Entorno

El FMI marca la hoja de ruta en Washington ante un nuevo recorte del crecimiento mundial

El organismo celebra junto al Banco Mundial y ministros de finanzas de 180 países su reunión anual esta semana en la que rebajará por tercera vez consecutiva su previsión del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.

M. Tamayo

10 oct 2022 - 04:58

El FMI marca la hoja de ruta en Washington ante un nuevo recorte del crecimiento mundial.

 

Vuelven las advertencias de una nueva normalidad. Pero esta vez no se trata de distancia de seguridad ni de mascarillas, sino de economías frágiles, según advirtió el pasado jueves en su última intervención en la Universidad de Georgetown la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. “Todo dependerá de las decisiones que tomemos ahora”, advertió Georgieva. Por ahora, la líder del organismo ya ha adelantado que rebajará las previsiones de crecimiento para 2023 y que aumenta el riesgo de recesión.

 

Esta declaración alertando sobre el nuevo umbral al que se acerca la economía mundial fue el pistoletazo de salida de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, la tercera consecutiva en la que el organismo reducirá sus previsiones. Para saber el recorte concreto habrá que esperar al martes, cuando el FMI publica sus nuevas previsiones.

 

Georgieva inició las jornadas bajo el fresco de la diosa griega Atenea que preside el auditorio Gaston Hall y que, además de diosa de la guerra, es encargada de la sabiduría y los oficios. “Atenea era también la patrona de las hilanderas”, puntualizó la directora gerente, quien pareció recurrir a su ayuda ante la necesidad del mundo de “hilar un nuevo tejido económico y social, más fuerte y resiliente a las tensiones que enfrenta el mundo hoy en día”.

 

 

El evento, que vuelve a ser presencial tras dos años de experiencia digital, reunirá en Washignton a dirigentes como el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres; la directora general de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, o el propio director del Banco Mundial, David Malpass. Además, acudirán ministros de economía y finanzas y gobernadores de bancos de centrales de más de 180 países.

 

Las élites económicas llegan a la capital estadounidense entre alertas de “armagedon” del presidente estadounidense, Joe Biden, y la advertencia de que “estamos viviendo un cambio fundamental en la economía mundial” y que pueden producirse otros shocks en un contexto de guerra y pandemia, por parte de la directora gerente.

 

 

Deuda e inflación: los dolores de cabeza de Georgieva

En su discurso, Georgieva señaló la urgencia de “estabilizar la economía” ante el aumento de los riesgos de recesión. En concreto, los cálculos del organismo pasan porque países que representan un tercio de la economía mundial encadenen dos trimestres de contracción económica, es decir, en recesión técnica.

 

Además, la directora gerente puntualizó que las cifras podrían ser engañosas, ya que, aunque en algunos países aumentará el Producto Interior Bruto (PIB), “parecerá una recesión” debido a la disminución de los ingresos reales y el aumento de precios. En general, el FMI espera una pérdida de producto mundial de unos cuatro billones de dólares entre ahora y 2026.

 

“Esto equivale al tamaño de la economía alemana y supone un duro revés para la economía mundial”, precisaba Georgieva. “Además, es más probable que vaya a peor que a mejor”, apostillaba.

 

Como medidas de contingencia, la directiva anima a seguir luchando contra la inflación, pero sugiriendo que hay que buscar el punto preciso: un endurecimiento insuficiente haría que la inflación arraigue, mientras que endurecer la política monetaria en exceso y con demasiada rapidez a la vez que otros países podría empujar a muchas economías a una recesión prolongada.

 

 

Georgieva se unió a la intención de los gobernadores de bancos centrales como Christine Lagarde (BCE) y Jerome Powell (Fed) alegando que había que continuar con la subida de tipos, aunque eso conlleve una desaceleración económica y cause “sufrimiento a corto plazo”.

 

La segunda prioridad inmediata para la directora gerente es aplicar una política fiscal responsable. Georgieva alegó que las medidas no tienen que ser sólo temporales, sino que han de focalizarse en los hogares de más bajos ingresos. “Si la política monetaria está apretando el freno, no puede ser que la política fiscal apriete el acelerador”, reprochó Georgieva.

 

El tercer pensamiento de la directora gerente fue hacia las economías emergentes. Los países en desarrollo registrarán fuertes golpes en su economía por la fortaleza del dólar, los elevados costes de financiación y las salidas de capital. Georgieva señaló que una cuarta parte de las economías emergentes incumplieron, han incumplido pagos de deudas o han tenido bonos operando en niveles que denotan tensión, lo que podría llevar a una crisis de deuda en estos países.