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El capital se vuelca en sanidad en busca de un nuevo ‘caramelo’

Sólo en 2017, las compañías pertenecientes a la industria sanitaria del país captaron 237 millones de euros a través de 59 operaciones, según las estimaciones de la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri).

A. Escobar / A. Pijuan

22 ene 2018 - 05:00

El capital se vuelca en sanidad en busca de un nuevo ‘caramelo’

 

MedLumics protagonizando la mayor ronda de financiación en sanidad con 34 millones de euros. La apertura del capital de Oryzon Genomics a Nexthera y Heights Capital. El respaldo del gigante Bayer a la start up Dycare. O la inversión millonaria de Top Doctors para potenciar su tecnología. En 2017, la industria sanitaria no perdió ni un ápice de su capacidad para atraer al capital y llamar la atención de fondos como Ysios Capital, Caixa Capital Risc, Rothschild, Inveready, Capitall Cell, Portobello Capital o Apax Partners.

 

Estos son sólo algunos ejemplos de las gestoras de fondos que han visto un filón en la industria sanitaria, un sector que, a su vez, necesita beber de estos recursos externos para poder financiar su desarrollo, lo que acaba llevándoles a tocar a las puertas de estas entidades.

 

La salud es una industria altamente regulada, sobre todo en lo que concierne a desarrollo de nuevos productos sanitarios, diagnósticos y nuevos medicamentos -expone Sara Secall, responsable del fondo Inveready Biotech II-; esto permite tener muy claros los potenciales hitos de valor que una inversión puede conseguir”.

 

Este potencial se ha visto reflejado este año en la ronda de financiación que cerró MedLumics, la mayor operación de estas características en el sector sanitario. La biotecnológica, que el pasado diciembre nombró a James Greene como nuevo consejero delegado, captó 34 millones de euros en una operación liderada por Edmond de Rothschild Investment Partners y a la que acudieron Ysios Capital y Caixa Capital Risc.

 

 

 

 

La compañía acaba de cambiar su domicilio social al número 10 de la calle Plaza de la Encina (Tres Cantos, Madrid), tal y como avanzó PlantaDoce, y trabaja en el lanzamiento de AblaView, un dispositivo para el tratamiento de la fibrilación auricular dentro de las arritmias cardíacas.

 

Pero no es la única operación importante gestada durante el último año. Oryzon Genomics, que observó como la multinacional suiza Roche daba por concluido el desarrollo del fármaco ORY-1001, cerró una ampliación de 18,2 millones de euros a partir de una colocación entre inversores que supuso la entrada como accionistas de los fondos Nexthera y Heights Capital

 

GlyCardial Diagnostics también sedujo al capital privado. La spin off del Institut Català de Ciències Cardiovasculars (Iccc) captó el pasado noviembre 2,4 millones de euros en su primera ronda de financiación, liderada por Caixa Capital Risc junto a HealthEquity, el fondo del Colegio de Médicos de Barcelona.

 

¿Cuáles son los riesgos y las ventajas de invertir en este sector?

 

“La industria ha de enfrentarse a no pocos obstáculos y, para obtener dichos éxitos, se deben invertir grandes sumas de dinero durante periodos prolongados y con altas tasas de fracaso”, explica José Antoni Mesa, director de ciencias de la vida de Caixa Capital Risc. Para el directivo, el inversor que apueste por este sector “ha de ser paciente y convivir bien con el riesgo”.

 

Sólo en 2017, las compañías pertenecientes a la industria sanitaria del país captaron 237 millones de euros a través de 59 operaciones, según las estimaciones de la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri).

 

La mayor parte de la inversión provino de los grupos de capital riesgo. El capital aportado por los venture capital, que en 2017 atenuaron su furor por este tipo de empresas, se cifró en 51,1 millones de euros en 84 operaciones. Un año antes, el volumen de inversión había alcanzado 63,9 millones de euros.

 

 

 

 

“La inversión en sanidad es altamente especializada y muy técnica, de manera que es difícil saber en qué invertir si no tienes los conocimientos necesarios -apuntan desde Capital Cell-; se trata de inversiones a bastante largo plazo, típicamente se invierte en un plazo de tres a siete años”.

