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Rosa María Sebastián: “Las empresas biotecnológicas son más arriesgadas, igual que las farmacéuticas”

La vicerrectora de Innovación y de Proyectos Estratégicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) confiere a las start ups un papel fundamental en el desarrollo del sector sanitario, pero sin otorgarles la etiqueta de decisivas.

Albert Berrocal

19 oct 2023 - 04:58

Rosa María Sebastián: “Las empresas biotecnológicas son más arriesgadas, como las farmacéuticas”

 

Rosa María Sebastián es directora del Parc de Recerca de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y vicerrectora de innovación y de proyectos estratégicos en el mismo centro. En el marco de la primera Semana de la Innovación que celebra la UAB, Sebastián recibe a PlantaDoce para discutir sobre las posibilidades, dentro del sector sanitario, que tienen las start ups para desarrollar su actividad dentro del mercado laboral. Poniendo el acento en la importancia por integrar las nuevas tecnologías a los últimos estudios en biofarmacia y medicina, la directiva ha subrayado las dificultades que entraña para cualquier empresa emergente el inicio de su trayectoria dentro del sector sanitario, caracterizado por encima de cualquier otro factor por los riesgos que implica su proceso de maduración en términos de inversión.

 

Pregunta: ¿Qué papel juegan las universidades para trasladar la innovación a la formación?


Respuesta: Son fundamentales en el desarrollo de la innovación. De hecho, estamos organizando en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) una semana que pretende dar visibilidad a toda la innovación disruptiva que se hace en el centro. Lo primero que queríamos era que los propios estudiantes fueran conscientes de toda esta innovación. También buscábamos que este desarrollo permitiese acercar nuestra universidad al territorio; es decir, a las empresas, a los inversores y a los demás actores del sector. Somos una entidad pública que trabaja con fondos públicos, y tenemos que conseguir que toda nuestra investigación llegue a mercado. Durante esta semana, damos a conocer toda está innovación a los futuros profesionales de la disciplina: que los modelos más disruptivos y aplicables, aquellos que permitan resolver algunos retos de la sociedad, salgan a la luz. Nosotros aportamos talento al entorno, tanto con nuestros estudiantes máster como con los de doctorado. Sobre todo, nos interesa dar a conocer los doctorados industriales, pero para ello necesitamos que haya mucha confianza entre las empresas y los investigadores, y esto sólo se consigue con actividades como las de esta semana.

 


P.: ¿Qué medidas tomáis dentro de la UAB para desarrollar la innovación en salud?


R.: Tenemos diferentes espacios e institutos, como el de neurociencias o el de medioambiente, que tienen una gran repercusión en la investigación sanitaria. Esta red que hemos conseguido construir alrededor de la universidad nos ha permitido generar varias empresas relacionadas, por ejemplo, con terapias génicas o con el desarrollo en el diseño de nuevos fármacos, sobre todo a través de terapias dirigidas. Muchos de estos grupos son emprendedores.

 

P.: ¿La investigación en salud requiere de un periodo más largo de maduración para llegar a resultados?


R.: Sin duda. Es cierto que la investigación puede ir, más o menos, al ritmo de otras disciplinas.  Sin embargo, para conseguir madurar toda esta tecnología relacionada con el sector sanitario, desde las etapas más básicas hasta las que distinguen la conclusión del proceso, se necesita una maduración más larga; es decir, el impulso de muchas pruebas (en animales o humanos) o pasar el trámite de muchas legislaciones. Pero sobre todo, se exige una inversión más alta a la hora de invertir para crear la empresa. Nosotros, por ejemplo, vendimos una empresa porque no teníamos recursos para desarrollar su terapia génica: la inversión inicial ya era de diez millones de euros. Era imposible continuar con todo ese proceso.

 

 

P.: ¿Por qué se produce esta situación?


R.: Las empresas biotecnológicas, como las farmacéuticas, son más arriesgadas. Yo soy química de formación, y he visto como muchas empresas farmacéuticas en Cataluña que han sido muy punteras dentro del sector han ido dejando cada vez más la investigación. Lo que hacen es trasladarse al desarrollo, o arrancar una investigación y luego venderla a las grandes multinacionales. Es muy arriesgado liderar un proyecto desde las fases iniciales de la investigación hasta su aplicación final. El gasto es muy alto, y las empresas españolas no siempre pueden soportarlo. En otras palabras, se trata más de la incapacidad de sostener el desarrollo en su conjunto que de la inversión primera. Además, todas las legislaciones son duras, no hay prácticamente excepciones entre la americana, las europeas o las españolas. También debemos tener en cuenta la costumbre: por ejemplo, en Estados Unidos la población está muy acostumbrada a invertir cantidades muy grandes de dinero, mientras que aquí no estamos tan acostumbrados a que los inversores muevan tales cantidades.

 

P.: ¿Existe una relación directa entre start ups e innovación para pensar que el futuro pasa por el desarrollo de estas empresas?


R.: El futuro no son sólo las start ups universitarias, que es lo que a nosotros nos ocupa. Son sólo una pequeña parte, y más dentro del sector de la salud, de todo el sistema. Es cierto que desde la universidad queremos impulsar emprendimiento estudiantil, pero es difícil que entre en el sector salud, porque su actividad tiene como particularidades la necesidad de una tecnología avanzada y una base científica básica. Somos un granito de arena más, pero no todo el desarrollo pasa por nosotros ni por las start ups.

 


P.: ¿Falta educación en tecnología sanitaria para concienciar sobre las aportaciones y los riesgos que implica dentro del sector?


R.: Ahora todos estamos avisados sobre los posibles peligros. A nivel de las universidades, es cierto que nosotros ya sufrimos un ciberataque, pero nuestra investigación es particular: sí que se pueden llevar alguna cosa de nuestros ordenadores, pero el conocimiento del investigador es primordial más allá de lo que éste deja escrito. Casi todo lo que hacemos o lo patentamos o lo publicamos: no tenemos tantas cosas escondidas. Pero ahora estamos muy atentos a las protecciones, del mismo modo que lo están, por ejemplo, los hospitales. De hecho, nosotros también formamos parte de los institutos universitarios de los hospitales y de sus centros de investigación, y todos ellos están poniendo mucho énfasis en esta protección que consiga mantener los datos que se manejan en oculto. Sin embargo, mantener todos estos datos en oculto puede llegar a dificultar la investigación. En este tipo de estudios, que podrían contar con infinidad de datos de los hospitales, por recelo a que pueda haber fugas no se abre este espacio, con lo que se dificultan determinadas tendencias o casos genéricos. Todos estos datos, que se podrían mezclar con Inteligencia Artificial, serían muy provechosos para la sociedad. Aunque fueran sólo datos sintéticos, en los que no se supiera el origen concreto de su procedencia.