La tecnología sanitaria en España, más dependiente: las importaciones crecen un 62,9% desde 2010

La tecnología sanitaria en España se hace más dependiente del extranjero. Durante la segunda década del siglo XXI, las importaciones del sector crecieron un 62,9% hasta alcanzar 7.576 millones de euros, según datos del Estudio sobre la fabricación de Tecnología Sanitaria en España y su internacionalización de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).

La balanza comercial del sector se ha mantenido negativa en los últimos quince años, lo que supone una gran dependencia del exterior. En 2015, este indicador mostraba una tasa negativa de 1.638 millones de euros, mientras que, según los últimos datos disponibles, la balanza comercial negativa se ha ampliado hasta 4.027 millones de euros.

Por otro lado, las exportaciones en el sector muestran una cifra superior a los 3.549 millones de euros, lo que supone duplicar los datos de 2010. Aun así, durante el último trienio de la década, el volumen exportador ha frenado su crecimiento, con incrementos anuales del 1%.

Este déficit estructural demuestra una alta dependencia de otros países y, por ello, Fenin plantea la necesidad de invertir esta tendencia a través del impulso a la producción nacional, orientándola hacia la fabricación de “productos y tecnologías sanitarias de calidad, innovadoras y competitivas”.

La balanza comercial negativa se ha ampliado hasta 4.027 millones de euros

En este sentido, la asociación reclama más apoyo público desde las administraciones, con políticas adecuadas de compra pública, “a través de incentivos fiscales, ayudas y por medio de un plan estratégico de fomento de la inversión y de desarrollo del tejido fabricante en España”.

El sector de la tecnología sanitaria está compuesto principalmente en España por microempresas (37%) y compañías pequeñas (33%). Aun así, el número de medianas (20%) y de grandes (10%) ha aumentado en los últimos años tres y dos puntos, respectivamente. Esto se debe a la necesidad de redimensionarse para reducir sus costes y aumentar su competitividad, según Fenin.

El estudio pone sobre la mesa la correlación entre el tamaño de las empresas y la localización geográfica. Así, en las comunidades autónomas donde el número de compañías fabricantes es muy reducido, se han instalado los centros productivos de grandes empresas, y no existe un tejido industrial de pequeñas ni de microempresas. Por otro lado, en aquellas regiones donde hay un gran número de empresas, éstas suelen tener un menor tamaño.

Fundada en 1977, la Fenin nació con la misión de agrupar a las empresas españolas de este sector, coordinar y defender sus intereses generales y ejercer su representación ante las autoridades autonómicas, nacionales y europeas.