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C. Buesa (Oryzon): “El esfuerzo de desarrollar productos escapa a una única empresa pequeña”

Carlos Buesa, consejero delegado de Oryzon Genomics, cree que “hay que ser tenaces en una senda de progresión tecnológica” en España. El directivo, además, cree que la “dignificación” de la profesión de investigador pasa por un “incremento de las condiciones salariales”.

A. Escobar

25 sep 2018 - 04:58

C. Buesa (Oryzon): “El esfuerzo de desarrollar productos escapa a una única empresa pequeña”

 

Carlos Buesa es el consejero delegado de Oryzon Genomics, compañía farmacéutica española de fase clínica, que desarrolla terapias basadas en epigenética. El directivo es doctor en Biología por la Universidad de Barcelona y Pade por Iese.

 

Pregunta: ¿La I+D en España cuenta con un nivel de inversión óptimo?

Respuesta: España no se encuentra en un nivel óptimo de financiación de la investigación y desarrollo (I+D). En los países de nuestro entorno, la inversión se sitúa en una horquilla del 2% y el 4% del Producto Interior Bruto (PIB) y España está lejos de alcanzar esas cifras. Si la economía española quiere generar productos de valor añadido y crear puestos de trabajo cualificados, hay que ser tenaz en una senda de progresión tecnológica. Además de las insuficiencias en inversiones por parte de las administraciones públicas, no hay que pasar por alto que la composición del gasto en I+D en los países de nuestro entorno tiene un fuerte componente empresarial y privado.

 

P.: ¿Está bien pagada la investigación en España?

R.: No está bien pagada. La economía española se ha especializado, si se permite la expresión, en una economía de valor añadido bajo y ello crea una dinámica colectiva salarial que abarca distintos estamentos. La dignificación de la profesión de investigador pasa por un incremento de las condiciones salariales. Es más fácil en las empresas privadas y no tanto en los organismos públicos porque estás más encorsetado por políticas presupuestarias.

 

P.: ¿Necesita la industria farma o biotech establecer acuerdos con empresas medianas y grandes multinacionales para lanzar nuevos productos al mercado o para desarrollar acciones comerciales?

R.: No es un tema estrictamente español. Más tarde o más temprano se necesitan estos acuerdos. Al final, todo el esfuerzo de desarrollar productos y la posterior aprobación por parte de las autoridades escapa de las habilidades de una única empresa pequeña innovadora. Al final, el objetivo manifiesto de empresas como es el caso de Oryzon Genomics es acabar siendo suministradoras de innovación a las grandes farmacéuticas, independientemente de que después sean adquiridas o no.   

 

 

 

 

 

P.: Entonces, ¿es casi imposible que las empresas más pequeñas puedan funcionar y ser rentables de manera independiente?

R.: No es imposible, pero tiene unas dificultades muy elevadas. Eso hace que sea una barrera fáctica de entrada a esa nueva pantalla para las mayorías de las empresas. Es bueno refrescar memorias. Uno ve ahora a empresas como Gilead o Biogen, que están en el Nasdaq y cotizan entre 60.000 y 90.000 millones de dólares. Estos gigantes de hoy fueron formados en los años ochenta y cuando fueron creados eran un poco más de lo que puede ser actualmente Oryzon Genomics. Técnicamente es posible hacer ese camino, pero lo consiguen un número mínimo de empresas.

 

P.: ¿Cuál suele ser el perfil del inversor que busca Oryzon Genomics?

R.: Oryzon Genomics está en el primer mercado, tenemos más de 4.000 accionistas que forman parte de nuestra base accionarial. En lo que llevamos de año se han vendido casi setenta millones de acciones. El perfil de inversor para nosotros es muy variado, tenemos que intentar satisfacer la curiosidad o inquietudes de pequeños y grandes inversores. Es verdad que buscamos una sicav o fondos de inversiones especializados.

 

P.: Estar en bolsa, ¿supone para Oryzon Genomics una mayor ventaja a la hora captar fondos y llevar a cabo inversiones?

R.: Sin duda. Es verdad que hay fondos que se especializan en compañías privadas y otros que lo hacen en empresas públicas, pero estar en una gran plataforma como es el mercado bursátil español y disponer de liquidez facilita la entrada de accionistas. Pero la misma condición de empresa cotizada impone unos criterios de control más rigurosos.

 

P.: Ustedes se han planteado dar el salto al Nasdaq. ¿Cuáles serían los pros y contras de aterrizar en un nuevo mercado bursátil?

R.: Lo que hacen las empresas europeas de nuestras características cuando van a cotizar al Nasdaq es el denominado dual listing, es decir, sales a cotizar al mercado norteamericano y lo sigues haciendo en el mercado nacional. No sería necesaria hacer una exclusión. El Nasdaq es un mercado único, que cristaliza una economía de 400 millones de habitantes de altísima innovación. Los contras de una salida a bolsa adicional responden a unos costes más elevados, como es el caso de Estados Unidos, o una mayor tensión para las organizaciones.