Fallece Ignacio López Eguilaz, directivo de DKV

Adiós a Ignacio López Eguilaz. El directivo de la aseguradora DKV, filial de la alemana Munich Re, quien fuera propuesto como consejero delegado de la compañía, ha fallecido en Jaén a la edad de 46 años.

López Eguilaz estaba de baja laboral desde el pasado abril y se debía incorporar a su puesto próximamente. El directivo fue nombrado consejero delegado de DKV en febrero, aunque no tomó posesión de su cargo, ya que un mes después la compañía abortó su nombramiento por “circunstancias sobrevenidas”.

Desde entonces y a la espera de que se nombre un nuevo consejero delegado, DKV está dirigida por un comité formado por tres altos ejecutivos de la compañía, según la propia empresa.

Ignacio López Eguilaz trabajó para compañías como Valeo y AXA

López Eguilaz era una figura muy conocida en el mundo del sector asegurador, ya que contaba con una trayectoria profesional de más de veinte años. Arrancó su trayectoria en Valeo y, posteriormente, se incorporó al grupo AXA en el año 2000, donde ocupó diferentes posiciones en los ámbitos de operaciones, márketing y comercial.

En 2018, López Eguilaz se sumó al área comercial de DKV como director de las Territoriales y de los Canales de Mediación y Venta Directa, siendo desde 2021 director del área de Seguros Generales y Vida. López Eguilaz era ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid y MBA por Iese.

En España, DKV está implantado en todo el territorio nacional con una amplia red de oficinas de seguros de salud, dental, decesos, hogar, vida, accidentes y viajes y consultorios, que dan servicio a dos millones de clientes.

DKV Seguros cerró 2022 con unos beneficios netos de 43,2 millones de euros, un descenso del 4,6% respecto al ejercicio 2021. Mientras que el beneficio de 2021 estuvo condicionado por la venta del Hospital de Denia.

La aseguradora cerró 2022 con unas inversiones de 582 millones de euros, cifra que supone un descenso interanual del 13%. Estos ajustes se deben a la revisión de la valoración de la cartera de renta fija que se sitúa en un 83% de los activos. El hecho de no tener que vender esas carteras el impacto de las bajadas de los bonos y las subidas de tipo de interés es muy limitado.