Entorno

China se sumerge en un invierno demográfico con un modelo económico en entredicho

Después de un año marcado por las políticas Covid Cero, crisis inmobiliaria y protestas, el gigante asiático suma un nuevo obstáculo que vuelve a poner sobre la mesa el agotamiento de su sistema económico.

A. Martínez

18 ene 2023 - 04:58

China se sumerge en un invierno demográfico con un modelo económico en entredicho

 

China hunde un nuevo clavo en su ataúd. Tras un año en que la economía china se ha ralentizado más de lo esperado, lastrada por la agresiva política de Covid Cero y la crisis inmobiliaria, el gigante asiático ha perdido el que durante años fue uno de sus motores económicos: el crecimiento demográfico, después de perder 85.000 habitantes en 2022 frente a 2021.

 

El país más poblado del mundo ha producido durante décadas mano de obra y demanda en los mercados gracias a su extensa población, que ahora comenzará a envejecer y a menguar. En 2035, Pekín estima que un tercio de su población tendrá más de 65 años, frente al 18% actual.

 

En los últimos sesenta años, el incremento poblacional en el país se había disparado, hasta convertirse en el país más habitado del planeta, pero la política del hijo único impuesta entre 1980 y 2015 y los elevados costes de la educación en el país, sumado a las medidas de Covid Cero prolongadas durante tres años, han lastrado el crecimiento poblacional, que anotado su primer descenso desde la gran hambruna de 1961.



 

 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha proyectado que la población de China caerá a 1.310 millones para 2050 y seguirá descendiendo hasta 767 millones para fines de siglo. En 2050, China dejará de ser el país más poblado del mundo, cediendo su puesto a India.

 

Desde 2016, el gobierno que lidera Xi Jinping ha alentado a las personas a tener más hijos y evitar un invierno demográfico que hoy ha plantado su primera semilla. Este mismo año, el Ejecutivo apostó por “elevar el nivel de fertilidad, mejorando la calidad y estructura de la población, optimizando su distribución y promoviendo un desarrollo poblacional equilibrado y a largo plazo”, pero los resultados demuestran que los incentivos económicos no han sido suficientes para evitar la caída.

 

El mismo día que hacía oficiales sus cifras de población, China ha oficializado que el crecimiento de su Producto Interior Bruto se ha ralentizado hasta el 3%, dos puntos y medio menos de lo ambicionado en Pekín a principio de año.





El viceprimer ministro chino, Liu He, ha querido calmar la zozobra en el marco del Foro Económico Mundial de Davos y ha asegurado que el pico de Covid-19 ha terminado y ahora el país recuperará la senda del crecimiento. “Queridos amigos de la comunidad internacional, son bienvenidos en China”, clamaba Liu Che entre las nevadas montañas de Suiza, con el objetivo de tranquilizar a los inversores.

 

Además, el ministro ha detallado que en 2023 el crecimiento recuperará su habitual tendencia y la economía china anotará una “significativa mejora” respecto a 2022. “Un aumento notable de las importaciones, más inversión por parte de las empresas y el retorno del consumo impulsarán de nuevo al país”, ha añadido Liu Che.

 

El ministro chino también ha tenido tiempo para tranquilizar al mercado inmobiliario, asegurando que sigue siendo un pilar de la economía de China, ya que representa el 40% de los préstamos bancarios, el 50% de los recursos fiscales generales del gobierno local y el 60% de los activos de los hogares.

 

En concreto, las tareas del gigante asiático en el sector de la vivienda han sido estabilizar las expectativas y evitar el pánico del mercado, mejorar la liquidez de las pequeñas inmobiliarias a través de préstamos bancarios y relajar las restricciones impuestas para abordar el sobrecalentamiento del mercado.