 

Para el director de ciencias de la vida de Caixa Capital Risc, las ventajas de invertir en esta industria son dobles. “Por un lado, obtienes una cierta rentabilidad económica y, al mismo tiempo, la satisfacción de mejorar la calidad de vida de las personas”, apunta Mesa, quien incide en que “la aparición de proyectos sólidos a partir de ciencia española está haciendo que [los inversores internacionales] se aproximen más a los nuevos proyectos que nacen de las instituciones españolas”.

 

De las 3.000 start ups que se contabilizan en España, el 8,5% se han especializado en la industria sanitaria, lo que se traduce en unas 255 empresas. De estas, un 24% se concentran en Madrid y Barcelona, mientras que un 19% se ha establecido en Valencia, según los datos de Impact Hub Madrid.

 

Más allá de las ‘biotech’

 

La mayor ronda de financiación en la industria sanitaria en 2017 estuvo protagonizada por una biotech. Si bien no se conocen los datos de 2017 referentes a la inversión total captada por las biotecnológicas españolas, incluyendo venture capital private equity, 2016 fue un gran ejercicio para la inversión en este sector. Ese año, las compañías de esta industria captaron un total de 201,4 millones de euros, frente a los 23,7 millones y los 17,2 millones de euros que alcanzaron en 2015 y 2014, respectivamente.

 

“Las empresas biotecnológicas tienen un perfil riesgo/retorno muy atractivo, pero son activos de riesgo alto”, exponen desde Inveready. Desde Capital Cell confirman también el atractivo de este nicho, al que califican de “caramelo” para los inversores. Pese a ello, las fuentes consultadas coinciden en que hay muchos otros nichos que están despertando el interés del capital.

 

Josep Lluís Sanfeliu, de Ysios Capital, considera que el sector está virando hacia la tecnología médica (que representa un tercio del sector biotech, según el directivo) y hacia un sector “más incipiente como el digital health (que comprende wearables y apps, entre otros).

 

 

 

Tanto la inteligencia artificial como el big data cada vez tienen más importancia en el sector de la sanidad, y están apareciendo verdaderos gigantes de la bioinformática”, apuntan desde Capital Cell. Para Secall, las empresas que desarrollan producto sanitario, cosmocéutico, nutracéutico, medical device, o aquellas empresas compañías que proporcionan tecnologías y servicios altamente especializados alrededor de desarrollos farmacéuticos, “tienen un perfil retorno menor pero atractivo”, requieren menores inversiones y “menos riesgo tecnológico”.

 

Por otro lado, los nuevos desarrollos en el mundo sanitario no están en manos únicamente de pequeñas empresas o start ups que trabajan en modelos innovadores y disruptivos. “Las grandes compañías se nutren de proyectos a través de nuevas empresas, que asumen grandes riesgos para llevar el producto a fases más tardías”, señala José Antonio Mesa, director de ciencias de la vida de Caixa Capital Risc.

 

Más taxativos se muestran desde Capitall Cell, firma inversora que defiende que “las grandes empresas están empezando a entender que las pequeñas poseen una capacidad de innovación que ellas no tendrán nunca, y las pequeñas compañías entienden perfectamente que sólo los gigantes del sector tienen la capacidad productiva y de distribución para llevar productos sanitarios al mercado”.

 

 

El capital se vuelca en sanidad en busca de un nuevo ‘caramelo’

 

Y es que existen varios ejemplos que evidencian esta correlación o sinergia entre las grandes multinacionales y las pequeñas empresas. Dycare es una start up especializada en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el control y la valoración clínica de patologías que afectan a la funcionalidad del sistema músculo-esquelético.

 

La empresa contó con el respaldo del gigante farmacéutico Bayer, que les facilitó el uso de instalaciones de coworking y puso a su disposición profesionales especialistas en mentoring y coaching durante un periodo de seis meses (antes de trasladarse a la sede de Barcelona Activa, donde se encuentran actualmente).

 

Johnson&Johnson es otra de las empresas que colaboran con una start up española. Es el caso de Aelix Therapeutics, compañía que trabaja en el desarrollo de una vacuna contra el sida. La firma anunció en septiembre la incorporación del primer paciente al ensayo clínico inicial para la evaluación de la vacuna HTI contra el VIH.