M. Peiró (Esade): “Dábamos por descontado el valor del sistema sanitario y ha tenido que venir el Covid-19 para darnos cuenta”

Para el experto en sanidad, “otros países lo han hecho mejor, con decisiones que estaban al alcance de todo el mundo como la distancia social, muy al principio; han tenido además capacidad para hacer tests masivos y apps para controlar a la población”, añade Peiró. El también asesor de instituciones sanitarias públicas y privadas considera que, a pesar de tratarse de una enfermedad desconocida, en la que diariamente se han venido produciendo modificaciones sobre las pautas terapéuticas, Occidente  ha tomado decisiones de manera “muy lenta”, apostilla.

Unas decisiones que se han tomado de forma individualizada y a escala estatal, sin una coordinación más amplia. “La pandemia es un proceso global, pero hemos dado una respuesta local y los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han sido muchos, pero han tenido escasos resultados de coordinación”, apunta Peiró.

“La pandemia es un proceso global, pero hemos dado una respuesta local y los esfuerzos de la OMS han tenido escasos resultados de coordinación”

 Por otra parte, para Peiró la fragilidad del sistema sanitario público se evidencia también en la “paralización” que sufrió hace más de diez años con la crisis económica. En ese contexto, la privada se ha mostrado receptiva a la hora de dar su apoyo, pero según el experto esta “adolece en ocasiones de una demonización y es imprescindible porque crear riqueza y contribuye decisivamente a la mejora de nuestro sistema sanitario”.

No obstante, Peiró lamenta que “nuestro sistema público ha sido reticente y me cuesta ver una iniciativa surgida desde el ámbito público en la lucha contra el Covid-19 cuando desde la privada los proyectos han sido incontables”. Un problema que se relaciona también con la “rigidez del modelo” español, según el docente de Esade.

Más allá de esa rigidez, para Peiró es imprescindible pensar que a partir de ahora “si queremos un sistema sanitario de calidad la primera vía es entender que tenemos que dotarlo de dinero, no hay escapatoria”. Una demanda que se une a la mejora en las condiciones de los profesionales porque los españoles son “los peor pagados de Europa”, lamenta.

Finalmente, el experto ha lanzado un mensaje a la clase política española. “Nuestros representantes políticos destinan mucho tiempo a aprobar los presupuestos, pero ni un sólo día a hablar sobre cómo se ha gastado el dinero de esos presupuestos”, concluye.