Entorno

El negocio de la impresión 3D en salud facturará 3.000 millones de dólares en cinco años

Aunque tecnologías como la inteligencia artificial están acaparando el foco mediático, la industria sigue trabajando con otras herramientas disruptivas. Es el caso de la bioimpresión, que duplicará la facturación en cinco años.

El negocio de la impresión 3D en salud facturará 3.000 millones de dólares en cinco años
El negocio de la impresión 3D en salud facturará 3.000 millones de dólares en cinco años
Regemat 3D desarrolla y comercializa una impresora para imprimir celulas y biomateriales. Fuente: Regemat 3D

Marc Amat

26 abr 2024 - 05:00

Imprimir un corazón, un riñón o una córnea. Incluso fragmentos de piel humana. Estas son las proezas que han conseguido equipos científicos de todo el mundo usando la bioimpresión 3D. Mientras tecnologías como la inteligencia artificial centran los debates sobre la innovación en el sector, esta técnica disruptiva de impresión sigue abriéndose camino. La bioimpresión tuvo su clímax mediático alrededor de 2018, justo antes de la pandemia, cuando empresas como la sueca Cellnik pusieron a disposición de la comunidad científica la oportunidad de imprimir en 3D órganos y tejidos humanos. Por aquellos entonces, la española Biodan Group, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y la Universidad Carlos III de Madrid también anunciaron un avance importante: una máquina para imprimir piel humana.

 

Ahora, tras la pandemia del Covid y la irrupción de otras tecnologías, la bioimpresión ha quedado en un segundo plano. ¿En qué punto se encuentra el sector y qué perspectivas hay para el mercado de esta tecnología? En 2024, se calcula que la bioimpresión 3D moverá 1.440 millones de dólares en todo el mundo, con la sueca Cellnik, las norteamericanas 3D Systems y PrintBio o la canadiense Aspect Biosystem entre los actores más importantes que están impulsando el sector. También está jugando un papel importante Regemat, un proyecto español con sede en Granada.

 

 

“Las empresas del sector están realizando grandes inversiones en Investigación y Desarrollo (I+D) para impulsar la tecnología a través de importantes desarrollos e innovaciones de productos”, asegura la consultora Mordor Intelligence en uno de sus análisis del mercado. Su informe es optimista: en 2029, la facturación del mercado de la bioimpresión 3D se habrá multiplicado por dos: de los 1.440 millones de dólares actuales a los 3.000 millones dentro de cinco años, con una tasa compuesta anual (Cagr) del 15,89 %.

 

 

“La evolución de la implantación de la impresión 3D en el sector de la salud ha sido constante en la última década”. Así lo analiza Manuel Alejandro Fernández, coordinador de bioimpresión 3D de Idonial Centro Tecnológico. “Cada vez más hospitales en España cuentan con unidades propias de impresión 3D”, ejemplifica en declaraciones a PlantaDoce. Idonial es una empresa española que empezó a trabajar con esta tecnología en 2013. Entonces diseñaba y desarrollaba equipos personalizados de bioimpresión 3D a medida de las necesidades y propiedades tanto de la aplicación final como de las biotintas de partida. “Hoy hemos evolucionado hacia un servicio integral donde, además de los equipos, somos capaces de formular tintas biomaterial y biotintas, generar los diseños a imprimir y definir los parámetros óptimos de impresión”, explica.

 

 

También en España, ha surgido uno de los nombres que más suena en el sector a nivel internacional. Se trata de Regemat 3D. El informe de Mordor Intelligence le sigue de cerca y lo señala como una de las empresas que impulsa el sector al crecimiento de la facturación. “En 2022, Regemat recaudó más de 500.000 euros para avanzar en su tecnología de bioimpresión 3D y en junio del mismo año anunció su asociación con Humabiologics, una empresa a la vanguardia de las soluciones de biofabricación personalizadas”, sintetizan los autores del documento.

 

 

Hoy, Regemat desarrolla y comercializa una máquina usada en más de 25 países para imprimir una gran cantidad de biomateriales y células, especialmente en el campo de la investigación. “Estamos a décadas de ver impresoras fabricando órganos como corazones o riñones que se puedan implantar en un cuerpo humano”, aclara a PlantaDoce José Manuel Baena, fundador y consejero delegado de Regemat 3D. Aun así, el directivo señala que se han producido avances muy importantes. “La tecnología se usa para hacer modelos que validen o no el funcionamiento de fármacos”, explica. Gracias a la bioimpresión, en vez de probarse el medicamento sobre el paciente o un cultivo suyo, se puede fabricar un modelo bioimpreso a base de células del propio paciente. “Actualmente, la investigación en la bioimpresión va muy ligada a la medicina personalizada”, apunta Baena.

 

 

Sin embargo, este no es el único uso que se le está dando a esta tecnología. La industria farmacéutica también está utilizando las bioimpresoras para fabricar pastillas inteligentes bajo demanda. “Un 10% de las publicaciones científicas del sector están centradas en la fabricación de pastillas multicomponentes que permiten modular la dinámica de difusión de un fármaco en concreto”, concreta el consejero delegado de Regemat 3D y experto en el sector. 

 

Sobre el futuro de la bioimpresión a corto plazo, el coordinador de esta tecnología en Idonial coincide bastante con el consejero delegado de Regemat 3D. “Vendrá marcado tanto por la generación de tejidos para medicina regenerativa como por la generación de estructuras tridimensionales para estudios oncológicos”, detalla. Según él, el potencial a corto plazo de la tecnología se completa con la posibilidad de disponer de estructuras tridimensionales complejas para la validación de medicamentos de diferente naturaleza.