Entorno

Un año esperando las fotos: recuperación a doble velocidad en las mecas del turismo

La evolución de la pandemia y las restricciones condicionan el rebote en los destinos más visitados del planeta. Para algunos, el turismo es el pilar clave para la recuperación de la economía nacional.

I. P. G.

5 ago 2021 - 05:00

Avión

 

El Gran Palacio de Bangkok, la Torre Eiffel de París y la Estatua de la Libertad de Nueva York se quedaron el año pasado huérfanos de turistas. Con el planeta encerrado en casa, los viajes restringidos y los aviones en tierra, 2020 pasará a la historia como el año con menos turistas desde 1990. Ahora, un año y medio después, las calles y paisajes de postal se encomiendan a las vacunas y la legislación para encarar la recuperación, clave en muchos casos para que toda la economía del país salga de la recesión.

 

Esta lenta recuperación del turismo también condiciona la remontada de grupos de reproducción asistida, oftalmológicos y clínicas de cirugía, que también beben del paciente internacional. Sólo en España, el turismo sanitario genera una cifra de negocio de 500 millones de euros, según datos del clúster español de turismo de salud en España, Spaincares, referentes a antes del estallido de la pandemia.

 

Bangkok lleva años ocupando el primer puesto entre los destinos más visitados del mundo, según datos de Mastercard. Antes del Covid-19, recibía a casi 23 millones de viajeros extranjeros al año, con un gasto total de 20.030 millones de dólares.

El país, que el año pasado era citado como un ejemplo por sus estrategias de contención, está hoy ahogado por la escalada de la variante delta y la lenta campaña de vacunación, elevando los contagios diarios hasta cifras récord.

 

 

Pero el turismo aporta un 9,4% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, con una aportación indirecta del 21,2%, y el Gobierno ha hecho todo lo posible por mantener al menos un ligero flujo de visitantes.

 

En diciembre del año pasado, el país extendió el visado especial del turista, hasta entonces restringido a los viajeros de países de bajo a medio riesgo por Covid-19, a todo el planeta, pero al llegar deben descargarse las aplicaciones de alerta, aunque se mantiene la cuarentena de catorce días.

 

Sin embargo, una vez allí las restricciones varían según la región. El Gobierno reabrió la isla de Phuket a los viajeros internacionales el pasado 1 de julio y los que estén completamente vacunados no tienen que someterse a restricciones de movimiento ni cuarentena. Bangkok, en cambio, continúa en zona rojo oscuro, con toque de queda, cierre de todos los negocios salvo los esenciales y prohibición de salir de la provincia.

 

La escalada de contagios ha motivado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajara el pasado julio sus previsiones de crecimiento para la región de Asean (Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam), para la que ahora anticipa una expansión del 4,3% este año y del 6,3% el año que viene.

 

En París, la segunda ciudad más visitada del mundo con 19 millones de llegadas antes del Covid-19, la recuperación también es lenta. En 2019, la capital francesa recibió unos diez millones de turistas durante el verano. En 2020, sólo llegaron unos dos millones y este año las previsiones de la oficina turística local pasan por recibir entre cuatro millones y cinco millones de viajeros. 

 

 

Las colas han regresado, pero por la imposición del nuevo pase sanitario, que es obligatorio presentar en todos los lugares de ocio y cultura donde se reúnan más de cincuenta personas, incluida la Torre Eiffel.

 

El pase, que acredita la pauta de vacunación completa de más de siete días, haber superado la enfermedad hace menos de seis meses o resultado de test negativo, también es obligatorio desde este mes para la entrada en bares, restaurantes, centros comerciales, trenes, aviones, hospitales y residencias de mayores. Los test PCR ya no son gratuitos para los extranjeros desde el pasado 7 de julio.

 

Sin embargo, el extenso confinamiento de la pasada primavera, uno de los más estrictos este año en Europa, ha permitido al país doblegar la curva de la pandemia. El FMI anticipa que Francia crecerá este año un 5,8% y un 4,2% el año que viene, en línea con sus pronósticos de abril.

 

La otra gran meca europea, Londres, tuvo un pequeño estímulo añadido para la recuperación al albergar la final del la Eurocopa, con 60.000 asistentes en el estadio de Wembley. Sólo una semana después de ese encuentro, el Gobierno declaró el Día de la Libertad, en el que decayeron las últimas restricciones para contener la pandemia.

 

El uso de las mascarillas dejó de ser obligatorio en restaurantes y pubs y las colas se amontonaban a las puertas de los locales nocturnos, pese a que el primer ministro Boris Johnson insistía en pedir prudencia. 

