Entorno

El hospital del futuro

Carlos Zarco (HLA): “Venimos de la medicina de la eminencia, después la evidencia y ahora los datos”

El director médico del Hospital HLA Universitario Moncloa sostiene que la parte fundamental del hospital del futuro será su contacto humano, junto con el incremento de tecnología que puede hacerlo más ágil.  

M. Tamayo

24 oct 2023 - 04:56

Carlos Zarco (HLA): “Venimos de la medicina de la eminencia, después la evidencia y ahora los datos”

 

 

Cada año, más de cuatro millones de personas pasan por los hospitales españoles, sumando más de 37 millones de estancias. Lo que se encuentran al cruzar la puerta poco tiene que ver con los hospitales de hace apenas unos años. Las necesidades de los pacientes, el personal sanitario y los acompañantes han cambiado, y los hospitales se han adaptado a ellas con innovaciones que van desde una nueva distribución de los espacios hasta servicios diversos y, por supuesto, más digitalización. En este Insight, que cuenta con el apoyo de HLA Grupo Hospitalario, PlantaDoce repasa las claves que definirán los hospitales del futuro. 

 

 

 

 

Los hospitales llevan décadas actualizando, dando paso a nuevos perfiles, absorbiendo nueva tecnología y remodelando sus espacios. Sin embargo, el hospital del futuro será todavía muy distinto al actual, tal y como vaticina Carlos Zarco, director médico del Hospital HLA Universitario Moncloa y responsable del área de calidad del centro: los pacientes tendrán estancias más cortas, serán más reducidos y la Inteligencia Artificial (IA) se colará en todos los procesos. A pesar de todos estos avances, retos como la falta de profesionales, la ciberseguridad o la sostenibilidad continuarán presionando al sector. Sin olvidar que “la interacción humana es lo más importante de todo”, reconoce Zarco.  

  

 

Pregunta: ¿Cómo se imagina el hospital del futuro? 

 

Respuesta: Es difícil de hacer porque todo está cambiando muy deprisa. El hospital de futuro será muy distinto al actual. Una parte de ese hospital estará en casa de cada paciente gracias a todos los sistemas inteligentes. Hay parte de la actividad que tradicionalmente se hace en el hospital que se derivará a casa, por lo que los hospitales tendrán entre 200 camas y 300 camas, como mucho, y estancias mucho más cortas. Será un poco difícil, pero toda la tecnología y telemedicina que se puso en valor en la pandemia más la Inteligencia Artificial (IA) modificarán las vías de actuación, aunque sin perder de vista que las personas tienen que estar allí para hacer el diagnostico. 

 

  

P.: ¿Cuáles son las referencias a escala internacional? 

 

R.: Aunque puede que no sea el más indicado, en Estados Unidos hay muchos ejemplos donde el post operatorio se hace en casa y se han externalizado algunos cuidados fuera del hospital, pero porque muchas veces las cirugías son muy caras. Otro ejemplo se da en países pequeños como Israel, que tiene la capacidad tecnológica, pero en países grandes es complicado.   

 

 

 

 

P.: Donde hay que poner el foco de los cambios: ¿operaciones, relación con el paciente, instalaciones...? 

 

R.: Tradicionalmente, los hospitales estaban pensados para los médicos y el giro de la organización ha sido poner al paciente en el centro de la actividad. En una sociedad como la española o la europea, que son tan longevas y envejecidas y con una esperanza de vida altísima, los recursos asistenciales tienen que ir a pacientes con frecuentación de recursos médicos, pero no ha de ser presencial. Hay que evitarle al paciente todos los contactos con el hospital que sean evitables. Aunque la gente se siente segura en el hospital, es un lugar donde se pueden coger muchas infecciones u otros problemas y lo mejor es que los pacientes tengan poco contacto, pero con una atención continuada en las enfermedades crónicas. Además, se requiere de una red integrada de salud que pueda dar respuesta.  

  


  


P.: ¿Cómo deben cambiar los roles profesionales en estos nuevos hospitales? 

 

R.: Nos tenemos que formar. Somos un hospital universitario y siempre nos preocupa que los sistemas educativos vayan un poco por detrás de la realidad. Con la telemedicina parece que hemos encontrado la panacea, pero sólo se encontró un catalizador, la pandemia. Tenemos una parte humana imposible de sustituir, aunque la IA vaya a apoyar mucho a algunas especialidades. Al principio se usarán como herramientas para leer datos, pero luego puede ser que se saquen conclusiones por computación de datos. Todo lo que se publica en el mundo en revistas científicas de urología un urólogo no tendría vida para leerlo, pero la IA sí será capaz. Una evidencia es que vamos a medicina de precisión. Venimos de la medicina de la eminencia, después de la evidencia y ahora de los datos, pero no hay que perder la parte humana.  

  

 

P.: ¿Qué elementos hay que añadir a los currículums actuales del personal sanitario para ser óptimos en este nuevo modelo de hospital? 

