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Cristian Castillo (UOC): “Si AstraZeneca continúa sin entregar las dosis, la UE debe valorar demandarla”

El profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya considera que las compañías fueron “tremendamente optimistas” en los plazos y cantidades de vacunas que podían suministrar.

D. Punzano

4 mar 2021 - 04:58

Cristian Castillo (UOC): “Si AstraZeneca continúa sin entregar las dosis, la UE debe valorar demandarla”

 

Cristian Castillo, profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) cree que “las farmacéuticas pecaron de optimismo” con el objetivo de recibir financiación para desarrollar la vacuna contra el Covid-19. El caso más sonado ha sido AstraZeneca, que obtuvo 336 millones de euros de la Unión Europea. El experto considera que las compañías fueron “tremendamente optimistas” e “inflaron  las cifras de suministro para conseguir mayor financiación”.

 

Pregunta: ¿Cuáles son los principales problemas en el proceso de vacunación?

Respuesta: En un inicio, en el arranque de la campaña en Europa, observamos que la cadena de vacunación no estaba bien configurada. Las comunidades autónomas no eran capaces de inocular las dosis al ritmo deseado. Cuando los centros sanitarios alcanzaron la velocidad de crucero, el problema fueron los contratos firmados entre la Unión Europea y las farmacéuticas, un problema que seguimos arrastrando a día de hoy. Es uno de los principales obstáculos ante el objetivo de llegar al 70% de la vacunación inmunizada en verano en Europa. Hay tres vacunas aprobadas en el continente y la de Janssen en camino, pero no está claro el número de dosis que llegarán porque las cifras van cambiando.

 

P.: ¿Es efectivo el actual plan logístico de vacunación?

R.: Sí, aunque ha costado porque al inicio no se estaban inoculando las vacunas con la velocidad deseada. Tenemos las infraestructuras necesarias y suficiente personal para poner las vacunas, pero faltan dosis. En Europa la vacunación se está retrasando en comparación con otros países por los criterios de las dosis de las farmacéuticas, mientras que en Reino Unido están vacunando con una única dosis. Ahora parece que con la administración de una única dosis se mantienen los niveles deseados de defensa contra el Covid-19, pero en la Unión Europea aún no se ha establecido este criterio, lo que retrasa el proceso de vacunación masiva. A medida que avanzan las campañas de vacunación, se dispone de más datos. Es muy probable que en un tiempo se compruebe que con una única dosis sea suficiente para estar inmunizado contra el Covid-19.

 

P.: ¿Qué medidas son necesarias para acelerar el proceso de vacunación?

R.: La primera de ellas sería aprobar lo antes posible las vacunas en espera. Con la vacuna de Janssen, lo ideal sería que se aprobase a principios de marzo. Cuantas más vacunas, más posibilidades de cumplir el objetivo de vacunación de verano. También hay que tener en cuenta la vacuna rusa Sputnik V si pasara las comprobaciones de la Agencia Europea del Medicamento.

 

 

 

 

 

P.:¿Qué supondría la aprobación de la vacuna de Janssen en la Unión Europea?

R.: La Unión Europea tiene pactadas 200 millones de dosis con Janssen y a España le corresponden veinte millones. Como se administra una única dosis, España lograría el objetivo del 70% de población inmunizada. El problema es que Janssen ha anunciado que no podrá entregar en primavera esos veinte millones de vacunas. Ha retrasado el suministro a junio, por lo que tenemos que estar a la expectativa y esperar que no haya nuevos retrasos con el resto de farmacéuticas. A largo plazo, la Unión Europea debería plantearse qué ha pasado con los contratos, especialmente con AstraZeneca. Más allá del tira y afloja para presionar a la farmacéutica, al final la única vía de la Unión Europea sería ir a los tribunales si AstraZeneca no suministra las dosis pactadas.

 

P.: ¿En qué país se debería fijar España para incrementar la velocidad del proceso de vacunación?

R.: Hay otros países que facilitan que la población pueda llegar a los puntos de inoculación e instalan carpas para que las personas lleguen con su propio coche. El problema es que no tenemos dosis, a diferencia de Israel, que por haber pagado más ha dispuesto de ellas con mayor celeridad. Los estados miembro tienen que hacer prevalecer los contratos. La incertidumbre de no saber las dosis que tendremos la semana que viene dificulta planificar el personal necesario y las dosis que llegarán a cada comunidad autónoma, cuesta hacer un plan. Las farmacéuticas deben ser transparentes y facilitar esa información.

 

P.: ¿A qué se deben los cambios en los plazos y cantidades de entrega de vacunas de las farmacéuticas?