 

 

Antes del Covid-19, sólo Londres recibía algo más de 19 millones de visitantes al año. Para este año, la Oficina Turística de Reino Unido anticipaba la llegada de 11,3 millones de turistas para todo el país, lo que supondría apenas un leve repunte del 2% respecto a 2020 pero todavía más de un 70% por debajo de 2019. La oficina anticipa un gasto total de 6.200 millones de libras, en línea con 2020 y un 80% por debajo de 2019.

 

Con todo, el país está recuperándose más rápido de lo previsto. En su último informe de previsiones, en julio, el FMI mejoró en 1,7 puntos su previsión para el PIB británico este año, con un alza prevista del 7%. Para 2022, anticipa un crecimiento del 4,8%.

 

La evolución de la pandemia en Reino Unido también condiciona a los destinos turísticos españoles, para los que el mercado británico es uno de los mayores emisores de viajeros. En la lista de Matercard, sólo dos ciudades españolas se colaban en la última edición en el top 20: Barcelona y Palma.

Ambas atraviesan el verano pendientes de cada cambio de normativa de países como Alemania, Francia o Reino Unido. Reino Unido, por ejemplo, mantiene a Baleares en su lista ámbar de su semáforo sanitario, por lo que los turistas con la vacunación completa que regresen de las islas tendrán que pasar una cuarentena de diez días. Esta clasificación, sumada al fin de las últimas restricciones generalizadas a los viajes con la llegada del Día de la Libertad, han disparado las llegadas en el archipiélago.

 

 

Alemania, en cambio, ha incluido toda España en su lista de países de alto riesgo, por lo que exige una cuarentena de diez días a todos los que regresen del país y no tengan la doble pauta de vacunación.

 

Baleares lideró en junio la llegada de viajeros internacionales a España con 664.013 visitantes, el 28,4% del total.  Barcelona, por su parte, copó un 15%, por detrás del aeropuerto de Madrid, que recibió a 497.394 turistas extranjeros, el 21,3% del total.

 

En su conjunto, España recibió 2,3 millones de pasajeros extranjeros, un 65% más que el mes anterior y el mejor registro desde el estallido de la pandemia, aunque todavía un 75,8% por debajo del mismo mes de 2019, según datos de Turespaña.

 

Pese a que el turismo continúa muy lejos de los niveles previos al Covid-19, el FMI ha mejorado notablemente las previsiones de crecimiento para España en 2022, situándola como la economía desarrollada que más crecerá el año que viene, un 5,8%. Para este año, anticipa una expansión del 6,2%, dos décimas menos de lo previsto en abril.

 

 

 

Las otras dos mecas del turismo antes de la pandemia arrojan realidades muy diferentes. Dubái se reabrió a los turistas internacionales en julio de 2020 y hasta final de año recibió 1,7 millones de visitantes, a los que se sumaron otros dos millones en los cinco primeros meses de 2021.

 

La ocupación hotelera llegó al 69% en diciembre y al 66% en enero, situándola como la segunda más alta del globo por detrás de Singapur y por delante de París y Londres, según datos de la compañía de análisis hotelero STR.

 

Dubái es, de todos los emiratos, el que más rápido ha reanudado la actividad y, a diferencia de Abu Dabi, no exige cuarentena a los turistas, aunque sí un PCR negativo. En su última actualización de previsiones, el FMI no ha ofrecido datos desagregados para los emiratos, pero anticipa una expansión del 4% este año y del 3,7% el que viene para Oriente Próximo, por debajo de lo previsto para conjunto de las economías en vías de desarrollo.

 

Singapur, por su parte, fue un ejemplo de gestión de la pandemia en la primera ola, pero ahora también lucha para controlar la variante Delta, si bien más del 70% de su población tiene al menos una dosis de la vacuna.

 

El pequeño país recibía antes de la pandemia a casi quince millones de viajeros y en el primer trimestre lideró la tasa mundial de ocupación desde el estallido de la pandemia, pero en mayo volvió a imponer un cierre nacional y cerró fronteras.

 

Ahora, el Gobierno es prudente pero anticipa ya una reapertura para septiembre. “Si bien otros países pueden haber aceptado un cierto nivel de casos de Covid-19 e incluso muertes, esta no es la elección que queremos hacer en Singapur”, ha asegurado Lawrence Wong, ministro de Finanzas de Singapur. “Al mismo tiempo, no es necesario esperar a que todos se vacunen antes de comenzar a abrir, eso significaría retrasar toda la planificación de reapertura hasta mucho más tarde, lo cual no es sostenible”, ha añadido.

 

En este sentido, el país prevé volver a abrir sus puertas al turismo a partir de septiembre, cuando la tasa de vacunación llegue al 80%, pero sólo se permitirá la entrada a viajeros vacunados y testados. Por el momento, ni americanos ni europeos pueden viajar al país de vacaciones.