacionistas que hablan de privatización. Si esta colaboración se valora en términos que ha desmoronado el sistema es lamentable.

 

P.: ¿Cómo puede ayudar la sanidad privada a aligerar las listas de espera?

R.: Ya teníamos un importante cuello de botella con las listas de espera. Si atendemos a los datos, las listas de espera se han reducido en 2020. Esto no ha sido porque numéricamente sea así; si no porque al no diagnosticar, no entras en lista de espera. La única forma de paliar este problema, y se está haciendo en las comunidades autónomas, es colaborar con la sanidad privada.

 

P.: ¿Qué medidas se deben tomar para reactivar el sector sanitario privado?

R.: En el ámbito de reestructuración y horizonte 2025, urge llevar algunas prácticas con carácter inmediato. Problemas como la escasez de profesionales, la homogeneización de los criterios de las comunidades autónomas, la falta de asociación y la colaboración público-privada hoy son más urgentes que nunca. Para mitigar el cierre de hasta 3.000 centros clínicos, proponemos varias medidas. Necesitamos una visión integradora y omnicomprensiva. Se deben impulsar las medidas de incentivación económica como la exención del IVA en productos y materiales sanitarios. Siendo cortoplacista, necesitamos cinco años para invertir en tecnología, medicamentos y vacunas, transformación digital e innovación. En desgravación fiscal, los ciudadanos con doble cobertura deben poder realizarla. Por otra parte, es incomprensible que con el déficit de profesionales sanitarios a los que trabajan en la privada se les inhabilite para trabajar en el ámbito público.