Fefe aboga por transformar las farmacias en centros sanitarios de baja complejidad

Consejo sanitario. La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (Fefe) ha pedido, en un comunicado, que las farmacias se conviertan en centros sanitarios de baja complejidad. Este plan menciona que estos establecimientos sanitarios puedan suministrar medicamentos para una lista de patologías que no sean graves o complejas.

Además, según Fefe la medida reduciría el tiempo de espera de los hospitales y centros de atención primaria en casos de urgencias y hospitalizaciones. La propuesta también hace mención que están pensando en recuperar la tradición histórica de las farmacias, aunque para ello se tenga que modificar la Ley de las Garantías.

La entidad advierte que las farmacias podrán suministrar e indicar los medicamentos para la lista de patologías seleccionadas. Reino Unido es uno de los primeros países que ha tomado esta recomendación mediante el programa Pharmacy First.

Reino Unido ha puesto en marcha su programa Pharmacy First y las farmacias podrán suministrar medicamentos sólo para siete patologías

Este plan se implementará antes de terminar el 2023 en el país anglosajón, que consiste en que los farmacéuticos prescriban y dispensen siete patologías: sinusitis, dolor de garganta, dolor de oído, picaduras infectadas, impétigos, herpes e infecciones del tracto urinario, no complicadas, en mujeres. Con ello, se pretende disminuir quince millones de visitas diarias a los centros de atención primaria en Reino Unido.  

Fefe promueve la viabilidad y sostenibilidad económica del modelo español de Oficina de Farmacia y del sistema sanitario español en su conjunto.

Reino Unido destinará 645 millones de euros durante dos años en las farmacias comunitarias. Un periodo de tiempo que se espera que alivie casi quince millones de citas, un 2% del total. Tampoco será necesario que las mujeres acudan a la consulta para proveerse de anticonceptivos orales en el caso de mujeres, ahora podrán consultarlo en las propias farmacias.

La presión sobre el sistema sanitario británico está en su momento más alto luego de que el pasado lunes 6 de febrero se pusiera en marcha la huelga más importante que ha vivido el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) estatal de Reino Unido.