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Manel Peiró (Esade): “Nadie asume el riesgo de reformar el sistema sanitario”

El director del Institute for Healthcare Management de Esade y asesor sanitario considera que la sanidad debería orientarse más hacia la creación de valor para la sociedad que recibe los servicios.

A. Escobar

23 feb 2022 - 04:58

Manel Peiró (Esade): “Nadie asume el riesgo de reformar el sistema sanitario”

 

Para Manel Peiró, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y docente actualmente en Esade, uno de los principales problemas en sanidad se produce a la hora de acometer reformas, algo que tilda de “absolutamente impopular” y que “nadie quiere capitanear”.

 

Pregunta: ¿Qué virtudes y carencias tiene en estos momentos la sanidad española?

Respuesta: Lo mejor que tiene el sistema sanitario español es que provee una cobertura general a toda la población. La universalidad es, sin duda, una ventaja. La pandemia, además, ha puesto de manifiesto la excelente formación y la dedicación de los profesionales a su trabajo. Hay distintos puntos de mejora; la sostenibilidad futura del sistema es uno de ellos porque se consumen una infinidad de recursos. Los bajos salarios de los profesionales son otro hándicap.

 

P.: ¿No es sostenible el sistema?

R.: No es sostenible. Va tirando adelante como puede. Uno de los principales problemas se encuentra a la hora de acometer reformas, algo absolutamente impopular. No hay nadie que quiera capitanear ni asumir el riesgo de reformar el sistema sanitario, porque la lectura que se hace desde el punto de vista político es que va a quitar votos. No está bien resuelto qué cartera de productos ofrecemos ni cómo financiamos el coste de estas prestaciones.

 

P.: ¿Cómo es la gestión sanitaria en comparación con la de otros sectores?

R.: En el sector público, en general, hay una dosis de gestión superior a la que podemos encontrar en otros ámbitos o servicios. Desde el punto de vista de la gestión deseable, en sanidad hay un excesivo intervencionismo político, el sistema está absolutamente burocratizado y eso dificulta la toma de decisiones diarias. Los centros sanitarios deberían tener mucha más capacidad de tomar decisiones por sí mismos.

 

 

 

 

P.: ¿Hay más puntos negros?

R.: Difícilmente podemos esperar que se produzcan grandes cambios. Lo que podemos esperar es una repetición de las cosas. Nuestros centros funcionan de la mejor manera posible con la estructura que tenemos en estos momentos, una estructura de los poderes públicos que ejercen un control que no favorece la eficiencia y la utilización adecuada de los recursos en las instituciones sanitarias. La sanidad oscila, más o menos, entre el 35% y el 40% de los presupuestos de las comunidades autónomas y es un servicio muy valorado por la población. La respuesta que recibimos de las administraciones se rige por los mismos criterios que el último negociado de cualquier entidad pública o ayuntamiento por pequeño que sea. Hemos tenido el sistema cerca del colapso, si es que no ha colapsado, y la sociedad lo percibe.

 

 

 

 

P.: ¿La pandemia ha favorecido a las empresas del sector de la salud?

R.: En las primeras etapas de la pandemia, toda la cautela y burocratización excesiva a la que hacía antes referencia no sólo saltó por los aires, la rodeamos y saltamos por encima. Había una emergencia y necesidad evidente de disponer de productos y de tomar decisiones rápidas.

 

P.: ¿La percepción que tiene la sociedad de los profesionales del sector ha cambiado?

R.: En los primeros meses de la pandemia, cuando salíamos a aplaudir a las ocho de la tarde, había una conciencia colectiva muy importante de la contribución que estaban haciendo personas, que estaban arriesgando mucho. La sociedad lo valoró, pero no ha tenido consecuencias superiores.

 

 

 

 

P.: ¿Los cambios que puedan producirse en salud van a venir más condicionados por los consumidores, por las empresas o desarrollos tecnológicos?

R.: No hay un único factor. Es complicado decir que va a influir más. Deberíamos potenciar más la colaboración público-privada. La premisa es añadir valor público, es decir, para la sociedad que va a recibir ese servicio. Orientarse hacia el valor en salud. Después está el concepto de uniformidad. Los ciudadanos tienen que recibir servicios con la mayor garantía de que sean de una calidad lo más similar posible, pero las instituciones que los prestan no son iguales.

 

P.: PlantaDoce cumple en 2022 cinco años. ¿Cómo se imagina el sector dentro de cinco años?

R.: Quiero pensar que vamos a vivir una mayor orientación hacia los resultados y el valor que aportan las prácticas sanitarias y que habrá una digitalización del mundo sanitario importante.