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Manuel Flores (UIC): “El sistema privado se verá beneficiado por un alargamiento de la vida laboral”

El investigador de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) cree que el alargamiento de la vida laboral puede tener repercusiones heterogéneas sobre el sistema de salud y dependerá, en gran medida, del tipo de empleo.

J.Vera

14 oct 2021 - 04:56

Manuel Flores (UIC): “El sistema privado se verá beneficiado por un alargamiento de la vida laboral”

 

El envejecimiento demográfico, la edad de jubilación y las pirámides de población son conceptos van de la mano. Además, el alargamiento de la vida laboral puede beneficiar a la sanidad privada. Así opina Manuel Flores, doctorado en Economía por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes de trabajar cómo profesor en la Universitat Internacional de Catalunya (UIC), Flores trabajó durante tres años en la Dirección de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). El investigador subraya que el coste extra para la sanidad pública “dependerá de la tipología de los trabajos”.

 

Pregunta: ¿El alargamiento de la vida laboral en España puede suponer un coste extra para el sistema sanitario público? 

 

Respuesta: Depende. Para el grupo de profesionales con trabajos considerados como menos exigentes y sin un desgaste físico remarcable, el alargamiento de la vida laboral puede llegar a tener implicaciones positivas en su salud. En estos casos, el hecho de permanecer activo representaría un ahorro para el sistema público de salud, a la par que la administración podría ahorrar en pensiones. Aun así, hay otras profesiones en las que, al ser más físicas, el aumento de la edad laboral puede ser perjudicial tanto para los trabajadores como para el sistema sanitario público.

 

P.: ¿El sector público saldrá más perjudicado que el privado en este supuesto alargamiento de la vida laboral? 

 

R.: El sistema privado se verá beneficiado por un alargamiento de la vida laboral por el efecto renta que produce en los trabajadores que posponen su jubilación. Estas empresas cobran por los servicios que dispensan, mientras que la sanidad pública no. En España, los datos que manejamos indican que la tendencia en el gasto en salud privada ha aumentado mucho desde 2008. Precisamente, este incremento coincide con un estancamiento en la inversión en sanidad pública.

 

P.: ¿Qué especialidades sanitarias sufrirán un mayor impacto como consecuencia de este alargamiento? 

 

R.: Las enfermedades del sistema circulatorio serán las principales afectadas ya que, a medida que nos hacemos mayores, son las que ganan más peso. Otro grupo que tendrá bastante importancia son los trastornos musculoesqueléticos. Por otro lado, en Alemania y Países Bajos también se observa un claro aumento del gasto sanitario en enfermedades de salud mental. Estas dinámicas ya empezaron antes de la llegada del Covid-19, sobre todo en el tramo de edad de los jóvenes.

 

 

 

 

P.: Si España sigue con esta dinámica demográfica, ¿será sostenible un sistema sanitario como el actual? 

 

R.: Tendremos que pagar más, ya sea a través de impuestos generales o copagos, para mantener el sistema sanitario actual, para mantener el sistema sanitario actual. Lo que está claro es que el porcentaje de mayores de 65 años, que son los que más recursos sanitarios consumen, va a aumentar mucho en España durante los próximos años e iniciar reformas será inevitable.

 

P.: ¿España debe seguir el ejemplo de algún país, o debe ser pionera?
 

R.: Una tendencia demográfica es difícil de revertir, pero la parte buena es que se puede anticipar bastante bien. Lo único que presenta cierta incerteza es la tasa de inmigración. Las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) proyectan que en 2050 el número de octogenarios se habrá duplicado, hasta alcanzar el 12% de la población total. Estas personas van a necesitar muchos cuidados sanitarios, pero también servicios de dependencia.

 

P.: ¿Qué alternativas hay ante un panorama así?


R.: El sistema puede enriquecerse a partir de una serie de aportaciones específicas. El ejemplo más claro sucede en los Países Bajos, donde se pueden hacer aportaciones específicas a seguros de dependencia que sirven para financiar y se financia esta parte de las ayudas futuras.

 

 

 


P.: ¿Alargar la vida laboral es una solución que tendrá que ser adoptada por todos los países a medida que sus condiciones de vida se incrementen? 

 

R.: Esta dinámica demográfica ya se observa desde finales de los noventa, sobre todo dentro del debate sobre el sistema de pensiones. El problema es si estos años que se ganan se viven con buena salud o no. Los estudios que disponemos en España indican que dos tercios de la vida más allá de los cincuenta será en condiciones correctas.

 

P.: ¿Hasta qué punto influye el género de la población en el coste para dependencia? 

 

R.: El proceso de emancipación de las mujeres ha alterado el panorama. Antes, generalmente, los cuidados de los mayores se realizaban de manera informal por las amas de casa. Actualmente, la demanda de cuidados formales, los que cuestan dinero, se ha incrementado. Además, en España se dedica muy poco dinero a dependencia y eso es un problema porque los servicios son de mala calidad, el importe de las prestaciones es bajo y se generan desigualdades.