Entorno

Los datos sanitarios, el alimento para un ecosistema de 'start ups' que crece con fuerza

Con la tendencia al alza de la medicina personalizada, en España ya están operando empresas y spin offs del sector de la salud especializadas en generar valor a partir de datos sanitarios. ¿Quiénes son y en qué trabajan?

Los datos sanitarios, el alimento para un ecosistema de 'start ups' que crece con fuerza
Los datos sanitarios, el alimento para un ecosistema de 'start ups' que crece con fuerza
España cumple con los requisitos necesarios para que el sector del big data en salud pueda desarrollarse con éxito.

Marc Amat

28 mar 2024 - 05:00

Diseñar fármacos con más precisión, mejorar la atención sanitaria y reducir los costes del sistema. Estos son tres de los grandes hitos que persiguen las empresas que basan su negocio en generar valor con datos sanitarios. Informes como los de la consultora Roots Analysis les dibujan un futuro con grandes perspectivas de crecimiento: si en 2023 el mercado del big data en salud movió 67.000 millones de dólares en todo el mundo, en 2035 la cifra rondará los 540.000 millones. Con estas alentadoras expectativas económicas por delante y los avances en tecnologías como la inteligencia artificial, los expertos vaticinan un notable desarrollo del ecosistema de start ups y spin offs españolas que, desde hace unos años, se dedican a exprimir la información de estos datos.

 

“En España no tenemos grandes empresas con divisiones de datos que operen exclusivamente en salud, pero sí que han surgido start ups que aspiran a escalar e incorporarse en la cartera de servicios de alguna gran compañía”, especificaba hace unas semanas Joan Guanyavens, consultor en innovación sanitaria y director de TicSalut, en esta entrevista a Planta Doce. Pero, ¿quiénes son y para qué tipo de proyectos están utilizando los datos?

 

 

Entre las empresas que trabajan con datos sanitarios en España hay proyectos jóvenes como la spin off vasca Tairel Data o la start up tecnológica Savana, pero también hay compañías con una larga trayectoria en el sector, como Costaisa o NorayBio. “La aplicación del big data en salud vivió un antes y un después con la pandemia, gracias a la implantación de políticas de manejo y disponibilidad de datos que favorecieron la consolidación de esta metodología”, analiza Ancor Sanz, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (Uclm), docente en el Máster en innovación en salud digital de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y exmiembro de la Unidad de Análisis de Datos del Hospital de La Princesa de Madrid. “Ahora mismo es un momento ideal para este tipo de empresas: hay mucha demanda de este tipo de servicios”, sentencia el experto.

 

 

 

Una de las empresas decanas del tratamiento de datos sanitarios en España es NorayBio. Nació en 2002, cuando en España el sector era casi inexistente. “En aquellos años, las empresas que trabajábamos en este campo éramos pequeñas y pocas: solo contábamos unas dos o tres", recuerda Iker Ezkerra, director técnico de NorayBio, preguntado por este medio. Todas ellas estaban muy centradas en la creación de herramientas que permitiesen gestionar los datos de las investigaciones biotecnológicas y biomédicas, pero estaban empezando a ir más allá. “Hace veinte años ya desarrollábamos modelos de predicción y aplicaciones que ayudaran a la toma de decisiones", recalca Ezkerra. Hoy son los creadores de varios software para el sector de la salud que barajan datos médicos, datos del paciente y datos de investigaciones para ofrecer una gestión eficiente y segura de muestras biológicas, por ejemplo.

 

Otra empresa que ya lleva décadas en funcionamiento es Costaisa. Concretamente, 55 años. “Hemos tenido el privilegio de participar activamente en los procesos de transformación digital de las principales compañías de nuestro país”, explica Jordi Campo, director de salud de la empresa. En Costaisa han sido testigos de la evolución de las compañías de salud españolas. “Han pasado de tener unos sistemas de información mecanizados en sus orígenes, hasta hacer la transición al cloud o el uso actual de tecnologías de IA generativas”, ejemplifica el director.

 

 

Uno de los resultados de haber dedicado tantos años al desarrollo y al mantenimiento de grandes entornos de gestión de datos de salud es que Costaisa ha ido acumulando una cantidad ingente de información que ahora puede explotar. “Siempre bajo la más estricta legalidad, los usamos para explorar nuevos horizontes en el uso del dato”, concreta Campo. ¿Pero, exactamente, en qué usan estos datos? El director pone un ejemplo: “Estamos aplicando analítica predictiva para anticipar ciertos comportamientos de los usuarios de nuestras soluciones”, apunta. También añade que Costaisa está realizando proyectos utilizando chatbots con algoritmos de IA generativa. “Nos ayudan a explotar nuestras librerías de documentación técnica”, concluye.

