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M. Fibla (Ship2B Ventures): “Los científicos ya no quieren dedicarse sólo a la ciencia: quieren emprender”

La cofundadora de Ship2B Ventures, gestora de capital riesgo de start ups de impacto en salud, asegura que ha habido un cambio en la comunidad científica, que está aumentando el espíritu emprendedor del sector salud con el desarrollo de start ups y spin off.

A. Martínez

8 jun 2023 - 04:58

M. Fibla (Ship2B): “Los científicos ya no quieren dedicarse sólo a la ciencia: quieren emprender”

 

Maite Fibla es la cofundadora de la plataforma Ship2B Ventures. Doctora en Economía por la Universitat Rovira i Virgili y ex responsable de fundraising de GlobaLleida, la directiva detalla que el boom de las start up se debe al interés creciente por el emprendimiento en las universidades y centros de investigación. Este auge también ha aumentado la necesidad de colaboración entre empresas grandes y pequeñas, que está aumentando los modelos de cocreación y cooperación de nuevos productos.

 

Pregunta: ¿Qué parte de la innovación farmacéutica depende de las start up?

Respuesta: Una parte muy importante, y las big pharma deben estar atentas a toda la ciencia que existe fuera de sí mismas. Las grandes industrias parece que se han dado cuenta de la importancia de conocer lo que está sucediendo lejos de su círculo. Es clave la denominada innovación abierta, tanto en universidades como centros de investigación y otros sectores del conocimiento.

 

P.: ¿Cómo ha cambiado este ecosistema en los últimos años?

R.: En los últimos años ha habido una revolución, donde los científicos de grupos y universidades, que antes se dedicaban exclusivamente a la ciencia ahora están mostrando un interés creciente por el emprendimiento y este espíritu está modificando los centros de conocimiento. Los científicos ya no solo quieren dedicarse a la ciencia: ahora quieren crear y desarrollar start ups y spin offs. No sólo las grandes corporaciones deben estar atentas a la investigación, sino todas las empresas: desde las más pequeñas a las grandes.

 

P.: ¿La necesidad de colaboración entre start ups y grandes corporaciones cada vez es mayor?

R.: Depende de los modelos de cada corporación. La tendencia a la adquisición de start ups por parte de grandes compañías ha ido al alza durante mucho tiempo, ya que es un proceso ágil y rápido. Sin embargo, depende de si la innovación puede representar una nueva línea de negocio para la industria farmacéutica. También están creciendo los modelos de co-creación, donde se desarrollan proyectos conjuntos para crear nuevos productos. Para las pequeñas empresas supone un impulso económico y, para las grandes farmacéuticas, una forma de aumentar su innovación.

 

 

 

 

P.: ¿Están destinadas las start ups a ser adquiridas por empresas más grandes?

R.: Estamos viendo que ha habido un freno en estas adquisiciones y cada vez más se llevan a cabo colaboraciones y acuerdos, sin necesidad de compras, sino para desarrollar proyectos conjuntos. También hay divergencias entre sectores, no son iguales las start up de biotecnología o desarrollo de medicamentos, donde la adquisición puede representar una gran oportunidad de negocio, que las de salud digital, donde el abanico de oportunidades de colaboración es más amplio.

 

P.: ¿Por qué se ha frenado el ritmo de adquisiciones?

R.: Antes había un enfoque más científico detrás de las start ups y el objetivo era simplemente desarrollar una solución para luego licenciar esa tecnología y ser adquiridos por empresas mayores. Las adquisiciones también eran más pequeñas. Ahora, las empresas emergentes ya no son monoproducto, sino que usan una tecnología para abordar múltiples patologías, lo que hace que el ciclo de vida de las start up sea más largo y eso frena el ritmo de compras.

 

P.: ¿Cuenta España con un ecosistema adecuado para las start ups?

R.: No. Creo que se ha avanzado, pero todavía hay mucho camino por recorrer. En España se realiza una excelente labor científica. De hecho, se encuentra entre los diez países con más patentes registradas y ofrece un buen entorno para realizar pruebas y pilotos, así como establecer acuerdos. El gran desafío radica en la escalabilidad: es necesario mejorar el ecosistema de apoyo cuando las start up llegan a un punto en el que necesitan financiación para su crecimiento, así como un tejido productivo e industrial que las respalde, una vez sus soluciones están en el mercado y han superado la fase de riesgo tecnológico y regulatorio. En resumen, España cuenta con una sólida base científica y un ecosistema favorable para realizar pruebas y ensayos clínicos, así como la capacidad de atraer fondos europeos, pero hace falta un ecosistema de apoyo más sólido.

 

 

 

 

P.: ¿Tienen las start ups españolas los medios suficientes para expandirse en el extranjero?

R.: Las start ups españolas tienen potencial para crear propuestas de valor lo suficientemente competitivas para entrar en los mercados europeos. El talento científico y empresarial existe, así como las escuelas de negocios de renombre. Pero falta establecer conexiones internacionales que permitan dar ese salto: es fundamental facilitar la conexión de equipos emprendedores con otros mercados y países a través de alianzas.

 

P.: ¿Cómo deben innovar las pequeñas empresas?

R.: Las grandes corporaciones cuentan con recursos económicos para combinar la investigación interna con la innovación abierta. En el caso de las pequeñas y medianas empresas, la innovación abierta es aún más relevante. Estas empresas tienen recursos económicos y humanos más limitados, por lo que es importante que sean capaces de establecer alianzas con otras pequeñas empresas para desarrollar productos y negocios. A escala europea, la financiación es especialmente relevante, ya que busca fomentar las alianzas dentro del sector e impulsar la creación de consorcios que presenten soluciones innovadoras.