Entorno

El mapamundi de la salud digital

Varios países avanzan con el objetivo implantar sus propias iniciativas en el ámbito de la salud digital y la innovación en medicina.

J.Vera

20 jul 2021 - 04:56

El mapamundi de la salud digital

 

 

 

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Dossier salud digital

 

 

La salud digital gana peso en la economía mundial, lo que condiciona el desarrollo de las políticas de cada país referentes a este sector. Mientras empresas y gobiernos se están moviendo para abordar estos desafíos, los inversores también están respaldando a las compañías emergentes en busca de soluciones innovadoras. En la primera mitad de 2020 se registró un récord de inversión de 5.400 millones de dólares provenientes de fondos de capital riesgo que se dedicaron a compañías de atención médica digital, según datos de la consultora McKinsey.

 

En este contexto mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha tomado cartas en el asunto a través de la llamada Global strategy on digital health 2020-2025. En este plan la OMS insta al uso adecuado de la salud digital y toma en consideración los conceptos de promoción de la salud y prevención de enfermedades, la seguridad, la ética, la interoperabilidad, la propiedad intelectual, la seguridad de datos, la privacidad, la rentabilidad, el compromiso del paciente y la asequibilidad.

 

En el contexto de la Unión Europea (UE), los retos sobre salud digital pasan por optimizar los diferentes sistemas de salud a los retos derivados del envejecimiento de la población, la multimorbilidad, el Covid-19, la escasez de personal sanitario y la creciente carga de enfermedades no transmisibles provocadas por factores de riesgo como la obesidad, el tabaco o el alcohol. En 2019, la UE ya lanzó la iniciativa Una Europa Adaptada a la Era Digital para el periodo 2019-2024.

 

 


 

El objetivo de este proyecto es la transformación digital de la salud para aprovechar los potenciales beneficios de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) aplicándolas al entorno sanitario y social. El germen de este proyecto de la UE es que existe la necesidad de replantear desde los fundamentos los sistemas de salud. Todo ello con el objetivo de garantizar que continúen siendo adecuados en el futuro y garanticen la asistencia sanitaria a la población de la Unión.

 

Paralelamente también se ha lanzado el programa La UE por la Salud, que se ha concretado con una inversión de 5.100 millones de euros.  El ejemplo más reciente de todas estas políticas es es la expedición del Certificado Covid, disponible en formato digital o en papel y dispensado por las autoridades competentes de cada estado miembro. La versión digital se puede almacenar en un móvil e incluye un código QR con información mínima esencial y un sello digital que garantiza su autenticidad e integridad.

 

Para avanzar en este campo, la UE se enfrenta a distintos problemas que dificultan la creación de estructuras supraestatales para implementar políticas sobre salud digital. Es el caso de la gestión de los datos de los pacientes, que no se gestionan del mismo modo en los estados miembros y, además, las tecnologías no son interoperables entre ellos. Por ahora, la iniciativa de los países, junto al de las empresas, ha sido el contexto donde se han llevado a cabo las acciones más importantes para extender el uso de la salud digital.

 

 

Estados Unidos, hacia un mercado de 150.000 millones de dólares

 

Sin ninguna duda, Estados Unidos es el líder en este sector y ha registrado un elevado crecimiento en el mercado. El país es uno de los principales productores de tecnología, un campo que se ha extendido también en lo relativo a la salud. Se estima que en 2024 el mercado local estadounidense podría movilizar un volumen de negocio de unos 150.000 millones de dólares en salud digital. Lo que equivale a casi el 40% del total mundial.

 

El contexto invita a un crecimiento del mercado. La tasa de consultas telemáticas, entre enero y junio de 2020, aumentó más del 2000% en Estados Unidos. Este dato se traduce en un salto de 0,8 a 17,8 visitas por cada mil usuarios, según un informe en base a los comportamientos de 16,7 millones de usuarios publicado en JAMA Internal Medicine. De hecho, el 75% de los estadounidenses prefieren usar herramientas digitales. Las principales empresas tecnológicas de este país, como Apple, Amazon o IBM, han apostado por invertir en salud digital.

