No te detengas, sigue caminando. Investigadores estadounidenses han descubierto que caminar y correr frena el deterioro cognitivo de las personas y provoca que el proceso de envejecimiento de las neuronas sea más lento.

Las personas mayores alrededor de los setenta años comienzan a perder lentamente las capacidades mentales de la memoria, el razonamiento y el juicio, síntomas que pueden conducir al desarrollo del Alzheimer.

En los ensayos clínicos participaron personas entre los 71 y 85 años, quienes caminaron y corrieron durante cuatro días por doce semanas en una cinta de correr. Después de este ejercicio, se les pedía inmediatamente que leyeran una historia corta y la explicaran en voz alta a los científicos.

Los resultados demostraron que los pacientes contaban con una actividad cerebral  más activa de lo normal al finalizar los esfuerzos físicos. Además, tenían una mayor capacidad cognitiva al realizar esfuerzos como leer o memorizar algún texto.

También mencionan que si las personas a partir de los cincuenta años siguen practicando alguna actividad física mínima ya sea caminar esto produciría retrasar la pérdida de memoria y la neurodegeneración de las neuronas.