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Cómo abrir una clínica de fertilidad: 180.000 euros, dos biólogos, un enfermero y un anestesista

En España hay censados 307 centros de reproducción asistida, entre los que destacan IVI, Tambre o Procreatec. Las pacientes se someten de media a tres inseminaciones, así como a tres fecundaciones in vitro, tratamientos que parten de 600 euros a 5.000 euros. 

I. Vera / A. Escobar

19 nov 2018 - 04:58

Cómo abrir una clínica de fertilidad: 180.000 euros, dos biólogos, un enfermero y un anestesista

 

 

IVI, Dexeus Mujer, Tambre, Eugin o Procreatec son algunos de los nombres propios de las clínicas privadas de fertilidad en España. Este segmento de la sanidad continúa creciendo, y su volumen de negocio se apoya en una sociedad cada vez más envejecida, que año tras año va retrasando tener descendencia. En torno a 180.000 euros, dos biólogos, un enfermero y un anestesista, es la primera inversión que se necesita para poner en marcha un servicio así.

 

España es una potencia mundial en el segmento de la fertilidad, una industria que además está en crecimiento. Hasta 307 centros de reproducción asistida, públicos y privados, se contabilizaron en 2016, frente a 286 registrados un año atrás, según los últimos datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).

 

Imperan dos tratamientos de fertilidad: la inseminación artificial (IA) y la fecundación in vitro (FIV). La primera “es una técnica que hacen clínicas pequeñas”, resalta Luis Martínez, presidente de la SEF, y conlleva precios más asequibles, mientras que la segunda requiere de instalaciones más grandes y sus tratamientos son más caros.

 

 

 

 

“La inversión mínima para poner en marcha un laboratorio básico de reproducción asistida oscila entre 180.000 euros y 200.000 euros”, constata Martínez. A esta partida, habría que sumarle los importes por ecógrafos, sala de punciones, mobiliario médico, personal o alquiler del local, entre otras expensas, detalla el directivo.

 

“Para un servicio simple de FIV, una inversión de menos de 500.000 euros es complicado”, resalta el presidente de la SEF. Otras fuentes del sector señalan, sin embargo, que el coste mínimo para poner en marcha un servicio de fertilidad ronda el millón de euros.


Fijando la mirada sobre el personal, para iniciarse en esta actividad se requiere como mínimo de dos biólogos, un ginecólogo, un enfermero, un auxiliar de enfermería, un anestesista y un administrativo. Además, por cada cien ciclos, la clínica deberá incluir un biólogo más, según señalan desde la Sociedad Española de Fertilidad.

 

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Los precios de los procedimientos no son únicos. Mientras que Martínez asegura que un tratamiento de inseminación artificial cuesta de media 600 euros, otras fuentes del negocio de la fertilidad en España afirman que el desembolso medio para este método es de mil euros.

 

En cuanto a los tratamientos FIV convencionales, el desembolso de los futuros padres sería de 3.000 a 5.000 euros de media, según recalcan fuentes del sector. El presidente de la SEF asevera que el coste medio para este tratamiento es de 4.000 euros, sin tener en cuenta el precio de los medicamentos, que incrementaría en torno a mil euros el importe final. Si a esta técnica se le incluye el estudio de los embriones a través de una biopsia, la cuantía se disparará otros 2.500 euros, indica el representante del SEF.

 

Las mujeres se someten de media a tres inseminaciones artificiales, así como hasta a  tres tratamientos in vitro, constata Martínez. “Si hay centros es porque es un negocio rentable”, garantiza el presidente del SEF, aunque también señala que a los ingresos de las clínicas también hay que descontar los gastos de personal, instalaciones y materiales usados. En España, sólo para tratamientos FIV con óvulos propios, hubo más de 45.000 pacientes en 2016.

 

 

 

En los centros de fertilidad de IVI se realizaron aproximadamente 35.000 ciclos de fertilización en 2017. La compañía, en sus más de 27 años de actividad, ha registrado 160.000 bebés nacidos a través de estas técnicas. Además, en el último lustro, IVI ha aumentado un 24% su número de pacientes. “Es importante destacar un crecimiento de cerca del 90% en parejas formadas por mujeres y del 54% en mujeres que se plantean la maternidad en solitario”, destacan desde la empresa.

 

José Muñoz, embriólogo de FIV de la Clínica Tambre, asegura que el centro realizó 874 ciclos de fecundidad en 2017. El experto percibe un aumento de la donación de óvulos y que las pacientes cada vez son más mayores.

 

Dexeus Mujer atendió aproximadamente a 5.5000 mujeres y realizó cerca de 4.000 tratamientos de fertilidad en 2017. En total, la empresa registró el nacimiento de 2.931 bebés, de los que un 17,8% habían sido concebidos a través de técnicas de reproducción asistida. En los últimos cinco años “el número de nacidos con estos métodos ha aumentado más de un 50%”, revela Buenaventura Coroleu, jefe del servicio de medicina de reproducción de Dexeus Mujer.

 

“En 2017, el Grupo Eugin realizó 24.000 ciclos, de los cuales un 33% se realizaron en el centro de Barcelona”, indica Flavia Rodríguez, ginecóloga y adjunta a la dirección de la compañía. Desde su fundación en 1999, Eugin ha trabajado con 18.000 familias y percibe como año a año la edad en la que las europeas son madres por primera vez se retrasa, “siendo las italianas últimas de Europa y las españolas las penúltimas” en tener descendencia.

 

 

 

Italianas, el filón de oro de la reproducción asistida privada en España

En Procreatec, por su parte, realizan en torno a mil ciclos anualmente. La proporción de público internacional se sitúa en el 60% este año. Del total de pacientes extranjeras, el 40% son de Francia y un 25% de Italia, seguidas de las alemanas e inglesas.

 

Desde su clínica en Barcelona, Fertilab realizó 750 tratamientos de reproducción asistida en 2017. El 60% de su clientela procede de países europeos, de los cuales italianas y francesas son también la mayoría. En IVI, cerca del 25% de sus pacientes son extranjeras, siendo la francesa la nacionalidad que más impera.

 

En Dexeus Mujer, por su parte, entre el 20% y el 25% de su público también procede de fuera de España. La mayoría de estas pacientes son, por orden, de Italia, Francia, Reino Unido y Alemania, destacan desde la compañía. Estas mismas nacionalidades predominan en la Clínica Tambre, así como en Eugin.

 

 

 

En general, las pacientes nacionales o internacionales que recurren a las clínicas privadas de reproducción asistida en España tienen entre 38 y 40,6 años, de media, y cuentan con un perfil socioeconómico medio-alto, según indican las empresas consultadas.

 

Las pacientes españolas también tienen a su disposición tratamientos de fertilidad a través de la Administración pública, pero la lista de espera de un año, la limitación a tres ciclos de fecundación gratuitos o el límite de edad de cuarenta años son factores a los que las clínicas privadas hacen frente con una mayor agilidad. 

 

“La eficacia de ambos servicios es similar, aunque algo superior en la práctica privada, porque hay más facilidad de incorporar tecnologías y eso aumenta la eficacia de quedarse embarazada”, concluye el jefe del servicio de medicina de la reproducción de Dexeus Mujer.