 

 

China, el capitalismo de estado que frenó al Covid-19

 

La industria de la salud de China se considera la segunda más grande del mundo por detrás de Estados Unidos. El mercado ha crecido a un ritmo rápido en los últimos cinco años y, en 2019, alcanzó los 1.100 millones de dólares estadounidenses. El férreo control estatal, la aplicación de la digitalización y la inteligencia artificial han hecho que la economía y la sociedad de China sean más resistentes en el contexto de la epidemia del coronavirus, aunque se originara inicialmente dentro de sus fronteras.

 

En el campo de salud digital destaca el crecimiento de compañías como MGI e ICarbonX. MGI, especializada en la venta de instrumentos médicos para la secuenciación del ADN, recaudó mil millones de dólares en 2020 y en el caso de ICarbon X, esta compañía ha enfocado su negocio a la combinación genómica con otros factores de salud para crear una forma de vida digitalizada y ha recaudado más de 600 millones en inversión desde su creación en 2015.

 

 

Alemania, el alumno avanzado de la UE

 

Alemania es un líder mundial en innovación que cuenta con universidades de primera línea e instituciones de investigación. Este caldo de cultivo ha permitido que sea también uno de los principales actores en los avances de salud digital. Un ejemplo de ello es la compañía Siemens, que se ha centrado en redirigir su tecnología hacia la Inteligencia Artificial (IA). La intención de la multinacional con estos proyectos es facilitar las tareas de los médicos y expertos de diagnóstico desarrollando una cartera de más de 60 soluciones impulsadas por la IA que automatizan los trabajos hospitalarios.

 

Algunos de los desarrollos de Siemens son los sistemas AI-Rad, que generan un software asistente en pruebas radiológicas. Por otro lado, la multinacional Fresenius anunció hace un año la unión con la tecnológica Adesso para fundar una escuela especializada en salud digital. En el ámbito público, el Gobierno alemán ha puesto en funcionamiento el llamado Diga, una aplicación móvil que gestiona la salud en el país.

 

 

Japon, las tecnológicas meten al país del sol naciente en el mapa

 

Los gigantes industriales y tecnológicos de Japón también han permitido meter al país asiático en el mapa mundial de la tecnología aplicada a salud. Es el caso de Fujitsu, que ha aportado diferentes fórmulas de innovación que van desde optimizar los procesos sanitarios y la gestión del historial médico, hasta actualizar los modelos de financiación o pago por uso a través de la plataforma Cloud Fujitsu.

 

Además, la multinacional ha desarrollado el SiViEs, una aplicación que integra todos los procesos de vigilancia epidemiológica en España. En este país, la multinacional gestiona, opera y administra los Datacenters que prestan servicios sanitarios a 20 millones de españoles.  Por otro lado, Hitachi, compañía especializada en productos de electrónica, ha llegado a acuerdos con farmacéuticas como Axcelead y con empresas biotecnológicas, como Sophia Genetics, con el objetivo de expandir su huella comercial y desarrollar investigación y desarrollo (I+D) en salud.

 

 

Países Bajos, con Philips como punta de lanza

 

El estandarte de las empresas de tecnología neerlandesas, Philips, se ha adentrado de lleno en el mundo de la salud digital. La multinacional, con unas ventas de 19.500 millones de euros en 2020 y 82.000 empleados, ha llegado a diversos acuerdos de asociación con universidades, empresas y fundaciones con el objetivo de mejorar y facilitar la experiencia digital del paciente. Un caso destacable de esta estrategia es el acuerdo entre Philips y Viamed con el objetivo de desarrollar tecnología sanitaria en los hospitales de este grupo.

 

Paralelamente, uno de los objetivos de la compañía de los Países Bajos es abordar la falta de interoperabilidad entre los distintos los sistemas de salud. Vitor Rocha, líder de mercado en jefe de Philips en Norteamérica y miembro del comité ejecutivo de la compañía, declaró, tras un acuerdo con la Universidad de California San Francisco, que “es necesario ampliar los límites de la innovación tecnológica para transformar la atención a los pacientes”.

