La ortopedia, aliada clave del Sistema Nacional de Salud

Actualmente, España es el cuarto país de la Unión Europea con mayor número de personas mayores en cifras absolutas, 9,5 millones en total, y las proyecciones del INE para 2040 indican que podría haber más de 14,2 millones de personas mayores en nuestro país, representando algo más del 27% de la población. 

Este escenario de envejecimiento demográfico, constante y acelerado, plantea un desafío importante para el sistema público de salud, que debe ofrecer una gestión eficiente y eficaz de las prestaciones ortoprotésicas, de manera que se no ocasionen nuevas patologías al cada vez mayor número de pacientes que las necesitan, la mayoría con discapacidades severas, permitiéndoles obtener el producto que realmente necesitan para conseguir una mejora tanto en su salud como en su calidad de vida y favorecer, al mismo tiempo, su inclusión social.

Las conclusiones del informe elaborado recientemente por la consultora EY sobre el sector ortoprotésico en España confirman el papel de la ortopedia como una gran aliada del Sistema Nacional de Salud (SNS), demostrando, a través de la relación coste-eficiencia de los servicios de ortopedia, que estos son más una inversión que un gasto para el sistema.

Impacto del ahorro en el SNS

El estudio revela que, a los indudables beneficios que la prestación ortoprotésica aporta en el ámbito asistencial, se añade un beneficio económico, al contribuir a la eficiencia del sistema sanitario debido a los buenos resultados en pacientes y al coste reducido para el SNS, con el consecuente mejor uso de los recursos sanitarios. A través de las evaluaciones económicas de diferentes productos ortoprotésicos, tanto aquellos que en estos momentos no están incluidos en el catálogo de prestaciones como otros que sí lo están, se ha comprobado el gran impacto de ahorro económico que la ortopedia pueden generar.

El ahorro para el SNS derivado del suministro de productos de ortopedia se eleva a cientos de millones de euros

Así, por ejemplo, si se suministraran ortesis plantares al 60% de los pacientes que sufren pie diabético, su uso podría suponer un ahorro de 414,8 millones de euros al año; o en el caso de las ortesis craneales, el uso de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas significaría un ahorro para el sistema de salud de cerca de 1,4 millones de euros al año, lo que representa un ahorro de más del 50% respecto a las técnicas “abiertas”. Igualmente, si la prescripción de las sillas bipedestadoras eléctricas fuese el tratamiento estándar, al aumentar la adherencia al tratamiento se reduce significativamente el coste de las comorbilidades asociadas, lo que resulta en un ahorro de 22,71 millones de euros al año para el sistema sanitario.

Cuando se trata de productos financiados, los ahorros generados también son considerables. Los asientos posturales pueden suponer un ahorro de 1,55 millones de euros al año para el sistema sanitario, mientras que el uso de prótesis de rodilla electrónicas podría significar un ahorro anual de 1,52 millones euros. En el caso del uso de corsés de escoliosis, significaría un ahorro de más de 3,3 millones de euros al año en concepto de gastos asociados a las operaciones de esta patología. Por tanto, se demuestra el impacto positivo en la rentabilidad del sistema sanitario, ya que tanto operaciones como hospitalizaciones se pueden evitar con una correcta prescripción, fabricación y adaptación y uso del material ortoprotésico.

Los resultados obtenidos, por tanto, subrayan la relevancia estratégica de la ortopedia para el SNS en el contexto de las inversiones públicas sanitarias, siempre limitadas, y la necesidad de fortalecer el sistema de prestaciones ortoprotésicas. Por este motivo, desde el sector de la ortopedia compartimos las recomendaciones que EY plantea en su estudio, instando a los responsables de las prestaciones a revisar de manera periódica y continuada la cartera de productos financiados considerando el coste-efectividad de la práctica ortoprotésica, a equiparar las coberturas a los países de nuestro entorno y a favorecer el acceso de los pacientes a la innovación, permitiendo la mejora en los productos, de forma que aquellos que lo necesiten puedan optar a la última tecnología que ayude a su recuperación o inclusión.