Abriendo los ojos contra el herpes zóster

Concientizar a través de imágenes. GlaxoSmithKline (GSK) en colaboración con la Federación Internacional del Envejecimineto (IFA), celebran la exposición fotográfica “El dolor que no ves” de Eugenio Recuenco en la semana de concienciación sobre el herpes zóster. La exposición apuesta por dar visibilidad a lo invisible, dar a conocer algo subjetivo como es el dolor de este virus. El paciente se convierte en el centro de atención a través de fotos que la sociedad observe que esta enfermedad no discrimina a nadie.

Para Recuenco, fotógrafo de la exposición, “fue una oportunidad retadora dar visibilidad a algo tan humano, real y subjetivo como es el dolor y por el efecto personal y emocional que he vivido al haber pasado el herpes zóster en varias ocasiones; muchas veces es un tabú y es difícil de explicarlo.”

El herpes zóster, o también conocido como la “culebrilla”, esta causado por la reactivación del virus de la varicela-zóster y se queda latente en los nervios encargados de percibir los cambios de temperatura. Una de cada tres personas mayores de cincuenta años ha presentado un episodio de este virus a lo largo de su vida.

Una de cada tres personas mayores de cincuenta años sufre esta enfermedad

El nombre de esta enfermedad proviene del latín y significa “faja o cinta que se asemeja a una serpiente”, por la forma característica de sarpullido que aparece en la piel. El sistema inmunitario evita que se reactive, pero en algunas ocasiones, cuando las defensas bajan, el virus se descontrola y se reactiva como herpes zóster. La mayoría de los casos, el sarpullido y dolor se resuelven con el paso de los días, pero en algunas personas puede persistir dando lugar a una neuralgia postherpética.

Miguel Ángel Acosta, médico de familia del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), apunta que “una de cada tres personas mayores de 50 años va a presentar un episodio de herpes zóster a lo largo de su vida”. Las erupciones como menciona el doctor pueden aparecer frecuentemente en los ojos del paciente afectándole la vista.

La complicación más frecuente de este virus es la neuralgia postherpética. Esta se caracteriza por un dolor que persiste por tres meses y hasta el momento no se tiene una cura. El tratamiento para esta enfermedad por el momento es el uso de fármacos y técnicas para aliviar el dolor.