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Vicente Ortún (Cres): “La pandemia ha demostrado que la sanidad puede ser un sector mucho más flexible”

El investigador del Centro de Investigación en Economía y Salud (Cres) de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) cree que la pandemia ha brindado una buena oportunidad para que los Fondos Next Generation renueven la economía española.

J.Vera

23 sep 2021 - 04:56

 

Vicente Ortún (Cres): “La pandemia ha demostrado que la sanidad puede ser un sector mucho más flexible”

 

Vicente Ortún es catedrático emérito del Departamento de Economía y Empresa de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (UPF) Barcelona School of Management y expresidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) y de la Asociación de Economía de la Salud (AES). Ortún subraya la importancia de utilizar de forma eficiente los Fondos Next Generation de la Unión Europea (UE), para que sean las bases de un nuevo modelo económico en la España de la post pandemia.

 

Pregunta: ¿Qué se ha hecho bien desde el poder público español durante la pandemia para gestionarla?

 

Respuesta: Existe un consenso amplio que considera que la aplicación del estado de alarma fue un acierto, sanitariamente hablando. Entre otras cosas, esta herramienta habilitó al Gobierno a ampliar plantillas rápidamente o a habilitaban espacios médicos con celeridad. Sin esta medida extraordinaria, el sistema público sufre de una excesiva rigidez en la organización sanitaria, tanto como en la especializada como en primaria.

 

P.: ¿Cómo se puede revertir?

 

R.: La pandemia ha demostrado que la sanidad puede ser un sector mucho más flexible de lo que parecía. En España, la mayor parte del ámbito sanitario se rige por el derecho administrativo, que sirve para contratar, pero que a la hora de la verdad es poco eficiente. La tendencia política actual es errónea, ya que, en vez de facilitar la gestión de los consorcios, los ha asimilado al sistema público. Lo que se debe mejorar es la capacidad de gestión.

 

P.: ¿Qué medidas se deberían aprobar para llevar a cabo la transformación del sistema público de salud?

 

R.: Se necesita un plan de ampliación que implique consolidar y profundizar en la digitalización, en la polivalencia y la flexibilidad que se han derivado de la pandemia. Aun así, aunque en 2021 y 2022 la sanidad española vivirá bien a causa de las ayudas europeas, a partir de 2023 se prevén recortes en sanidad.

 

 

 

 

P.: ¿Hasta qué punto es posible que en un futuro próximo volvamos a un contexto de fuertes restricciones sociales y económicas?

 

R.: En los últimos trece años la sanidad ha sufrido dos impactos muy fuertes. Primero en 2008, y posteriormente con el Covid-19. Es plausible que en los próximos años pueda volver a haber problemas, ya sea por el mismo virus o por otro totalmente nuevo. En este último caso, el lado bueno es que respuesta será más rápida que a finales de 2019.

 

P.: ¿Es eficiente una gestión de la crisis con 17 políticas sanitarias diferentes?

 

R.: Sobre esto hay mucha discusión. A pesar de ello, la realidad es tozuda y, para prestar servicios públicos, una administración del tamaño de las Comunidades Autónomas se ha demostrado ser muy eficaz. El problema es que la discusión se lleva al terreno ideológico y eso lo ensucia todo. Incluso en el ámbito económico-sanitario también se cree que una administración centralizada será económicamente más eficaz, pero se ha demostrado que no es así.

 

P.: ¿Con una mayor transparencia se puede mejorar la opinión pública?

 

R.: En este caso el problema es que en España se han vivido experiencias negativas que empañan una buena herramienta como es esta y ahora hay una parte considerable de la población que no se fía. En este país tenemos diversos ejemplos de colaboraciones fallidas como, por ejemplo, el caso de Castor. En este caso falló porque estaba mal diseñado, pero la idea no es mala. Aun así, en sanidad no hay alternativa a la colaboración público-privada, que cada vez será más importante.

 

 

 

 

P.: ¿Qué herramientas se necesitarán para poder pueden conjugar los derechos individuales, la economía y las políticas de salud públicas en el futuro?

 

R.: En países como China, Australia, Nueva Zelanda o Corea del Sur se ha demostrado que con estrategias radicales se puede eliminar el virus. En cambio, en España se ha dado rienda suelta para que los tribunales resuelvan problemas de sanidad pública. En este caso, esto se debe a un problema político que es crónico y los políticos no se saben poner de acuerdo.  

  

P.: Pero Nueva Zelanda y Australia son islas y China es no es una democracia, ¿los considera ejemplos válidos?

 

R.: Es cierto que hay un factor geográfico que influye en la transmisión del virus y que China es un caso aparte, pero la esencia de sus políticas ha sido estrangular de forma muy estricta durante un periodo corto de tiempo. Eso se ha demostrado más eficaz tanto en el terreno sanitario como en el económico. 

 

P.: España es un país que desde hace sesenta años ha basado su economía en un modelo basado en el sector de servicios, con gran preponderancia del turismo ¿La economía española será parecida tras la pandemia o evolucionará hacía otros sectores, como el tecnológico?

 

R.: Mi idea es que vaya cambiando progresivamente. Por este motivo disponemos de los fondos Next Generation. Si estas partidas se utilizan como es debido, el turismo seguirá siempre pero el país evolucionará hacía otros sectores nuevos. La digitalización en salud puede ser uno de los más beneficiados por el nuevo paradigma.