Entorno

¿La sanidad española, digitalizada?: sólo el 42,6% obtiene el aprobado

El estudio deduce que existe un gran número de aplicaciones para sanitarios que requieren mucho esfuerzo para evolucionarlas tecnológicamente y suponen una barrera para la transformación digital.

D. Punzano

5 jun 2020 - 04:56

¿La sanidad española, digitalizada?: sólo el 42,6% obtiene el aprobado

 

 

La sanidad española sigue lejos de la transformación digital. El índice de madurez digital en infraestructuras de salud digital es de tan sólo el 42,6%. El Índice Fenin de Madurez Digital en Salud remarca que es bajo en el objetivo de lograr el cambio digital en España. El estudio destaca la gran cifra de aplicaciones existentes para profesionales que se lanzaron hace muchos años y que necesitan mucho trabajo para evolucionarlas tecnológica y funcionalmente. Todo ello supone una barrera para la total digitalización, a pesar de que recientemente se están desarrollando aplicaciones para pacientes basadas en tecnologías que facilitan las transacciones y servicios digitales.

 

El estudio de Fenin ha analizado el desarrollo e implementación de herramientas, tipologías y servicios digitales en la sanidad de las comunidades autónomas. Las regiones españolas suspenden en el desarrollo de salud digital con una nota media del 31,7%. Aunque las infraestructuras de salud digital son las mejor valoradas, no es suficiente para alcanzar la transformación digital.

 

El Índice de Fenin de Madurez Digital en Salud tiene en cuenta cuatro perspectivas. La primera es el empoderamiento de la ciudadanía, la segunda es la disponibilidad de servicios de salud digital para los sanitarios, la tercera es la evaluación del avance tecnológico de la infraestructura IT de las organizaciones sanitarias y la cuarta son las herramientas de análisis de datos para la toma de decisiones aplicado a la planificación sanitaria, gestión de la salud de la población e investigación.

 

 

 

 

De todos los datos extraídos del apartado de infraestructuras, existe una gran diferencia entre las comunidades. El informe resalta cuatro regiones que se sitúan por encima de la media, algunas cerca del 50%, mientras que hay otras cuatro por debajo del 25%. Además, dentro de este epígrafe sólo hay dos servicios que están valorados por encima del 50%. Concretamente, son las tecnologías de aplicaciones para pacientes y la disponibilidad y recuperación diarias de los sistemas.

 

Algunos servicios como interoperabilidad, dispositivos de acceso a la información o gestión de los procesos de gobierno de las tecnologías de la información y la comunicación se encuentran entorno al 40%. Sin embargo, el desarrollo de plataformas de persistencia de datos muestra baja madurez.

 

Según el informe, las comunidades no se han interesado ni por el despliegue de dispositivos móviles entre los usuarios profesionales, a excepción de un reducido número de directivos, ni por políticas de utilización de otros dispositivos en la red corporativa. Además, uno de los elementos llamativos del estudio es que los datos permanecen en un gran número de bases de datos y plataformas varias y no siempre bien integradas. Fenin indica que los datos han pasado a ser el componente más estratégico para el desarrollo de soluciones de salud digital.

 

 

 

 

El desglose de la infraestructura IT de salud digital, dividido en seis apartados, muestra sus características fuertes y débiles. El índice de madurez en interoperabilidad es del 47,1%. El estudio detalla que, aunque la utilización de sistemas de interoperabilidad tecnológica y sintáctica mediante el uso de estándares sanitarios es alta en todas las comunidades, no sucede lo mismo con la normalización semántica y organizativa.

 

La segunda perspectiva determina que el índice de madurez de tecnología de aplicaciones profesionales es del 40%, mientras que el mismo servicio para pacientes es del 55,6%. Las aplicaciones para enfermos se han desarrollado mucho más en los últimos años que las de los sanitarios, que tienen demasiadas y son obsoletas.

 

El índice de madurez de la tecnología de dispositivos de acceso a la información es del 37,5%. Como todos los anteriores, es considerado como índice medio ya que su utilización se hace principalmente desde puestos de trabajos fijos, lo que penaliza la movilidad de los usuarios profesionales. Los territorios no han abordado ni el despliegue de dispositivos móviles, ni la política de utilización de otros dispositivos garantizando las políticas de seguridad y protección de datos.

 

 

 

 

El cuarto aspecto consiste en el índice de madurez en la plataforma de persistencia de los datos y es el peor valorado con el 27,1%. A pesar de que los datos no siempre estén bien integrados en las bases de datos actuales, no es un impedimento para el desarrollo de nuevos servicios digitales basados en uso de esos datos agregados y normalizados.

 

Otro índice de madurez refleja en un 40% la gestión de los procesos de gobierno de las TIC. El informe deduce que, aunque se está trabajando en metodologías de bibliotecas de infraestructuras de tecnologías de información, se trabaja de forma reactiva ante incidencias y problemas. Otros conceptos como la entrega continua o la gestión de infraestructura como código sólo tres de las 17 comunidades han empezado a utilizar.

 

Por último, el índice de madurez de disponibilidad y recuperación diaria de los sistemas es del 52,6%. Las regiones han implantado soluciones de alta disponibilidad a la vez que planes de contingencia, a pesar de que la utilización de centros de recuperación no está extendida por igual en todas ellas.