Entorno

La medicina estética resurge impulsada por el cliente nacional y la ‘discreción’ del teletrabajo

Tras un año de pandemia y más de dos meses sin actividad, el sector de la medicina estética ya registra una actividad parecida a la de antes de la pandemia aún sin el usuario internacional.

D. Punzano

15 mar 2021 - 05:00

La medicina estética resurge impulsada por el cliente nacional y la ‘discreción’ del teletrabajo

 

La medicina estética, al alza. Tras un año de pandemia y más de dos meses sin actividad, el sector de la medicina estética ya registra una actividad parecida a la de antes de la pandemia. Aún sin el cliente internacional, las clínicas han experimentado una mayor demanda del usuario nacional, impulsada por las ventajas posoperatorio en un entorno discreción por el teletrabajo.

 

El sector de la medicina estética permaneció cerrado durante sesenta días en 2020, desde el 16 de marzo al 11 de mayo como consecuencia de la declaración del estado de alarma. A pesar del cierre durante más de dos meses y las restricciones que han acompañado las diversas olas del Covid-19, las clínicas resurgieron y sólo registraron una caída de entorno el 5% en sus resultados económicos del conjunto de 2020 respecto al año anterior.

 

Es el caso de IM Clinic, clínica de cirugía plástica estética y reconstructiva de Iván Mañero. La compañía cerró 2020 con un descenso de ingresos del 6% en comparación con 2019. Tras dos meses cerrada, la empresa basó su vuelta a la actividad en “campañas de márketing, la fidelidad de sus pacientes y servicios premium”, según explica el director corporativo en IM Clinic, Ricard Casimiro.

 

 

 

 

 

IM Clinic dejó de ingresar cerca de un millón de euros mientras no pudo desarrollar su actividad y registró pérdidas de 200.000 euros con el estallido de la tercera ola. No obstante, Casimiro asegura que “en verano trabajamos un 30% más que en otras ocasiones” y considera que muchas personas “vieron en el teletrabajo una oportunidad para someterse a un tratamiento sin tener que solicitar días de permiso”.

 

También notó una evolución parecida Clínica Novoa, que apunta que registró un descenso de las ventas del 5% a cierre del ejercicio 2020 respecto a 2019. El grupo, con instalaciones en Santiago de Compostela, A Coruña y Vigo, asegura que la cantidad de llamadas para realizarse intervenciones quirúrgicas durante los dos meses de inactividad “fue impresionante”. La gente interesada en estos tratamientos quería aprovechar el confinamiento para pasar el postoperatorio.

 

Dorsia, el principal grupo de clínicas de cirugía estética de España con cien centros, también registró una facturación “muy similar a la del ejercicio de 2019”, según señalan fuentes de la compañía. Durante el último año, Dorsia ha aumentado su plantilla en 120 trabajadores.

 

 

Adaptación al Covid-19

Las clínicas de medicina estética coinciden en que la primera ola fue la más severa de todas debido a las restricciones y que también se han visto afectadas por la segunda y tercera ola. IM Clinic donó el material y equipos de los que disponía a la sanidad pública. Cuando pudo retomar la actividad, no reabrió hasta recuperar los respiradores y el mobiliario que había cedido.

 

Por su parte, Dorsia ya tenía implantado el proyecto de telemedicina y clínica virtual, por lo que se produjo una “aceleración en el proceso de utilización de estas herramientas”, aseguran desde el grupo. La compañía ha extremado los controles y realiza test periódicos para mantener su red de clínicas lo más segura posible.

 

 

También es el caso de Clínica Novoa, que aplicó desde el momento de la reapertura todas las medidas sanitarias y realiza un test de antígenos una vez a la semana al personal. Además, la mitad de la plantilla ya ha sido vacunada con las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus.

 

 

Perfil del cliente y perspectivas

A pesar de la paralización del turismo en el estallido de la pandemia y su lenta recuperación, el sector de la medicina estética ha registrado un aumento de la demanda del cliente nacional que ha permitido suplir a la demanda internacional. Casimiro, de IM Clinic, detalla que “el flujo de pacientes internacional ha desaparecido y, aunque suponía un porcentaje destacable, el aumento de pacientes nacionales ha conseguido equilibrar la balanza”.

 

Desde Clínica Novoa también apuntan que la demanda nacional va al alza, mientras que Dorsia señala que el paciente internacional no representa una cuota significativa de su demanda. La misma compañía refleja que la demanda ha virado hacia la medicina estética de tratamientos no invasivos, en detrimento de los quirúrgicos.

 

El director corporativo en Mi Clinic explica que los clientes han cambiado sus prioridades. Al no poder destinar su tiempo y sus recursos económicos a viajar, el ocio nocturno y el turismo, entre otros, “han decidido invertir en su salud, cuidado personal y mejorar su aspecto”, comenta Casimiro.

 

 

 

 

 

En la misma línea opina Moisés Martín, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (Aecep). A su juicio, los clientes con cierto nivel adquisitivo “tienen más dinero porque no lo han podido gastar y se realizan intervenciones que hace tiempo que tenían en la cabeza”. Además, Martín expresa que los postoperatorios, que ya eran livianos, “con el teletrabajo aún son más discretos y han ayudado”.

 

El sector de la medicina estética ve con optimismo el 2021 tras la tracción en aumento de los últimos meses y el avance del proceso de vacunación, que permite levantar restricciones en España y reactivar en mayor medida el turismo internacional.

 

El sector de la medicina estética en España registró una facturación de 2.800 millones de euros en 2019 y el país se posicionó como el segundo de Europa y el quinto del mundo en el ránking de turismo de salud, según el último informe elaborado por la Sociedad Española de Medicina Estética (Seme). El sector genera 100.000 puestos de trabajo en España y estima que un 35,9% de la población se somete a tratamientos estéticos.