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El Covid-19 estresa el modelo de las residencias de la tercera edad: más gestión y concentración para mantener el ritmo

El sector, muy fragmentado hasta el momento, encara una institucionalización una vez superada la crisis sanitaria. “Habrá aprendizajes para hacer mejor las cosas en el futuro”, aseguran los expertos.

A. Escobar / Marc Vidal Ordeig

21 abr 2020 - 05:00

El Covid-19 reinventa el sector residencial: mayor profesionalización y concentración para mantenir el tirón

 

Más gestión y un proceso de concentración tras la crisis sanitaria. Las residencias de la tercera edad han sufrido el impacto directo de la pandemia provocada por el coronavirus, que es especialmente virulento ante personas mayores, con una elevada tasa de mortalidad. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 80% de los fallecidos por Covid-19 hasta la fecha tenían más de 70 años.


Sin embargo, fuentes del sector consultadas por EjePrime y PlantaDoce aseguran que “no es justo hablar de mala gestión”, ya que las residencias de la tercera edad no están “pensadas para ser hospitales”. “Hay poca sensibilidad de lo que son estos activos, ya que realizan una labor importantísima” en el cuidado de personas mayores.

 

Las mismas fuentes explican que “es un sector esencial y lo va a seguir siendo” a causa del envejecimiento de la población y la falta de alternativas para el cuidado de personas mayores dependientes, por lo que la inversión en este tipo de activos no se verá afectada en el medio y largo plazo.

 

 

 

En este sentido, el socio director del fondo de inversión Alantra, Juan Velayos, explica que “esta crisis puede hacer que el sector se institucionalice”. Según el directivo, el segmento residencial de la tercera edad “saldrá reforzado porque se irá depurando si alguien lo ha hecho mal”. “Habrá aprendizajes para hacer mejor las cosas en el futuro”, subraya.

 

Hasta el momento, el sector ha estado altamente fragmentado. En este sentido, los diez mayores operadores sólo suman el 25% de las camas disponibles en España y esta crisis puede acelerar la concentración de activos.

 

Una opinión similar es la de Jesús Cubero, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste). Para el máximo responsable de la patronal española de la tercera edad y la dependencia, en el sector “es urgente una reordenación” porque, según su opinión, “el perfil de residente es el de una persona cada vez más mayor y es imprescindible ver qué nivel de cuidados queremos llevar a cabo”.

 

Cubero no hace distinción entre el ámbito público y privado, pero insiste en que lo importante es “apostar por la calidad”. El presidente de Aeste considera que el aspecto sociosanitario ha estado olvidado durante mucho tiempo y “estar a la altura no va a ser posible en aquellos centros cuya estructura de personal no esté bien formada”, subraya.

“En las residencias hay que cuidar y no tanto centrarse en el aspecto curativo porque no somos hospitales; vamos a tener que ir cada vez más a centros más profesionalizados”, recalca el presidente de Aeste.

 

 

 

Por otra parte, fuentes vinculadas al sector de la inversión en activos residenciales, apuntan que “no todos los centros pueden dedicarse a la prestación de servicios para personas con enfermedades crónicas”. Las mismas fuentes justifican que hay empresas más pequeñas que no gozan de todos los protocolos necesarios, espacios suficientes o incluso los recursos para afrontar crisis como la pandemia del Covid-19.

 

“A corto plazo la inversión se puede ver afectada, pero en dos o tres meses, periodo en el que puede haber una ralentización de proyectos”, recalcan fuentes del mercado. No obstante, enfatizan que la construcción desde cero de una residencia es un trabajo que puede llevar dos o tres años y que para entonces “puede que ya no estemos hablando del Covid-19”.

 

Hasta septiembre de 2019, la inversión en residencias de la tercera edad en el conjunto de Europa había alcanzado 700 millones de euros, según datos de Savills Aguirre Newman. En España, la media de cobertura para personas mayores de 80 años está en el 13%, mientras que en la media europea se sitúa en el 18%. En este sentido, se prevé que la demanda de plazas en estas residencias aumente en 100.000 unidades hasta 2030.