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Manuel Lamela (Acountax): “¿Indemnizaciones en la sanidad privada? No son ONGs y no viven de la caridad”

El exconsejero de Sanidad del Gobierno de la Comunidad de Madrid y presidente del despacho de abogados Acountax cree que la sanidad privada necesita tener ingresos para cubrir los gastos y si la pandemia les genera un perjuicio económico o daño “pactar compensaciones”.

A. Escobar

15 oct 2020 - 04:58

Manuel Lamela (Acountax): “¿Indemnizaciones en la sanidad privada? No son ONGs y no viven de la caridad”

 

Manuel Lamela hace balance de esta segunda ola del Covid-19 que está afectando a España. El exconsejero madrileño de Sanidad y también letrado, con titulación en la Universidad CEU San Pablo, critica que el Gobierno central decidió “desaparecer del mapa en junio y trasladar el problema a las comunidades autónomas”.

 

Pregunta: Cierre de restaurantes y bares, la práctica deportiva suspendida en Cataluña, estado de alarma en Madrid... ¿De nuevo, el sistema sanitario español se verá sometido a un nivel de presión difícilmente asumible?

Respuesta: El sistema sanitario español dio el do de pecho en la anterior oleada y lo va a seguir haciendo en esta, lo que no quiere decir que la presión asistencial vaya a seguir creciendo y sea más difícil de gestionar teniendo en cuenta que ahora también llega la gripe estacional. La situación es complicada fundamentalmente por la gestión que se está haciendo de la situación y no por el sistema sanitario.

 

P.: ¿La gestión del Gobierno central o de las comunidades autónomas?

R.: Difícilmente se puede hacer peor la gestión que se está llevando a cabo desde el Gobierno central. También alucino con algunas decisiones autonómicas, que evidencian cierta desorientación y no tener claro hacia dónde se debe ir. Sin duda, decisiones influenciadas por la falta de criterio de la Administración General del Estado.

 

P.: Dígame qué decisiones.

R.: La falta de prevención de medidas. Antes del 14 de marzo no se tomaron medidas y había datos suficientes como para hacerlo y por lo menos mitigar la llegada de la pandemia a España. Se hizo lo que se pudo y cómo se pudo, pero a partir de ese momento ya sabemos qué es el virus, cómo actúa y las consecuencias que tiene. No puedo entender que desde junio no se haya hecho gran cosa y el problema se haya trasladado a las comunidades autónomas.

 

 

 

 

P.: En el segundo trimestre del año, con el estallido de la pandemia, se habló de que España no estaba preparada. ¿Ahora sí lo está?

R.: Sí, contamos con suministros para profesionales sanitarios y para el conjunto de la población. Entiendo que las administraciones territoriales tienen acopio de material suficiente y hay que confiar en ellas porque han demostrado que sí saben gestionar las compras sanitarias y no el Gobierno central.

 

P.: ¿Cuenta el sistema con los recursos humanos suficientes para esta segunda oleada?

R.: En recursos humanos hay carencias y necesidades que hay que cubrir, pero no se puede hacer en 24 horas o 48 horas. Un médico tarda en ser operativo para un sistema sanitario púbico o privado una media de once años y nadie ha pensado, al margen de la pandemia, cuántos efectivos se necesitan y se necesitarán.

 

P.: ¿El sistema no se ha preparado a tiempo?

R.: Cuando los intereses políticos y partidistas se anteponen a la gestión de la sanidad evidentemente se corre un riesgo alto y no se toman medidas para paliar los problemas. En algunas ocasiones tiene un coste; la ideologización de la sanidad es uno de los grandes cánceres del sistema sanitario.

 

 

 

 

P.: Entonces, ¿ahora es el mejor momento para que el sector sanitario privado reclame indemnizaciones al Gobierno como usted había planteado?

R.: El momento es cuando te aprieta el zapato y necesitas cubrir un agujero en la cuenta de resultados antes de llegar a un concurso de acreedores. Nuestro sistema sanitario tiene que ser la suma del público y privado y eso es lo que le hará grande. Al margen de eso, el sistema privado tiene que subsistir desde el punto de vista económico, no son ONGs y no viven de la caridad. Necesitan tener ingresos para cubrir los gastos y si la pandemia les genera un perjuicio económico o daño, tendrán que buscar y pactar compensaciones con las administraciones. Eso no le exime de colaborar y trabajar codo con codo.

 

P.: ¿Cuánto puede reclamar la sanidad privada?

R.: El plazo legal para reclamaciones patrimoniales es un año. La cantidad es el perjuicio que haya. No hay un tope, pero hay que ser realista y no hacer tampoco la carta a los Reyes Magos.

 

P.: ¿Cree que toda la sanidad privada puede ponerse de nuevo bajo el mando único del Gobierno central?

R.: A la vista de lo que está sucediendo, el Gobierno decidió desaparecer del mapa en junio y trasladar el problema a las comunidades autónomas. Se va a resistir a hacerlo.

 

 

 

 

P.: ¿La actividad sanitaria ordinaria volverá a verse afectada?

R.: Se está viendo afectada. La atención primaria se está viendo perjudicada y los enfermos crónicos están notando una peor atención. En el ámbito de la atención especializada, se está notando en las listas de espera. Puedo entender que en mayo sucediera, pero no en octubre.

 

P.: ¿Cómo afectará esta situación al sector de las aseguradoras?

R.: Los confinamientos, las recomendaciones de no salir o el teletrabajo disminuyen la siniestralidad. Pero no sé si habrá un replanteamiento del modelo asegurador.

 

P.: Igual que existe la carrera por la vacuna, ¿cree que debería existir la carrera por el control de los datos y la información y evitar la aparición de otras enfermedades como el Covid-19 o por lo menos disminuir el impacto?

R.: Lo que se ha demostrado con la pandemia es que la globalización es económica y social y sanitaria. No se puede impedir la llegada de un virus, pero sí se pueden poner en marcha sistemas de control.