 

 

“Si bien un 40% del sector industrial ya utiliza la inteligencia artificial de forma directa o indirecta, en el sector de la salud la implantación se encuentra en una fase mucho más inicial”, cuantifica José Ibeas, director del Máster en inteligencia artificial y big data en salud de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Sin embargo, el experto apunta que los avances que se están haciendo en esta tecnología pueden contribuir a acelerar el hallazgo de soluciones de salud basadas en big data.

 

Muestra de ello es la reciente creación de Tairel Data, una spin-off de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Se trata de una empresa especializada en soluciones basadas en IA y otras técnicas avanzadas de tratamiento de datos, enfocada en el campo de la salud y la medicina personalizada, una de las tendencias que el big data sanitario está impulsando. “Nuestras soluciones pueden ayudar a los científicos a tomar decisiones fundamentadas en el ámbito de los tratamientos médicos", explican en un comunicado. “Además, la inteligencia artificial puede resultar de gran utilidad para optimizar el flujo de trabajo de los profesionales, eliminando redundancias y procedimientos innecesarios”, continúan los fundadores.

 

 

Sin embargo, uno de los nombres que más suenan en el panorama es el de la start up Savana. Nació en 2014 con el objetivo de ayudar a gestionar cualquier dato clínico en formato de texto que saliera de un centro sanitario. “Desde entonces, hemos desarrollado una tecnología propia que ha ayudado a la publicación de más de cuarenta artículos científicos: desde estudios que describían lo que les estaba pasando a los pacientes con Covid, hasta modelos predictivos para ayudar en la toma de decisiones en pacientes con cáncer”, explica a PlantaDoce Antonio Urda, director de relaciones gubernamentales de la empresa. Las cosas les han salido bien, también a la hora de captar financiación: en 2022 cerró una ronda de 23 millones de euros de la mano de Conexo Ventures.

 

 

España cumple con los requisitos necesarios para que el sector del big data en salud pueda desarrollarse con éxito. Así lo creen expertos como José Ibeas. “Se dan circunstancias bastante óptimas para este tipo de empresas”, asegura. Para él, en el país ya hay los tres ingredientes esenciales: datos, ingenieros con capacidad para generar modelos y un ecosistema para facilitar su implementación. “Nuestro sistema sanitario es, probablemente, uno de los que tiene la información mejor estructurada, uno de los que tiene el nivel de ingenieros más elevado y un ecosistema capacitado y maduro”, analiza. Desde la Universidad de Castlla-La Mancha, Ancor Sanz coincide con él, aunque señala que las ventajas son compartidas con el resto de la Unión Europea.

 

 

Dentro de las empresas, la visión también es optimista. En NorayBio, Iker Ezkerra cita dos ventajas claras con las que cuenta España respecto a otros países del mundo. “Tenemos un gran talento humano en campos como la informática, la ciencia de datos y la medicina, que es la envidia de muchos países de nuestro entorno”, empieza. El director técnico de la compañía también alaba la infraestructura tecnológica del país. “Contamos con redes de comunicación de alta velocidad y centros de datos que han crecido mucho en los últimos años, y esto es fundamental para el procesamiento y el análisis de grandes volúmenes de datos”, continua.

 

“España cuenta con una gran ventaja competitiva frente a nuestros vecinos europeos, puesto  que se fomentó la implantación de la historia clínica electrónica de manera generalizada mucho antes que en otros países”, señala también Urda, de Savana. Según el profesional, esto facilita que hoy en día la imagen médica, los datos de recetas médicas o la información contenida en la historia clínica esté en un formato apto para su uso por parte de las empresas que trabajan con big data, pero lanza un advertimiento: “Existe todavía el gran reto de avanzar en los denominados modelos de gobernanza de datos: es decir, establecer de manera clara cuáles son los requisitos para poder acceder a estos datos y generar de ellos un conocimiento transformador”.

 

 

Entre los desafíos que el sector tiene por delante, los expertos señalan, principalmente, tres: la necesidad de aumentar la inversión en salud digital más allá de los fondos Next Generation de la Unión Europea, la capacitación de los profesionales de la medicina para usar soluciones de big data y la falta de estandardización e interoperabilidad entre los sistemas de información de salud. “Este último hecho dificulta la integración y el intercambio de datos, y sigue siendo complicado acceder a grandes volúmenes de datos de calidad", especifica Ezkerra.

 

 

Según Urda, de Savana, España aún tiene mucho que aprender para competir con ecosistemas más maduros como los de Estados Unidos, Israel, China o Singapur. “Allí se benefician de mayor inversión y son mercados más grandes", explica. "En España tenemos un mercado fragmentado y hay la necesidad de adaptarse a una mayor regulación respecto a otros ecosistemas", concluye.