 

 

Estonia, el Silicon Valley báltico

 

Estonia es uno de los países más digitalizados del mundo, lo que le ha valido el sobrenombre del Silicon Valley Báltico. Desde su independencia en 1991, el entonces flamante estado báltico inició la digitalización en muchos de sus servicios. En el apartado específico del sistema sanitario de Estonia, se ha vivido una revolución a consecuencia de las soluciones digitales que se han aplicado en todo el país, con el liderazgo del gobierno. Los pacientes y los médicos, sin mencionar los hospitales y el gobierno, se benefician del acceso electrónico a todos los servicios y el ahorro de tiempo y dinero que suponen.

 

Por ejemplo, cada habitante que ha visitado a un médico dispone de un registro de salud digital en línea que se puede rastrear. Identificado por un ID, la información referente a salud se mantiene completamente segura y al mismo tiempo accesible para las personas autorizadas. La tecnología KSI Blockchain se utiliza para garantizar la integridad de los datos y mitigar las amenaza internas o externas.

 

 

España, segundo país de Europa en servicios públicos digitales

 

España es uno de los países de Europa occidental con un sistema público de salud más sólido y, a pesar de los amplios desafíos todavía pendientes, también con uno de los más digitalizados. Saluspot, una comunidad interactiva de médicos y pacientes que fue adquirida por Telefónica. Otras empresas, como Nutrino, especializada en nutrición, han atraído incluso al capital israelí o Doctoralia también entran en esta lista. La aplicación que ayuda a pacientes a encontrar médicos y centros próximos a su ubicación geográfica, aumentó su facturación en 2020 en un 27%.

 

En el ámbito público, el Sistema Nacional de Salud es un sistema de cobertura universal, pero su gestión está descentralizada en las comunidades, una circunstancia que aumenta la heterogeneidad de los diversos sistemas interiores del país. Aun así, el Índice de Economía y Sociedad Digital (Desi) de 2020, realizado por la Comisión Europea, coloca a España en el segundo lugar en la prestación de servicios públicos digitales.

 

 

Israel, la tecnología detrás de la acelerada vacunación

 

Israel saltó a las primeras planas de la actualidad mundial por la alta velocidad en su proceso de vacunación contra el coronavirus. El país destaca por su desarrollada tecnología militar, por su agricultura científica y por su medicina avanzada. Su protagonismo en la salud digital durante la pandemia se ha fundamentado en dos factores. El primero de ellos, el acuerdo con la farmacéutica estadounidense Pfizer para el suministro de las dosis necesarias, pero en segundo lugar el país cuenta con un sistema de salud pública tecnológicamente avanzado.

 

Casi todos los ciudadanos pertenecen a un grupo de seguro médico público y estos grupos han estado almacenando los registros digitales del historial médico completo de cada israelí durante los últimos 25 años. Esta enorme cantidad de datos médicos ha permitido que la velocidad de la campaña haya sido de las más altas del mundo y se haya monitorizado eficientemente a los ciudadanos del país.

 

 

Canadá, ingenio para atender a una población dispersa

 

Las políticas públicas de Canadá para incrementar su desarrollo en términos de salud digital han sido destacables. El Gobierno federal fundó el Canada Health Infoway en 2018, un organismo independiente que se encarga de promover la adopción de soluciones de salud digital en el país. En este sentido, se ha promovido un registro electrónico de salud que, según datos del mismo servicio, presta servicio al 93,8% de los ciudadanos. Los registros médicos también benefician a nivel económico al sistema de atención médica, que se ha traducido en un ahorro que se valoró en 623 millones de dólares canadienses en 2016, según el Canada Health Infoway.

 

El tamaño del país americano es una particularidad geográfica que potencia el uso de la telemedicina. Con una extensión de 9.985 millones de kilómetros cuadrados, veinte veces más que España, su población es menor. Esta característica inclina al país hacia tecnologías remotas con el objetivo de garantizar la salud y el bienestar de sus ciudadanos.