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Spatharou (McKinsey): “Si no introducimos la tecnología, el sistema sanitario será cada vez menos sostenible”

Angela Spatharou, socia que lidera la práctica de salud en McKinsey en España, cree que la tecnología en sanidad es “solamente un facilitador” y que falta desarrollar una “narrativa”, explicando bien por qué la digitalización puede ayudar a la parte clínica.

A. Escobar

5 jul 2018 - 04:55

Spatharou (Mckinsey): “Si no introducimos la tecnología, el sistema sanitario será cada vez menos sostenible”

 

Angela Spatharou es la socia de McKinsey que lidera la práctica de salud en España. Spatharou es licenciada en Derecho por la Universidad de Atenas y doctorada en Política por la Universidad de Cambridge. La responsable del área healthcare ha trabajado para clientes del Servicios Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés). A su juicio, en otros países, a diferencia de España, “hay un mayor enfoque hacia la atención integral del paciente y una mayor estrategia de sanidad digital”.

 

Pregunta: ¿El sistema sanitario español es sostenible a medio plazo?

Respuesta: El sistema sanitario español se enfrenta a los mismos problemas a los que se tienen que enfrentar los principales países en Europa. Actualmente, en España el gasto medio del Producto Interior Bruto (PIB) dedicado a sanidad es del 9,4%, mientras que en Estados Unidos el gasto alcanza niveles del 16%. El gasto sanitario en todo el mundo se está incrementando hasta un 6% anual y eso lleva a problemas de sostenibilidad del propio sistema.

 

 

 

 

P.: ¿Qué mejoras necesita para ser totalmente eficiente?

R.: Existen palancas para reducir el gasto, medidas conectadas al usuario, fomentando el autocuidado o el diseño de vías clínicas para gestionar de manera más efectiva enfermedades crónicas, entre otras.

 

P.: ¿Qué debemos copiar de nuestro vecinos europeos y qué debemos obviar?

R.: España tiene un buen sistema sanitario si lo comparamos con otros países en términos de resultados y de supervivencia de pacientes. En otros países hay un mayor enfoque hacia la atención integral del paciente, usuarios con necesidades más complejas, y una mayor estrategia de sanidad digital, como es el caso de Suecia, por ejemplo, que cuenta con una agencia gubernamental dedicada a este aspecto en concreto.

 

P.: ¿Qué aspectos de la gestión serán clave en el futuro de la sanidad española y mundial?

R.: Se están haciendo muchos esfuerzos para ver cómo se puede controlar el gasto médico, cómo se pueden estandarizar las vías clínicas y cómo utilizar datos internos de una organización sanitaria para definir áreas de mayor impacto. La tecnología también es importante para evitar la duplicidad de procesos administrativos.

 

 

 

 

 

 

P.: ¿El gran cambio en la industria sanitaria va a venir solamente de la mano de la transformación digital?

R.: No, es solamente un facilitador. Un cambio que estamos observando a día de hoy es que el paciente está cada vez más empoderado, un consumidor de servicios sanitarios que cada vez está más informado. Esta situación lleva a un cambio en el rol del médico y en su trato para con el paciente.

 

P.: ¿Los profesionales sanitarios están suficientemente preparados para esta transformación?

R.: No hay que olvidar que los profesionales de la sanidad también son pacientes, consumidores de servicios sanitarios y que piensan como tal. Lo que falta es desarrollar una narrativa, explicando bien por qué la digitalización puede ayudar a la práctica clínica.

 

P.: ¿Y eso se traduce en un mayor coste?

R.: Hay que invertir al principio para tener resultados después. El retorno no va a producirse de manera inmediata. Pero si no introducimos la tecnología, el sistema será cada vez menos sostenible, sobre todo cuando la población española es cada vez más envejecida.

 

P.: Una tendencia en la sanidad española es la concentración hospitalaria. ¿Cómo observa este proceso?

R.: Existe, y en esa tendencia que estamos observando hay organizaciones que podrían ser vulnerables.