R.: Ha sido un error de las farmacéuticas, sobre todo cuando se elaboraron estos contratos. Las farmacéuticas fueron tremendamente optimistas y sabían lo que podían producir y las personas necesitan las vacunas. Las farmacéuticas pecaron de optimismo, en parte por hacer ofertas atractivas para recibir financiación de las administraciones públicas. La Unión Europea adelantó 336 millones de euros a AstraZeneca para desarrollar la vacuna. Las compañías inflaron las cifras de suministro para conseguir mayor financiación y todas las farmacéuticas han incumplido en algún momento las entregas pactadas.

 

 

 

 

 

P.: ¿Cuándo llegará el proceso de vacunación a la velocidad de crucero y cuándo estará vacunada el 70% de la población en España?

R.: Nos lo jugamos todo en los próximos dos meses, en los que deberíamos tener dosis suficientes para vislumbrar el 70%. Tendríamos que inocular 300.000 dosis al día y aún estamos lejos. Para lograr el objetivo también ayudará la aprobación de vacuna Novavax y entonces podríamos lograr el 70% de la población inmunizada en septiembre. Si no disponemos de esas dosis, va a ser muy complicado. Al ritmo que estábamos empezando tardaríamos cuatro o cinco años a vacunar a toda la población española.

 

P.: ¿Ha sido eficiente la compra unificada de vacunas por parte de la Unión Europea?

R.: La Unión Europea ha podido hacer más fuerza que los países por sí solos. La verdad muestra que el resultado no ha sido el mismo que otros países y la Unión Europea no ha estado a la altura de otros países, especialmente en hacer prevalecer sus contratos. Ha habido fallos y es algo que se tendrá que analizar. La estrategia de compra no ha sido tan efectiva como otros países y se puede hablar de fracaso de la Unión Europea en comparación con otros países.

 

P.: ¿Podrá la Unión Europea verse recompensada de alguna forma de los incumplimientos en las entregas de las farmacéuticas?

R.: Aquí hay dos costes. La Unión Europea puede recibir una compensación económica si en los contratos se denota que hay un incumplimiento por parte de AstraZeneca. Seguramente la Unión Europea tendría razón, pero no compensaría este conflicto si no podemos vacunar porque no tenemos dosis. Cuanto más tardemos en disponer de las dosis, más vulnerables seremos. Aunque tenga recorrido judicialmente, lo que se habrá perdido por el camino será difícil de recuperar. Si AstraZeneca puede entregar las dosis en el segundo trimestre del año, todo quedaría en una disputa sin más. Si la farmacéutica continúa sin entregar las dosis, la Unión Europea debe valorar la demanda.

 

 

 

 

 

P.: ¿Es efectiva la iniciativa Covax?

R.: La iniciativa Covax es una muy buena iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud. A día de hoy, no es lo efectiva que se quiso en su planteamiento. La falta de dosis dificulta que se puedan hacer llegar las vacunas a los más vulnerables. La iniciativa es buena y facilitará que lleguen dosis a los países en desarrollo. Si las farmacéuticas no hacen llegar esas vacunas, difícilmente podremos cumplir con los objetivos de inmunización. Covax hace el planteamiento de la inmunidad, pero a escala global. Aunque en Estados Unidos y en Europa se consiga el objetivo de vacunación, si no se consigue en el resto del mundo no habremos logrado el objetivo general. Las dosis sobrantes se deben entregar a los otros países por solidaridad. Si no conseguimos vacunar a esta población, todos los esfuerzos no servirán de nada.

 

P.: ¿La vacuna del Covid-19 hace replantear nuevos modelos del sistema de distribución de productos farmacéuticos?

R.: La pandemia ha dejado constancia de que tenemos un sistema logístico robusto. Aún con las dificultades de las diferentes vacunas, si algo ha demostrado la cadena logística es que no ha sido un impedimento en esta campaña. Con el país paralizado por el confinamiento, hemos seguido recibiendo medicamentos. La cadena de suministro sale reforzada y la logística funciona. Por otra parte, se debe apostar más por la innovación y que los países sigan investigando, además de que los países en vías de desarrollo también tengan posibilidades de innovación para producir las vacunas.

 

P.: ¿Cómo debería ser el pasaporte de vacunación?

R.: Los expertos alertan que aunque estemos vacunados y estemos inmunizados ante el virus, la evidencia científica dice que podemos seguir transmitiendo el virus. Esta iniciativa es una medida económica para no paralizar el país y que podamos tener turismo. Desde el punto de vista del ámbito sanitario es un error, porque las personas vacunadas pueden seguir transmitiendo el virus. Es demasiado pronto, todavía estamos en los inicios de la vacunación y no estamos cerca de llegar al 70% de población vacunada. Hablar del pasaporte de vacunación es precipitado, estamos en una etapa inicial y cualquier error puede dinamitar todo lo que estamos haciendo. Es una acción que se está haciendo más teniendo en cuenta la economía, pero aunque liberemos, si volvemos a recaer por una siguiente oleada, las consecuencias serán desastrosas. Debemos esperar a que el plan esté más avanzado.