Ya es una realidad. Un equipo de científicos de Roma ha presentado la primera mano biónica que es capaz de sentir el tacto. La receptora de este artilugio ha sido Almerina Mascarello, una paciente que perdió su mano en un accidente hace quince años.

Las investigaciones se remontan a 2014, cuando el grupo de especialistas desarrolló la primera extremidad biónica con sentido del tacto. No obstante, las tecnologías sensoriales y el sistema informático al que estaban vinculadas era demasiado grande para probarlo lejos del laboratorio.

Ahora, los expertos han sido capaces de adaptar este mecanismo a una escala más pequeña, tanto como para ser transportada en una mochila, lo que le ha convertido en un sistema portátil. Esta mano biónica permite ya a su portador coger un vaso, vestirse o ponerse los zapatos, y esto supone un nuevo avance en la interfaz que permite comunicar una máquina con el cuerpo humano.