Entorno

La salud privada se prepara para la segunda ola: compra masiva de Epis y refuerzo de personal

Grupos como Quirónsalud, Vithas, Ribera Salud, Asepeyo, Clínica Corachan e ITA Salud Mental han trazado ya planes de contingencia y seguridad, al tiempo que han incrementado sus plantillas de cara a una futura reaparición del Covid-19.


A. Escobar

25 may 2020 - 05:00

La salud privada se prepara para la segunda ola: compra masiva de Epis y refuerzo de personal

 

España avanza para superar el Covid-19 y a partir de hoy todo el país se encuentra ya en la fase 1 o fase 2 de la desescalada. A pesar de ello, desde el sector de la salud privada ya han empezado los preparativos para hacer frente al riesgo de que, tras el verano, surja una segunda ola de la pandemia. Grupos como Quirónsalud, Vithas, Ribera Salud, Asepeyo, Clínica Corachan e ITA Salud Mental, entre otros, han creado planes de contingencia y arman sus bastiones para defenderse ante el virus. Entre las medidas estrella ante la nueva normalidad y la posible segunda ola se encuentran circuitos físicos separados, una mayor red de proveedores para hacerse con los materiales de protección necesarios y el aumento de plantilla.

 

El principal grupo hospitalario privado español, Quirónsalud, está realizando tests en sangre de detección del Covid-19 a todos sus profesionales con el fin de preservar tanto su seguridad personal como la de los pacientes que diariamente tienen que atender. Para ello, desde hace semanas el operador, propiedad de la alemana Fresenius, comenzó a trabajar para crear “circuitos limpios” libres de coronavirus, según explican fuentes de Quirónsalud a PlantaDoce.

 

Para afrontar la cifra de pacientes afectados por Covid-19, Quirónsalud ha contratado ya a cerca de 2.000 profesionales sanitarios, lo que ha supuesto aumentar su fuerza laboral sanitaria más de un 5%. Y es que el grupo dirigido por Héctor Ciria, su consejero delegado, ha atendido hasta la fecha a 15.000 personas con Covid-19, el 13% del total de los pacientes hospitalizados en España.

 

El otro gran frente de la compañía es el del suministro de materiales. De cara a una posible segunda ola de la pandemia en España, fuentes de la empresa

añaden que, “con vistas a futuro, hemos adquirido más de 3,5 millones de equipos de protección, que incluyen 2,5 millones de mascarillas y más de medio millón de otros materiales, entre ellos batas, buzos, gafas, guantes y geles”.

 

 

 

 

Vithas, grupo controlado por la familia Gallardo, que también controla Almirall, ha establecido dos circuitos diferenciados en sus centros: uno para las personas con síntomas compatibles con el Covid-19 y otro para el resto de pacientes. Además, entrega mascarillas y gel hidroalcohólico, toma la temperatura y espacia el horario de las consultas para que no haya muchos pacientes al mismo tiempo en la sala de espera, entre otras medidas.

 

El Grupo Vithas está realizando tests masivos de detección del virus en todo el personal, que está dotado de todas las medidas de autoprotección necesarias, incluidos los EPI en los profesionales que tratan a pacientes Covid-19 o con sospecha de padecerlo.

 

Desde la dirección de Vithas señalan que durante la pandemia el grupo ha mantenido su plantilla al 100% y no ha puesto en marcha ningún Erte ni medida similar en ninguno de sus centros. De hecho, en Madrid “hemos ampliado las contrataciones durante el periodo más crítico de la pandemia para poder atender las exigencias de la emergencia sanitaria”, comentan.

 

Si bien es cierto que no cifran en un número exacto el personal que podría incorporarse al grupo, el equipo de profesionales que conforma Vithas “está dimensionado de manera adecuada y, si hubiera un rebrote, tenemos capacidad para adaptarnos a ese escenario en cualquiera de las ciudades donde estamos presentes y hacer las contrataciones que sean necesarias, todas cuantas se precisen”, apostillan desde el operador hospitalario privado.

