Entorno

2017, el año en que Barcelona se quedó sin la EMA

La próxima sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se ubicará en Ámsterdam, tras imponerse la capital holandesa a otros dieciocho países. 

A. Escobar

21 dic 2017 - 05:00

2017, el año en que Barcelona se quedó sin la EMA

 

Crónica de un fracaso anunciado. La capital catalana partía como una de las ciudades favoritas para albergar la próxima sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), pero al final los Estados miembro se decantaron, con sus respectivos votos, por Ámsterdam.

 

La ciudad catalana era una de las firmes candidatas a ocupar el trono de la industria médica y farmacéutica europea durante los próximos años, junto a Milán o Copenhague, también entre las ciudades favoritas, según distintos analistas. No obstante, la delicada situación política que atraviesa Cataluña ha podido ser uno de los condicionantes que finalmente tumbaron todas las opciones que podía tener Barcelona antes de conocerse el veredicto.

 

La EMA, que por ahora se encuentra en Londres, deberá abandonar la capital de Reino Unido cuando el país deje de formar parte de la Unión Europea, es decir, en marzo de 2019, en el momento en que concluya la negociación del brexit.

 

 

 

 

Junto con Barcelona, a la carrera por la EMA concurrieron Ámsterdam, Atenas, Bonn (Alemania), Bratislava, Bruselas, Bucarest, Copenhague, Dublín, Helsinki, Lille (Francia), Milán, Oporto, Sofía, Estocolmo, Malta, Viena, Varsovia y Zagreb.

 

Aunque la de la EMA ha sido una carrera de fondo, el Gobierno de España presentó formalmente la candidatura de Barcelona a finales de julio. El departamento de Sanidad, encabezado por Dolors Montserrat, entregó al Consejo Europeo un dossier técnico con en el que dio a conocer los puntos fuertes de la candidatura de Barcelona.

 

Los avales presentados por el Gobierno eran el edificio de la Torre Glòries (también conocido como Torre Agbar), un inmueble con más de 30.000 metros cuadrados; la conectividad y la ubicación geográfica de la ciudad, la “fortaleza” de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y la posición de liderazgo de España en el ámbito de los ensayos clínicos y terapias avanzadas, entre otros aspectos.

 

 

 

 

Pero pronto se esfumaría el sueño para Barcelona. Bruselas diseñó un sistema de votos en tres rondas para elegir al próximo enclave que albergará la EMA, y la capital catalana quedó eliminada en la primera de ellas al no conseguir los apoyos suficientes de los países votantes en el Consejo de Europa. Pasaron a la siguiente fase Milán, Ámsterdam y Copenhague.

 

En segunda ronda, la capital danesa fue eliminada y pasaron a la final Ámsterdam y Milán. La tercera y última ronda se decidió por sorteo, en el que la capital holandesa resultó ser la vencedora.

 

En definitiva, Barcelona se queda sin alrededor de un millar de trabajadores y pierde la visita anual de alrededor de 36.000 expertos del sector, incluyendo científicos, pacientes, profesionales sanitarios. En total, ello implica una demanda de 30.000 noches de hotel, con picos diarios de hasta 350 habitaciones, según la información facilitada por la misma EMA.