ADN

Oriol Amat (UPF): “Invertir en ciencia es el mejor plan de contingencia para un país”

El catedrático de Economía Financiera de la Universitat Pompeu Fabra ve como un grave problema que España se esté quedando atrás en inversión en investigación y desarrollo (I+D).

J. Vera

8 jul 2021 - 04:56

Oriol Amat

 

Oriol Amat es rector de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (UPF) y catedrático de Economía Financiera​ en la misma universidad. Ha sido autor de diversos libros de contabilidad y finanzas, a la vez que ha ejercido como profesor en diferentes universidades y escuelas de negocio europeas, americanas y asiáticas. Amat opina que la recuperación post-covid se dará en forma de “K” y que los países que hayan invertido más en ciencia serán los que saldrán mejor parados de esta crisis.



Pregunta: ¿Cuáles son los principales problemas para las empresas en el proceso de apertura y cierre de la economía por razones sanitarias?



Respuesta: En líneas generales, a pesar de este contexto tan complicado, la economía no está sufriendo tanto y se empieza a recuperar. Este proceso se debe al aumento de la demanda, que incluso ha generado un agotamiento de las existencias de diversas empresas y que ahora mismo incluso tienen problemas de suministro. 



P.: ¿Cómo puede afectar la expansión de la variante Delta?



R.: Uno de los sectores que se pueden ver afectados por esta variante es el turismo, ya que se están implementando de nuevo las restricciones de movilidad en distintos países. El problema para la economía general es que de este sector concreto dependen muchos otros y que las tendencias económicas van a remolque de la situación sanitaria.



P.: ¿Las empresas que se dedican a salud ahora mismo tienen un contexto que les permite crecer más que el resto?



R.: Hay una pequeña parte de la economía que no se ha visto afectada de una manera importante por la pandemia. Sectores como la distribución alimentaria incluso han aumentado sus ingresos, pero a la vez también han subido costes al tener que adaptarse al nuevo contexto. Ahora bien, en el sector salud y en el de equipamientos relacionados con el coronavirus se han aumentado los ingresos. Un estudio realizado por la Universitat Pompeu Fabra concluye que el 15% de las empresas han aumentado su demanda como consecuencia de la pandemia y la mayoría de estas son pertenecientes al sector salud o a la producción de equipamientos para combatir el coronavirus. 






 

P.: ¿Las empresas que han sufrido el golpe del Covid-19 de cómo se pueden recuperar? 



R.: Hay dos ejes principales que definen el porvenir de las empresas. En primer lugar, es clave tener presente la situación anterior al Covid-19. Las empresas que estaban bien han aguantado, aunque hayan caído sus ingresos, pero no han llegado a cerrar. Si estos negocios ahora son capaces de actualizarse y digitalizarse, podrán salir hacia delante. En cambio, hay otras compañías que antes del coronavirus ya estaban en una situación financiera delicada y muchas de ellas han cerrado.



P.: ¿Qué elementos son los más importantes para conseguirlo?



R.: La clave de cara al futuro es que las compañías sean capaces de coger el tren de la cuarta revolución industrial: Internet, nuevas tecnologías, redes sociales... Hay empresas que están bien preparadas, pero este proceso de renovación ya lo comenzaron antes de la pandemia y ahora, con el nuevo contexto derivado del Covid-19, su adaptación ha sido mucho más fácil. Esto es una ventaja competitiva clara.



P.: ¿Qué medidas pueden llevar a cabo las empresas para estar prevenidas, en un futuro, de posibles crisis sanitarias?



R.: Invertir en ciencia es el mejor plan de contingencia para una empresa o para un país. La inversión del pasado en ciencia ha permitido a otros países poder afrontar mucho mejor los escenarios actuales derivados del coronavirus. Un ejemplo de ello son los estados que han sido los primeros en producir vacunas contra este virus.






 

P.: ¿El protagonismo en un futuro será de las empresas pequeñas y locales o grandes grupos e inversores internacionales?



R.: Es cierto que las empresas grandes tienen ciertas ventajas: disponen de más recursos y de personal más preparado. A pesar de ello, las de menor tamaño tienen la capacidad de ser mucho más ágiles y versátiles. La clave es estar capitalizado y tener capacidad de innovar; ser o no ser grande no es tan relevante. Por ejemplo, durante la crisis de 2008 cerraron tanto bancos grandes como pequeños. Los que aguantaron fue porque estaban capitalizados y no habían apostado por el sector inmobiliario.



P.: ¿La recuperación de la crisis del Covid-19 será en forma de V?



R.: La recuperación más bien será en forma de letra “K”. Esto quiere decir que la parte de la economía formada por los sectores con más recursos, en países que han sido capaces de apostar por innovación y ciencia, se reharán rápidamente y saldrán del bache. Por otro lado, otros sectores de la economía menos preparados se hundirán. El problema en España es que desde 2008 se ha restringido mucho la inversión en innovación. De hecho, ahora mismo invierten más en investigación y desarrollo (I+D) países como Portugal, Polonia o Grecia y el país se está quedando atrás.