 

R.: Se me ocurren muchas cosas, que a mí no me enseñaron. Por ejemplo, saber los costes de tu actividad como médico. Hay que hacer un uso eficiente de los recursos y tienes que saber qué estás pidiendo, no porque vayas a actuar diferente, pero por ser consciente. Mi generación vivió el cambio a Internet y los ordenadores y ahora todo es digital y la IA puede ser una herramienta muy útil para el diagnóstico y para el uso, y con esto también nos tenemos que actualizar.  

  

 

P.: ¿Hay que incorporar más profesionales ajenos al mundo sanitario?  

 

R.: La falta de profesionales no se va a ver aliviada con este nuevo modelo. Hay un poco de falta de comunicación entre el Ministerio de Sanidad, Comunidades Autónomas o sanidad privada, universidades, etc. Estamos ante un problema actual, no hay recambio para los baby boomers y nadie está haciendo política al respecto. Además, la gente cada vez más busca conciliar. La IA puede ayudar a descargar cosas del día a día y reducir la burocracia, pero el número de recursos médicos no lo creo. Por todo ello, sin duda vendrán profesionales que no son médicos, algunos de ellos con especialidades relacionadas, como la biomedicina o genetistas, y otros no, como ingenieros de telecomunicaciones. Si no hay médicos habrá que buscar soluciones. Puede que tengamos que ceder algunas funciones, como cuando en España no había suficiente personal de enfermería y se creó la figura de auxiliar para liberarlas.  

  

 

P.: Una de las amenazas que ya están afrontando los hospitales es la de los ciberataques. ¿Cómo ha de ser el tratamiento de los datos de los pacientes en un hospital? 

 

R.: Es uno de los grandes retos. Cuando se habla de IA hay que hacerlo del riesgo que entrañan los datos, de las consideraciones éticas y bioéticas. En cualquier base de datos hay una colección enorme de datos personales y riesgo de rotura en la seguridad. Además, la IA no deja de tomar en consideración datos que pueden llevar en sí mismos discriminaciones y desviaciones; si toma datos sesgados puede perpetuar esas circunstancias. Otro de los principales problemas es el de la transparencia. En muchos casos, son empresas privadas que tampoco van a decir los datos que tienen porque es su know how. Nosotros analizamos si era más seguro nuestro sistema de registro de información en la nube o uno interno, y comprobamos que tenerlo en la nube era más seguro. Sin embargo, hay que extremar las medidas de seguridad y no olvidarse de cosas como actualizar el Windows. Para ello todos tenemos que contar con una cultura de la seguridad importante.  


  

 

 

P.: ¿Qué cambios realizaría en el diseño físico de los hospitales para acercarlo más al hospital del futuro? 

 

R.: En mi hospital estamos reformando y los nuevos espacios son más luminosos, habitaciones suites, todas con acompañante... La idea es cambiar el aspecto. La misión básica es curar, pero intentamos que el paciente esté más a gusto y se está cuidando mucho más el espacio. La cuestión es tener un centro amigable con todos los servicios con unas 300 camas. Cosas como contar con una distribución clara para que el paciente no se sienta perdido son fáciles y para el paciente son muy importantes. También para la interacción entre profesionales, si un hospital es muy grande se debilita. La interacción humana es lo más importante de todo.  

  

 

P.: ¿Qué pueden hacer los hospitales para ser más sostenibles medioambientalmente? 

 

R.: Difícil pregunta. Es un servicio abierto todos los días del año con grandes consumos energéticos y residuos peligrosos. Se pueden hacer acciones como que la energía eléctrica sea de fuentes renovables, en todas las zonas no críticas instalar luces led, detectores de presencia, cuantificar los recursos utilizados, contar con gestores de residuos homologados, retirar el plástico en los equipamientos de comida, etc. El tiempo va haciendo tomar conciencia de ello, pero aún así somos unos de los edificios más contaminantes de la ciudad. Hay que intentar minimizar nuestro impacto.  

  

 

P.: ¿La sanidad va hacia un modelo de especialización hospitalaria o de generalización? 

 

R.: Habría que hacerlo con sentido común, aunque depende de los políticos, es usar los recursos disponibles. Un ejemplo estupendo es el de trasplantes, que pocos están especializados en cada tipo de operación. Sin embargo, los hospitales monográficos muchas veces se quedan cojos. Estoy pensando en un hospital traumatológico: si ingresa un paciente de ochenta años que tiene que colocarse una prótesis de cadera, saldrá antes si en su tratamiento además de un traumatólogo está presente un médico internista. En un futuro será una realidad el uso de robos quirúrgicos que permitirán operar a distancia, ahora hay que centrarse en la utilización adecuada de los recursos y seguir la estructura de hospital comarcal y hospital nodriza. 

  

 

P.: ¿De qué otros sectores se puede aprender para pensar en los hospitales del futuro? 

 

R.: De muchos, y en muchos casos lo hacemos desde hace tiempo. En algunos aspectos no dejamos de ser un hotel, así que del hospitality hemos traído muchas cosas. Remodelamos la atención al paciente para ayudar a la gente cuando llega, te recibe personal vestido con una chaqueta roja que te guía, como si fueran unos grandes almacenes. Además, hemos incorporado al hospital ingenieros e informáticos, el centro ha cambiado mucho en los últimos años.