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López-Belmonte, de la venta de naranjas y ajos a conquistar el ‘farma’ español

La farmacéutica apuntaló su crecimiento en España con la patente de la heparina en España, que Juan López-Belmonte quiso importar al país porque su esposa sufría de tromboflebitis, un problema de coagulación de la sangre.

A. Martínez

17 may 2023 - 04:58

López-Belmonte, de la venta de naranjas y ajos a conquistar el ‘farma’ español

 

Rovi, el gigante español del farma que nació escapando de las bombas. La compañía farmacéutica Rovi se creó en 1939 en Madrid, bajo el nombre de PAN Química Farmacéutica. Aquel año, cuando la guerra civil ya llegaba a su fin, Juan López-Belmonte y sus hermanos escaparon de Albacete rumbo a la capital, huyendo de una ciudad bombardeada en más de diez ocasiones por los sublevados.

 

Los tres hermanos López-Belmonte, con Juan a la cabeza, comenzaron a vender en el extranjero naranjas, ajos o vino de Jerez, entre otros productos, y con esos ingresos importaban productos farmacéuticos, especialmente de penicilina, hasta el punto de que ríos de madrileños hacían cola en casa de los Belmonte para comprarla.

 

En 1951, el catalán Robert Vidal se alió con Belmonte y nació lo que hoy se conoce como Laboratorios Farmacéuticos Rovi. Ese año, Rovi apuntaló su crecimiento en España: la esposa de Juan López Belmonte sufría de tromboflebitis, un problema de coagulación de la sangre que puede paliarse con la heparina. Rovi consiguió la patente y esta se conviertió durante años en su principal línea de negocio.

 

 

 

 

Un año después, la compañía alcanzó un acuerdo con Pfizer, a través del cual Rovi trajo a España el antibiótico terramicina. El éxito de ventas fue tal que Pfizer tomó la decisión de independizarse, llevándose una parte del negocio y de los empleados.

 

En la década de los sesenta, López-Belmonte adquirió la totalidad de Rovi y la segunda generación de los López-Belmonte se incorporó a Rovi para aumentar su peso en el mercado. La expansión no tardó en llegar.

 

En 1975, Rovi crea una línea hospitalaria y de distribución minorista de productos propios, en 1981 comienza a elaborar sus propias investigaciones de productos farmacéuticos y en la década de los noventa aterriza en su primer mercado internacional: Portugal. Actualmente, comercializa sus más de cuarenta productos en más de cincuenta países, suma en su cartera 450 patentes y tiene más de 1.300 empleados.

 

En 2007, la compañía dio el salto a bolsa y en 2021 entró en el Ibex 35 en sustitución de Viscofan y ahora cuenta con una capitalización bursátil de más de 2.266 millones de euros a cierre de la jornada de ayer.

 

 

 

 

Entre los últimos movimientos de la empresa también destaca el acuerdo alcanzado con Moderna. A través de esta alianza, Rovi se comprometió a finalizar, empaquetar y envasar la vacuna del Covid-19 de la biotecnológica estadounidense. Las dos entidades acordaron recientemente ampliar el acuerdo para los próximos diez años, hasta 2032.

 

En 2022, la compañía alcanzó un beneficio neto de 199,7 millones de euros, lo que se traduce en un incremento del 30% en comparación con 2021. Los ingresos operativos de la compañía aumentaron un 26%, hasta 817,7 millones de euros, gracias al negocio de fabricación a terceros, que creció un 52, y al negocio de especialidades farmacéuticas, cuyas ventas se incrementaron un 8%.

 

Para 2023, Rovi espera que sus ingresos operativos disminuyan en la banda baja de la segunda decena (es decir, la decena entre 10% y 20%) frente a 2022, aunque espera un crecimiento de entre el 5% y el 10% frente a la cifra alcanzada en 2021. Actualmente, la familia controla el 55% del capital de la empresa a través de su vehículo inversor Norbel Inversiones.