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David Cantarero (Unican): “El Covid-19 ha reabierto heridas que no habían cicatrizado”

El doctor en Economía y experto en economía aplicada de la Universidad de Cantabria cree que la pandemia ha polarizado la sociedad afectada por la anterior crisis.

J.Vera

10 feb 2022 - 04:56

David Cantarero (Unican): “El Covid-19 ha reabierto heridas que no habían cicatrizado”

 

Llueve sobre mojado. Los efectos del Covid-19 han polarizado un sistema económico y una sociedad que no se había recuperado de la última gran crisis. Así opina el profesor titular de Universidad de Cantabria y responsable del grupo investigación y desarrollo (I+D) en economía de la salud del Instituto de Investigación del Hospital de Valdecilla (Idival), que subraya el peso de la salud mental y la obesidad en el gasto sanitario.

 

Pregunta: ¿La pandemia ha ampliado las desigualdades económicas en España?

 

Respuesta: La sociedad se ha polarizado y los estratos más bajos y los más altos se han separado. La última encuesta de población activa demuestra un incremento de los hogares sin ingresos en España, ha crecido la población en situación de subsistencia y las personas en riesgo de exclusión social ya se sitúan por encima del 26%. Se podría decir que el Covid-19 ha reabierto heridas que no habían cicatrizado.

 

P.: ¿El Covid-19 es el único responsable?


R.: El coronavirus no es el culpable de todo, ya que la crisis de 2008 tiene mucho que ver. El impacto ha sido mayor en aquellos sectores más vulnerables, concretamente en los sectores económicos que desarrollan labores físicas y no pueden teletrabajar. Mientras tanto, los sectores que han podido adaptarse y aplicar el teletrabajo se han visto menos afectados. De hecho, en algunos países europeos se llegó a plantear un impuesto extraordinario sobre estos últimos empleos con el fin de compensar la presencialidad.

 

P.: ¿Qué otras consecuencias deja la pandemia a escala sanitaria más allá del Covid-19?


R.: La realidad es que todavía no disponemos de suficiente evidencia empírica sobre cuantas son las enfermedades no diagnosticadas a causa de la pandemia. Se han podido cuantificar otras áreas, como los costes derivados de la salud mental. Respecto a este campo, anualmente en España cada ciudadano cuesta 253 euros al Estado. Los costes indirectos, como el absentismo o la falta de productividad laboral, son mucho mayores. En el extremo hay el tema de los suicidios, que se han incrementado un 7%. De hecho, 2020 se cerró con una cifra cercana a los 4.000 euros, una estadística inédita. El tema de los suicidios… en 2020 se cerró con una cifra cercana a los 4.000, una cifra jamás alcanzada.

 

 

 

 

P.: ¿Qué costes tiene esto para el sistema sanitario el incremento de la obesidad y los problemas coronarios derivados de esta?


R.: Es cierto que, a mayor pobreza, más obesidad. Aun así, también existen segmentos de renta elevados con mala alimentación. Las cifras dicen que un 44% de la población española aumentó de peso durante el confinamiento. Actualmente, seis de cada diez españoles sufren sobrepeso y uno de cada cinco es obeso. Estos extremos son algo inédito en España y cada vez estamos más próximos a otros países como Estados Unidos. Además, los costes sanitarios derivados de estas enfermedades ya alcanzan el 10% del gasto total en sanidad.

 

P.: ¿La población infantil sigue esta misma dinámica?

 

R.: La población infantil no muestra unos índices tan altos, pero los malos hábitos se transmiten entre generaciones, un hecho que puede generar una replicación de modelos a medio plazo.

 

P.: A escala global, ¿la innovación en los fármacos nos dirige hacia un futuro con un acceso más igualitario a la sanidad?


R.: Innovar significa mejorar un proceso. Si un tratamiento muestra un exceso de precio, motivado por la innovación, esto acabará provocando un problema respecto a un posible acceso igualitario. Para que la población pueda comprar fármacos a un precio más bajo, se debe recurrir a otro tipo de formulas donde habría que abogar por políticas menos proteccionistas.

 

 

 

 

P.: España es un país con una esperanza de vida larga, ¿qué factores explican esta circunstancia?


R.: La demografía sería como un transatlántico donde no se producen cambios a corto plazo. Es cierto que en los últimos años el Covid-19 ha alterado las cifras, pero el vivir más se ha democratizado. Esta circunstancia se explica gracias al sistema sanitario, que sigue actuando como un gran colchón. Además, España suele tener un buen nivel medio ambiental, lo que sumado a las condiciones genéticas de la población genera unas condiciones óptimas.

 

P.: Si España sigue con esta dinámica demográfica, ¿será sostenible un sistema sanitario como el actual?


R.: Casi todo es sostenible, otra cosa es ser solvente. Si la población sigue abogando por ello, se mantendrá. En Portugal existe copago y tiene un sistema nacional de salud muy parecido al nuestro. Yo soy optimista, si no cómo explicamos que el gasto sanitario español, en los últimos cuarenta años, ha crecido 3,2 puntos con relación al Producto Interior Bruto (PIB). Además, la demografía también permite que podamos ser previsores.