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Sanidad en Reino Unido: más de 180.000 millones de euros en jaque por el Brexit

El sistema británico de salud, conocido por sus siglas como NHS, emplea en la actualidad a 1,2 millones de personas. Reino Unido, además, es uno de los principales países en producción de ensayos clínicos.

A. Escobar

30 sep 2019 - 05:00

Sanidad en Reino Unido: más de 180.000 millones de euros en jaque por el Brexit

 

23 de enero de 2013. Esa es la primera fecha marcada en el calendario, el día en que David Cameron se comprometió a celebrar un referéndum sobre la permanencia o la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE). Años más tarde, un 23 de junio de 2016, el país dio luz verde a la desconexión con Europa, una efeméride que tiene su fecha límite el próximo 31 de octubre. Por el momento, se desconocen las consecuencias reales del Brexit y qué afectación puede tener según la industria en concreto. Pero, ¿cómo puede impactar en el sector sanitario británico? ¿De qué manera puede afectar a un sector que mueve más de 180.000 millones de euros anuales?

 

El gasto sanitario público en sanidad en Reino Unido se incrementó en 2.874 millones de euros en 2018 en comparación con 2017, hasta alcanzar 180.324 millones, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (Ocde) y la oficina de estadística europea Eurostat. Esta cifra supone que el gasto público en sanidad alcanzó el 7,53% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, frente 7,59% del PIB de un año atrás.

 

En 2018, Reino Unido se mantuvo en la misma posición en el ránking de países por importe invertido en sanidad, en el puesto número seis, por detrás de estados como Alemania, con 321.134 millones de euros, o Francia, con 219.385 millones.

 

 

 

 

Respecto al gasto público per cápita en sanidad en Reino Unido, este fue de 2.720 euros por habitante en 2018. En 2017, la cifra era de 2.686 euros, de manera que se ha producido un incremento por ciudadano del 1,3%, es decir, de 35 euros.

 

En 2016 Reino Unido dedicó el 18,88% de su gasto público total a sanidad, mientras que en 2015 había destinado el 18,55%. Cinco años antes, el porcentaje era del 15,37% y diez años atrás el porcentaje fue del 15,14% del gasto público.

 

Por otro lado, el número de empleados que trabajan para el sistema de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) alcanza 1,2 millones de personas, según los últimos datos disponibles publicados en el informe NHS Workforce Statistics del Gobierno británico, con estadísticas de mayo. De estos, más del 6% son trabajadores procedentes de otros países europeos, muchos de los cuales están en medio de la confusión de no saber qué va a pasar con su estatus legal una vez que se produzca la salida o si van a tener que regresar a sus países de origen.

 

 

 

 

Reino Unido también es una gran potencia en investigación. Históricamente, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido ha sido un centro importante para la investigación de medicamentos, un contexto que ha alentado la inversión farmacéutica. Ahora los líderes de la industria temen que esto pueda estar en riesgo.

 

De hecho, Reino Unido se sitúa entre los cuatro principales países con más ensayos clínicos en marcha. Según datos de BDMetrics, el país tiene activos un total de 323, por detrás de Italia (466), Francia (477), Alemania (542) y España, con más de 900 ensayos. Fuentes del mercado consultadas por PlantaDoce alertan de que Reino Unido también está perdiendo capacidad en ensayos clínicos, ya que muchas operaciones se han trasladado al resto de la UE para poder seguir probando terapias para el mercado europeo.

 

En paralelo, Reino Unido también es uno de los grandes productores farmacéuticos del mundo, con dos grandes laboratorios, como GlaxoSmithKline (GSK) y AstraZeneca. Alrededor de 45 millones de paquetes de medicamentos son enviados desde el país al resto de la Unión Europea cada mes, según un informe del Parlamento británico. A su vez, el país anglosajón importa de la Unión Europea 37 millones de paquetes de fármacos al mes, según las cifras de la industria.

 

 

 

 

GlaxoSmithKline es una de las mayores farmacéuticas del mundo por volumen de facturación, y en 2018 la multinacional británica alcanzó unas ventas de 30.800 millones de euros. La compañía cuenta con tres áreas de negocio: desarrollo de productos farmacéuticos, vacunas y consumer healthcare.

 

La presencia mundial de GSK es muy significativa, con operaciones comerciales en más de 150 países, una red de más de 87 plantas de producción en 36 estados y grandes centros de investigación (I+D) en Reino Unido, España, Estados Unidos, Bélgica y China.

GSK España, cuya sede central se encuentra en el Parque Tecnológico de Madrid en Tres Cantos, cuenta con más de 2.000 empleados, un campus de investigación y dos centros de producción en Aranda de Duero (Burgos) y Alcalá de Henares (Madrid).

 

Como consecuencia de la llegada del Brexit, GSK trabaja desde hace meses en un plan de contingencia. De hecho, la consejera delegada de GSK España, Cristina Henríquez de Luna, reconoce que este plan está activado desde 2016.

 

 

 

 

 

AstraZeneca es otra de las grandes british farma. La multinacional, con sede en Cambridge, registró unos ingresos de 19.537 millones de euros en 2018, un 2% menos respecto al ejercicio anterior. Asimismo, la compañía ganó 2.995 millones, cifra que supone un descenso del 8% en comparación con 2017.

 

Astrazeneca es una biofarmacéutica, centrada en el descubrimiento, desarrollo y comercialización de medicamentos bajo prescripción médica. La multinacional desarrolla su actividad en importantes áreas de la atención sanitaria a las que pertenecen algunas de las enfermedades más graves del mundo: enfermedades cardiovasculares y metabólicas, respiratorias, oncológicas, infecciosas y neurológicas.

 

En la actualidad, la empresa dispone de tres centros de I+D en Cambridge, Gaithersburg (Estados Unidos) y Gotemburgo (Suecia) y opera en más de cien países. En declaraciones a El País, Leif Johansson, presidente no ejecutivo de AstraZeneca, reconocía que los planes ante un Brexit duro le han costado a la farma más de cuarenta millones de euros.