 

 

 

 

 

Por su parte, el grupo valenciano Ribera Salud ha realizado ya más de 7.000 pruebas diagnósticas a todos sus profesionales y también al personal de los servicios externalizados (seguridad, limpieza, restauración o mantenimiento, entre otros). El 24 de abril ya se habían implantado en todos los hospitales de Ribera Salud medidas de seguridad extraordinarias, tanto en los accesos como en la movilidad interna. El operador liderado por Alberto de Rosa ha ampliado en 448 el número de profesionales en los centros.

 

“Ahora mismo estamos trabajando en un plan de contingencia por si tras el verano tuviésemos otro brote epidemiológico. Este incluye desde la separación de circuitos internos dentro del hospital, hasta un mayor aprovisionamiento de equipos de protección individual para profesionales”, comentan desde Ribera Salud a PlantaDoce. Dentro de ese plan, “estamos trabajando la polivalencia de perfiles sanitarios internos para tenerlos preparados en caso de repunte.” y “al igual que lo hemos hecho en estos meses, tenemos personal de refuerzo en previsión de contratación por si la demanda asistencial superase los recursos internos”, explican.

 

Más allá de grandes grupos hospitalarios, desde el sector mutualista también trabajan en anticipar necesidades para poder gestionar la disponibilidad de equipos y dotaciones en vista a ese posible rebrote. Desde Asepeyo, por ejemplo, aseguran que se han tomado medidas en las instalaciones, preparándolas para el distanciamiento social y con circuitos físicos diferenciados.

 

“Nuestros hospitales no han sido ajenos a las dificultades de acceso a los Epis que han sufrido todas las instituciones sanitarias del país, lo que nos ha obligado a ampliar el abanico de proveedores para garantizar la disponibilidad”, apuntan desde la mutua de accidentes laborales.

 

 

 

 

También en las medianas clínicas se refuerzan ante el Covid-19. Es el caso de la barcelonesa Corachan. Desde la empresa comentan que “hemos adaptado y sectorizado todos los espacios comunes, reforzando las tareas de limpieza e higiene, señalizando las zonas protegidas de contagio y adaptando las agendas asistenciales y de diagnóstico duplicando los tiempos de visita habitual para evitar contactos entre pacientes”.

 

El grupo catalán asegura, además, que con el aprendizaje de este primer brote, “hemos sectorizado toda la clínica (UCI, hospitalización, urgencias, quirófanos) ajustando cada uno de los servicios a las necesidades asistenciales, con lo cual, estaremos preparados de cara a un futuro rebrote”.

 

En referencia a materiales de protección, Corachan dispone en la actualidad de Epis y cuenta con proveedores para “cubrir necesidades” y “hemos almacenado stock de seguridad”, informan desde el grupo sanitario.

 

 

 

Para el grupo especializado ITA Salud mental, en caso de un rebrote durante el próximo otoño “sin duda nos encontrará con muchas lecciones aprendidas”. La compañía encabezada por Jaume Raventós asegura que por el momento no ha sido necesario reforzar la plantilla, “quizás estamos aún en un momento en que la actividad aún no está por encima de la etapa prepandemia”. Aun así, “estamos planificando nuevos recursos, de espacios y profesionales, por si son necesarios en las próximas semanas”, destaca.

 

En cuanto a Epis, ITA Salud mental no está en la situación de las mismas necesidades que puedan tener otros grupos hospitalarios por la tipología de pacientes que atiende. Aun así, “calculamos unos gastos mensuales en el grupo de aproximadamente 10.000 euros y una inversión en adaptaciones de los espacios de aproximadamente 25.000 euros”, informa Raventós.

 

Otros operadores privados del sector sanitario y hospitalario español comentan que las inversiones en equipos de medidas y protección para trabajadores y pacientes son “enormes”, todo ello “sin ninguna ayuda por parte del Gobierno, incluso siéndonos requisados miles de euros en material que ya habíamos pagado”.

 

Unas inversiones que cifran en cerca del millón de euros y que “encarecen el coste asistencial de forma muy notable y que difícilmente podremos repercutir”, denuncian estos mismos operadores. De hecho, ponen el foco en “los continuos rumores de que el Gobierno quiere desmantelar el sistema de cobertura de los funcionarios en la sanidad privada” a través de sus mutualidades Muface, Mujeju e Isfas, que parece que “toman cuerpo y esto sería la puntilla definitiva a la sanidad privada en este país”, concluyen.