Entorno

La economía mundial paga el precio de la guerra y recorta aún más sus previsiones

El último informe de la Ocde reduce aún más las expectativas de crecimiento en Europa alertando de una recesión en Alemania, a la que ha recortado 2,4 puntos porcentuales desde junio.

M. Tamayo

27 sep 2022 - 04:58

La economía mundial paga el precio de la guerra y recorta aún más sus previsiones

 

 

A medida que pasan los meses, el impacto de la guerra en Ucrania se intensifica y las proyecciones realizadas antes de verano ya se quedan cortas. En los últimos cuatro meses, mientras la ciudadanía disfrutaba de su primer verano pospandémico, la economía mundial ha seguido desacelerando y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) ha recortado seis décimas al crecimiento Producto Interior Bruto (PIB) global de 2023, hasta el 2,2%.

 

Además, este no es el peor de los escenarios que proyecta la organización con sede en París. En el peor de los casos, con altas disrupciones en el mercado de gas durante el invierno en el mercado europeo por el corte ruso, la economía puede retroceder hasta caer un 0,4% en 2023 y un 0,1% en 2024, aunque la entidad insista en que “no está pronosticando una recesión mundial”.

 

La entidad achaca gran parte de la ralentización económica a la estricta política monetaria que están llevando a cabo la mayoría de los bancos centrales, impulsados por la creciente inflación. Desde la Ocde, recomiendan a las entidades continuar con las políticas de subida de tipos y, aunque se estén utilizando medidas fiscales temporales para amortiguar el impacto, señalan que estas han de estar “balanceadas para conseguir un menor consumo energético y limitar la demanda en un momento de alta inflación”.

 

 

 

A esta llamada se unió ayer la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), que compareció en el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. Christine Lagarde señaló que las políticas fiscales expansivas “no están ayudando a la política monetaria” y reclamó que estas fueran sólo para colectivos vulnerables y temporales.

 

En Europa, la economía que ha hecho saltar las alarmas sobre el “precio de la guerra”, tal y como lo apunta la Ocde, ha sido Alemania. La locomotora del continente se enfrenta a un aumento de su Producto Interior Bruto (PIB) del 1,2% en 2022, siete décimas menos que en su última proyección, y una recesión del 0,3% en 2023, lo que supone un recorte de 2,4 puntos porcentuales respecto a su proyección de junio.

 

La Ocde señala que “el BCE se enfrenta a un entorno complicado dado las perspectivas inciertas de la economía junto a unas presiones inflacionarias cada vez más generalizadas”. Para el euro, la Ocde estima que los tipos escalarán al 4%. Por otro lado, la Ocde señala que los tipos de interés pueden alcanzar hasta el 4,75% en Estados Unidos, un 4,5% en Canadá y hasta un 4,25% en Reino Unido.

 

 

 

 

A pesar de los esfuerzos de los bancos centrales, la Ocde prevé que la inflación se mantenga por encima del objetivo del 2% en la mayoría de los países del G20 durante 2023. Estados Unidos, que inició el giro de su política monetaria antes, registrará un mayor aminoramiento de los precios que a Reino Unido y la eurozona.

 

En los mercados emergentes, la subida de precios será más desigual, con registros bajos y estables en China, pero con aumentos por encima de lo deseado en Brasil y México. La inflación se mantendrá por las nubes en Turquía y Argentina.

 

Además de poner el foco en la política monetaria, la organización apunta que, para salir del bache, los gobiernos deben promover políticas de mitigación de cambio climático y buscar la resiliencia energética a largo plazo, sin olvidar la seguridad en el corto. “La oscilación extrema de los precios del gas en Europa ha provocado, por ejemplo, el cambio de gas a carbón o al petróleo, lo que favorece el suministro a corto plazo, pero no ayuda a la transición cero”, asegura la organización en su informe.

 

Otra piedra en el camino de la recuperación económica ha sido la política china de Covid Cero, que ha provocado el confinamiento estricto en diversas ciudades del país. El gigante asiático ha tenido que lidiar tanto con el parón de ciudades como Shanghái, como con el aminoramiento del mercado inmobiliario, lo que ha llevado a la Ocde a pronosticar un crecimiento del 3,2% en la economía china, el menor desde la década de 1970 sin tener en cuenta la caída de 2020 por la pandemia.