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Susana Gómez-Lus (Amife): “Estamos a la cola de Europa en hacer llegar la innovación a los pacientes”

La presidenta de la Asociación de Medicina de la Industria Farmacéutica Española (Amife) pone en valor el factor humano dentro del contexto tecnológico y de innovación continuada que atraviesa actualmente el sector.

Albert Berrocal

2 nov 2023 - 04:58

Susana Gómez-Luz (Amife): “Estamos a la cola de Europa en hacer llegar la innovación a los pacientes”

 

Susana Gómez-Lus es presidenta de la Asociación de Medicina de la Industria Farmacéutica Española (Amife). Aprovechando que entre los días 22 y 23 de noviembre se celebrará el Congreso anual de Amife en el Hotel Ilunion Atrium de Madrid, la directiva señala los cambios fundamentales que está sufriendo el sector de la salud. Bajo el título La colaboración como motor de la innovación, las jornadas pretenden identificar las oportunidades de la industria farmacéutica en un entorno caracterizado por el dinamismo continuado en las estructuras básicas del sector que avanzan las nuevas tecnologías. La Inteligencia Artificial, la colaboración público-privada o los procesos de regulación son algunas de las circunstancias sobre las que Gómez-Lus advierte que debe poner el acento la industria farmacéutica del futuro.

 

Pregunta: ¿En qué punto se encuentra la innovación dentro de la industria farmacéutica?


Respuesta: La colaboración público-privada es el motor de la innovación. Para que España llegue el nivel de Europa y, a su vez, Europa llegue al nivel de algunas de las potencias mundiales, tenemos que dar mayor valor al trabajo del sector privado. En Amife la mayoría de nuestros socios están trabajando en la industria farmacéutica, un sector eminentemente privado. Gracias a la pandemia nos dimos cuenta de que, si queríamos avanzar, debíamos favorecer el diálogo entre la parte pública y la privada. Durante ese periodo, por ejemplo, se recortaron los tiempos en la aprobación de vacunas. Normalmente, el Ministerio se retrasa a la hora de agilizar los trámites para que los pacientes puedan acceder a los fármacos o a la innovación, pero durante la pandemia vimos que, cuando queremos y colaboramos, las cosas avanzan a un ritmo mucho más rápido.

 

P.: ¿Se está pensando en el paciente dentro de la espiral ininterrumpida de innovación?


R.: La visión del paciente es clave dentro de este asunto: cuando hablamos de innovación e investigación, siempre debemos tener en cuenta que su desarrollo debe ir de la mano del paciente. No podemos permitir en ningún caso que la investigación vaya más rápido que la visón y valoración que puedan hacer los mismos pacientes sobre las nuevas propuestas que salen al mercado. La persona tiene que estar en el centro. Se trata de buscar un equilibrio. Por ejemplo, la Inteligencia Artificial tiene que estar regulada, pero no en exceso. Es decir, debemos respetar y prometer un espacio para la IA dentro de la innovación, pero siempre utilizándola para avanzar con ella conjuntamente. Sin que avance más rápido de lo que la persona puede asimilar. Sin ir más lejos, gran parte de la innovación la hemos estado alimentando los humanos a lo largo de los años, y en este avance ininterrumpido de las nuevas tecnologías las personas tenemos que seguir estando en el centro.

 

 

 


P.: ¿Los datos pueden determinar que la industria farmacéutica olvide el factor humano y se centre únicamente en la estadística?


R.: Es evidente que los datos nos van a permitir avanzar en muchos campos, pero nunca podrán superar u olvidar la voz del paciente. Con el estudio de los datos podemos prever qué pasará, pero cada paciente es un mundo. Influyen muchos factores; por ejemplo, es imprescindible reconocer el rol que juega dentro de la estructura sanitaria. La tecnología y los ensayos clínicos tienen que estar dirigidos siempre al paciente. El dato es y va a ser considerado en un futuro, pero debe prometer un servicio al paciente, que es el receptor final de todo este proceso. La investigación debe tener un beneficiario final: la persona.

 

P.: ¿La regulación actual dentro del sector afecta al nacimiento y consolidación de las start ups en España?


R.: Más que en el nacimiento de nuevas empresas, lo que nosotros creemos que tarda mucho es la puesta en marcha de la innovación. Estamos por detrás de Europa en el tiempo que tardamos en hacer que la innovación esté disponible para los pacientes. Desde que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba un fármaco o una innovación terapéutica hasta que este avance está disponible para un paciente en España, destinamos un tiempo que nos sitúa en la cola de Europa en cuanto a agilidad y rapidez. El retraso respecto a Europa, más que en relación con las start ups, se encuentra en esta aplicación. Un ejemplo lo tuvimos la semana pasada con el aprobado de medicamentos para enfermedades raras: se publicó una estadística que aseguraba que España tardaba cerca de dos años en aprobar fármacos para este tipo de enfermedades.

 

 

 


P.: ¿La formación de nuevos profesionales impulsa la revitalización del sector?


R.: Nosotros reivindicamos que el sector de la industria farmacéutica, para algunas carreras universitarias como podría ser la de medicina, dan muy poca información sobre las posibilidades que ofrece nuestra división. En general, las universidades no tienen en cuenta el potencial que promete el sector de la industria farmacéutica para desarrollar la carrera profesional de sus estudiantes. Siguiendo con el ejemplo de medicina, la carrera profesional de los estudiantes parece estar abocada únicamente al sector hospitalario; sin embargo, cuando acaban de estudiar se dan cuenta de que hay muchos otros sectores a los que se pueden dedicar, desde la docencia a la industria, pasando por ensayos clínicos, innovación o farmacovigilancia, entre otros. Ciertos espacios obvian que el sector de la industria farmacéutica es un oficio con mucho potencial y un gran listado de salidas profesionales que, en multitud de ocasiones, son desconocidas.