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Especial 2022, el año de la vuelta al status quo

2022, el año en que Grifols surfeó la ola de la inestabilidad

La farmacéutica española Grifols, especializada en la producción de hemoderivados, ha visto como en el último año un ejecutivo que no está vinculado a la familia Grífols ha cogido las riendas del negocio, asumiendo la presidencia.

A. Escobar

30 dic 2022 - 04:57

Grifols, el gigante del plasma surfeando la ola de la inestabilidad

 

 

Grifols ha sido una de las grandes protagonistas de 2022 por su inestabilidad financiera. A finales de 2021, los Grífols se la prometían muy felices al acordar con el fondo soberano de Singapur (GIC) la venta de acciones de su filial en Estados Unidos, Biomat USA, a cambio de mil millones de dólares, una operación que meses más tarde no pasó el corte del auditor al considerar como deuda esa solución.

 

Durante 2022, la inflación ha ido apretando y las bolsas se han ido desplomando, hasta tal punto que Grifols ha llegado a perder más del 50% del valor en el parqué en los últimos doce meses. El Covid-19 todavía le pasa factura a una compañía que ha visto como ha tenido dificultades para la obtención de plasma, su materia prima para fabricar medicamentos hemoderivados.

 

Grifols cerró el tercer trimestre de 2022 con una deuda neta de 9.380 millones de euros y su ratio de apalancamiento disminuyó hasta nueve veces el resultado bruto de explotación (ebitda) en el primer semestre a 8,6 veces hasta septiembre, de acuerdo con los últimos datos disponibles. Además, la farma vio como su beneficio neto disminuyó un 30% a 30 de septiembre en comparación con el acumulado hasta el noveno mes de 2021, hasta 188 millones de euros. El descenso se debe al aumento de los gastos financieros relacionados por la adquisición de Biotest, rival alemán que la multinacional española adquirió en el último año.

 

 

 

 

Desde la farmacéutica anunciaron, en la misma presentación de los últimos resultados trimestrales, que su prioridad pasa por rebajar el pasivo, así como activar palancas para “optimizar la base de activos globales”, lo que podría implicar la venta de alguna de sus áreas de negocio. No obstante, lo que parece tener claro la compañía es que sus niveles de cotización actuales “no favorecen una potencial ampliación de capital”, según apuntó Grifols el pasado noviembre.

 

Cambio de capitán

A todo este revuelo, se le suma el cambio de capitán. También en 2022, la farmacéutica española nombró presidente a un profesional ajeno a la familia Grífols. La empresa decidió entregar las llaves del negocio a Stefan Mayer, ejecutivo con experiencia y puestos de responsabilidad en Cerberus Capital Management y Cerberus California, empresas de inversión privada, siendo su último cargo el de senior managing director, codirector de global private equity y presidente del comité de inversiones de Cerberus. Además, Mayer llevaba en el consejo de administración de Grifols más de diez años y participó activamente en la operación de compra de Talecris en 2011.

 

Bajo el nuevo liderazgo de Mayer como presidente, la compañía quiere convencer a los mercados que los principales indicadores muestran mejoras notables. De hecho, la compañía se encamina en 2022 hacia el récord de ingresos y avanza en la reducción del endeudamiento. Tocará esperar para ver si Grifols cumple con lo prometido y si en 2023 la empresa es capaz de surfear la ola de la inestabilidad.

 

 

 

 

Operaciones relevantes de Grifols durante 2022

La farmacéutica española puso en marcha en la segunda mitad del año una nueva planta de purificación y llenado de albúmina en su planta de producción y suministro de Dublín (Irlanda). La nueva planta amplía en más de 17.000 metros cuadrados las instalaciones de Grifols en Grange Castle, situadas en las afueras de la capital de Irlanda.

 

Este proyecto forma parte de la expansión e inversiones de la compañía a escala global en infraestructuras claves relacionadas con el plasma que permitan proporcionar más medicamentos a más pacientes en más partes del mundo. La planta triplica la capacidad anual de llenado del envase flexible Albutein FlexBag de Grifols. Este envase, que puede ser de diferentes tamaños y contener distintas concentraciones de albúmina, es una alternativa novedosa para el almacenamiento y el transporte de la albúmina, así como para su administración en el tratamiento de pacientes.

 

Grifols ha invertido cerca de 300 millones de euros en sus operaciones en Irlanda desde que estableció su presencia en el país en 2012. La diversidad y el talento de Irlanda, su ubicación estratégica entre Norteamérica y Europa continental y su entorno empresarial favorable han fomentado el crecimiento de Grifols en el país. En la actualidad, la empresa cuenta con una plantilla de más de 300 personas en su sede de Dublín, cifra que se espera que aumente en los próximos dos años hasta aproximadamente 500 personas.

 

 

 

Dublín es el quinto complejo industrial de Grifols dedicado a la producción de medicamentos plasmáticos esenciales, junto con Barcelona, Clayton (Carolina del Norte) y Los Ángeles (California), así como el centro de Biotest en Dreieich (Alemania). Otros centros productivos actualmente en construcción son los de Montreal (Canadá) y El Cairo (Egipto) que entrarán en funcionamiento en 2024 y 2025, respectivamente.

 

Presencia en Canadá

También en 2022, la farmacéutica española ha alcanzado un acuerdo de colaboración, por quince años como mínimo, con Canadian Blood Services, la autoridad nacional canadiense en el sistema sanitario responsable en el ámbito de la sangre, para acelerar la autosuficiencia de inmunoglobulinas (Ig) en el país.

 

Este acuerdo, el primero de estas características, asegurará la utilización de plasma canadiense para la producción en Canadá de inmunoglobulinas destinadas a cubrir exclusivamente las necesidades de los miles de pacientes del país norteamericano que dependen de estos tratamientos. Las Ig son proteínas plasmáticas esenciales para el tratamiento de una amplia gama de inmunodeficiencias y otras enfermedades.

 

En virtud de este acuerdo, Grifols trabajará con Canadian Blood Services para incrementar de forma gradual la obtención del plasma canadiense necesario para suministrar 2,4 millones de gramos de Ig anuales en 2026. Durante los quince años de vigencia de este contrato renovable, el precio de la inmunoglobulina se ajustará a los valores del mercado occidental y estará sujeto a revisiones periódicas.

 

Las nuevas instalaciones productivas de Montreal están previstas que empiecen a funcionar en 2024 y que la fábrica esté totalmente operativa en 2026. Grifols se convertiría en el único fabricante comercial a gran escala de productos plasmáticos en Canadá. Hasta entonces, la producción se realizará en las instalaciones de Grifols en Clayton (Carolina del Norte, Estados Unidos). En 2020, la compañía farmacéutica española adquirió por más de 400 millones de dólares estas instalaciones productivas de Montreal.