Entorno

El crecimiento de China se queda atrás respecto al resto de Asia por primera vez desde 1990

El Banco Mundial ha revisado a la baja la proyección china del Producto Interior Bruto del 2,8% para 2022, mientras que, para el total de la región del Asia Oriental y el Pacifico, la organización estima una expansión del 3,2%.  

PlantaDoce

27 sep 2022 - 15:00

El crecimiento de China se queda atrás respecto al resto de Asia por primera vez desde 1990

 

China pierde impulso. El crecimiento económico del gigante asiático se quedará por detrás del resto de la región por primera vez desde 1990, según datos del último informe del Banco Mundial. La organización achaca el aminoramiento económico del país tanto a la política de Covid Cero, que ha provocado el confinamiento estricto en diversas ciudades del país, como a la crisis del mercado inmobiliario.

 

En concreto, el Banco Mundial estima que la economía china se expandirá un 2,8% en 2022, frente al aceleramiento del 8,1% anotado el pasado año. En abril, la organización había estimado que China aumentaría su Producto Interior Bruto (PIB) un 5% respecto al año anterior, una previsión que ha recortado en 2,2 puntos porcentuales.

 

Al mismo tiempo, las expectativas económicas para el Asia Oriental y el Pacífico han mejorado. Excluyendo a China, se prevé que la región crezca un 5,3% en 2022, por encima del 2,6% anotado un año atrás. El Banco Mundial sostiene que el aumento de las previsiones se debe al alza de precios de las materias primas y un rebote del consumo doméstico tras la pandemia.

 

Para el total de la región, incluyendo a China, el crecimiento será del 3,2% antes de aumentar un 4,6% en 2023. “La recuperación económica está en marcha en la mayoría de los países de Asia Oriental y el Pacífico”, declaró la vicepresidenta del Banco Mundial para Asia Oriental y el Pacífico, Manuela V. Ferro.

 

 

 

Mientras se preparan para la ralentización del crecimiento mundial, los países deben abordar las distorsiones de la política interna que son un impedimento para el desarrollo a largo plazo”, añadió Ferro.

 

A pesar de la mejora de las previsiones, la organización sostiene que la ralentización de la economía mundial está empezando a frenar la demanda de las exportaciones de productos básicos y manufacturados de la región. “El aumento de la inflación en el extranjero ha provocado subidas de los tipos de interés, que a su vez han causado salidas de capital y depreciaciones de la moneda en algunos países de Asia Oriental y el Pacífico”, afirma el Banco Mundial.

 

La entidad sostiene que estos acontecimientos han aumentado el peso de la deuda y añadido más presión fiscal, perjudicando a los países que entraron en la pandemia con una elevada deuda. Además, el Banco Mundial ha advertido frente a las rebajas fiscales de “controles de precios de los alimentos y subvenciones de la energía que benefician a los ricos y desvían el gasto público de las infraestructuras, la sanidad y la educación”.