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Julio Mayol (San Carlos): “En salud, el código postal influye más que el código genético”

El jefe de sección de cirugía del Hospital Clínico San Carlos y presidente de Sociedad Española de Intervenciones Quirúrgicas (Seiq) sostiene que en salud no es tan necesario más dinero, sino saber gastar bien el que ya se tiene.

Julio Mayol (San Carlos): “En salud, el código postal influye más que el código genético”
Julio Mayol (San Carlos): “En salud, el código postal influye más que el código genético”
El jefe de sección de cirugía del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de Sociedad Española de Intervenciones Quirúrgicas (Seiq) sostiene que en salud no es tan necesario más dinero, sino saber gastar bien el que ya se tiene

A. ESCOBAR

11 dic 2023 - 05:00

Julio Mayol es presidente de Sociedad Española de Intervenciones Quirúrgicas (Seiq), catedrático y cirujano en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, además de ser experto en salud digital y redes sociales. El experto cree que la medicina tiene que ser transformadora, predictiva, participativa, adaptada a las condiciones de cada individuo y poblacional, es decir, que rompa con las barreras de inequidad existentes.

 

Pregunta: Usted habla en ocasiones de la Medicina 5P y su fortaleza. ¿En qué consiste este término?

 

Respuesta: La Medicina 5P está relacionada con la transformación digital de la salud y de la organización de los servicios sanitarios para que contemos con una medicina predictiva, participativa, que se adapte a las condiciones y problemas de cada una de las personas y que sea poblacional, es decir, que no sólo se preocupe de aquellos individuos que disponen de más recursos. El concepto está intrínsecamente relacionado con la idea de la digitalización de los datos, con que podamos utilizar herramientas para la mejor toma de decisiones.

 

P.: ¿Actualmente no es poblacional?

 

R.: Uno de los problemas actuales es la inequidad. No todo el mundo tiene acceso a los mismos servicios con la misma calidad. En salud, el código postal influye más que el código genético. Claramente, existen inequidades en los cuidados de la salud.

 

P.: ¿Realmente vamos encaminados hacia una medicina personalizada?

 

R.: Los seres humanos creamos fantasías que queremos que sean realidad. La mejor medicina personalizada es aquella que genera capacidad de agencia, es decir, autonomía. Cuando hablamos de medicina personalizada debemos referirnos al uso de datos genéticos para dirigir mejor el tratamiento a los pacientes. Para un modelo reduccionista, hay muchos pacientes que ya se benefician, pero es una minoría respecto a la gente que no tiene acceso una medicina de calidad.

 

 

 

 

P.: También destaca la relación entre las redes sociales y la medicina. ¿Favorecen el impulso de la medicina personalizada?

 

R.: Las redes sociales son simplemente una tecnología que permite amplificar la capacidad de comunicación entre seres humanos. La salud y la enfermedad son dos preocupaciones. Poner a disposición del usuario estos canales potencia el intercambio de conocimiento, pero corres el riesgo de difundir información que puede ser tóxica. Las redes sociales pueden ayudarnos, porque al intercambiar datos fácilmente capturables llegamos a conocer lo que es la sociología computacional, en definitiva, cuál es el estado de salud de una determinada comunidad y cómo dar respuesta a necesidades no cubiertas.

 

P.: ¿No es un peligro confiar la medicina a la tecnología?

 

R.: La cuestión es que es inevitable. No se ha construido Internet para que haya una censura. Los profesionales sanitarios tenemos un deber ético y moral de participar en la conversación, porque si no lo harán otros que quizá utilicen mensajes tóxicos.

 

P.: ¿Hay proyectos digitales en salud que no aportan gran cosa?

 

R.: Pensamos que venimos de un pasado glorioso. Los sistemas de salud no han sido estupendos nunca. La inequidad, la falta de rigor o los resultados dudosos son parte constitutiva del sistema. Tenemos que trabajar más, con una sociedad más conectada, creando relaciones beneficiosas. La cuestión es cómo participar en esas conversaciones y encajar las nuevas soluciones. Así que bienvenidas sean.

 

 

 

 

P.: ¿Están las empresas y los pacientes preparados para la transformación digital?

 

R.: La transformación es un problema cultural. Casi nadie quiere cambiar y eso tiene que ver con los cambios en los flujos de poder. Todo el mundo quiere que cambien los demás. Para transformar el sistema de salud, tenemos que modificar el modelo de negocio. Debemos dejar de financiar por la cantidad de cosas que llevamos a cabo y hacerlo por el valor que generan. Tenemos que pensar en colaborar y no en competir.

 

P.: ¿Cómo financiamos en base al valor? ¿Es imposible eliminar la competencia?

 

R.: La cuestión es el motivo por el que competimos, si por tener más o por tener mejor. Si compites por más camas hospitalarias o porque los pacientes estén mejor. Financiamos por las cosas incorrectas. Establecemos competencias en base al más y no al mejor. El que más tiene parece el más rico. Las sociedades más ricas son aquellas que tienen a más ciudadanos saludables.

 

 

P.: ¿Falta educación en salud digital?

 

R.: Falta transformar la educación. En un mundo digital, las cosas funcionan diferente al modelo industrial. No hemos desarrollado planes para educar a los ciudadanos y sí para instruir. Tenemos ciudadanos muy vulnerables a la manipulación.

 

 

 

 

P.: ¿Es un problema de recursos o de planificación o gestión?

 

R.: Es un problema de construcción mental de los liderazgos. No necesitamos más recursos, sino gastar bien los recursos. Lo ideal es dejar de hacer cosas inútiles que producen toxicidad financiera.

 

P.: ¿Qué cosas producen toxicidad financiera?

 

R.: Utilizar tratamientos para cosas que no están indicadas, indicar pruebas para cosas que no se tienen que diagnosticar, procesos administrativos tediosos o ver a pacientes que no hace falta, etcétera. No nos gastamos el dinero en prevención porque los seres humanos no somos buenos estimando el riesgo a futuro.

 

P.: ¿Cómo se puede regular la tecnología para garantizar la seguridad del paciente?

 

R.: La tecnología, que no son las redes sociales, requiere controles de seguridad. El problema de la tecnología está en la tecnología mental, en nuestras formas de operar. Da igual lo segura que sea la herramienta. El reto es cambiar la manera de pensar.