Entorno

La IA en salud gana terreno a un sistema atrincherado en el método tradicional

La intromisión de la tecnología en las diferentes agendas sanitarias obliga a repensar el diálogo con el paciente. En un sector que todavía es reacio al cambio, las ventajas económicas y administrativas sacan pecho frente al modelo tradicional.

Albert Berrocal

27 nov 2023 - 05:00

La IA en salud gana terreno a un sistema atrincherado en el método tradicional

 

Entre la fascinación y el miedo, la inteligencia artificial (IA) lleva un año haciéndose con el público masivo: su sobrino la ha usado para hacer su último trabajo de la Universidad, vídeos con doblajes automáticos recorren la Red y las fotografías se completan y modifican sin mucho esfuerzo. Conceptos como la IA generativa o el machine learning ha pasado de ocupar los despachos de Silicon Valley y los laboratorios del Massachusetts Institute of Technology (MIT) a ganarse su propio hueco en las cenas de navidad que se acercan, y el principal culpable es ChatGPT, el generador de texto que esta semana cumple su primer año de lanzamiento. 

 

Según el propio programa, ChatGPT es un modelo de lenguaje avanzado desarrollado por OpenAI que utiliza la arquitectura GPT-3.5 para generar respuestas coherentes y contextualmente relevantes en conversaciones basadas en texto”. Sus aplicaciones son muchas, de traducir textos a mantener conversaciones, la redacción de contenidos o la solución de problemas, pero, además, ha abierto la puerta a que empresas y ciudadanos pensaran en ella más allá de la ciencia ficción. 

 

La empresa responsable de esta hazaña ha sido OpenAI, que en la última semana protagonizó una historia de intriga corporativa digna de la gran pantalla. Sam Altman, fundador de la compañía que creó ChatGPT, fue despedido de la empresa tras una inesperada decisión de la junta. Días más tarde, tras una campaña iniciada por empleados e inversores, el directivo ha vuelto a su puesto. El conflicto se fraguó entre las discrepancias de los miembros más catastrofistas, que buscaban ralentizar los avances, y los más optimistas, capitaneados por Altman, que finalmente han ganado la partida. La moda, tan fan de sumarse a la última tendencia, ya la integra en diseño, márketing, atención al cliente y operaciones. 


El área de diagnósticos (por delante de la telemedicina) será el segmento del sector sanitario que más se espera que crezca a través de la inteligencia artificial hasta 2030, con un repunte del 32,5% y generando 13.300 millones de dólares, según recoge el estudio Transformación digital en la atención primaria publicado por Siemens Financial Services (SFS). En esta dirección, la publicación subraya el papel del sector privado como actor principal para que todo el engranaje se consolide como solución aplicable.

 

Uno de los países que más ha apostado por incluir la inteligencia artificial en su sistema sanitario es la India. Hasta 2035, el plan de salud proyectado pronostica una inversión de 11.780 millones de dólares para paliar su déficit en instalaciones y profesionales, según un estudio de World Economic Forum (WEF).

 

 

 


En los últimos datos demográficos recogidos en abril, India superó a China como país más poblado del mundo en 2023. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que el país cuenta con 64 médicos disponibles por cada 100.000 habitantes, añadiendo que los centros en la periferia rural, donde vive un 70% de la población del país, acarrean una carencia crónica de infraestructuras que dificultan los diagnósticos.

 

En relación con esta circunstancia, la Inteligencia Artificial es una de las herramientas para garantizar la democratización del servicio sanitario, mediante una serie de dispositivos que ayuden a garantizar el poder cubrir todas las necesidades poblacionales. No obstante, todo este proceso exige de una inversión importante que sustituya los equipos obsoletos, adquiera los nuevos utensilios y adapte las infraestructuras para hacer viable esta transformación.  

 

Dos de las empresas que ya han incorporado la IA a su estructura son Roche y Sanofi. La multinacional farmacéutica de origen suizo firmó hace un par de años, tras un pago inicial de 137 millones de euros, una alianza con Recursion Pharmaceuticals para el desarrollo de programas terapéuticos de moléculas dirigidas al cáncer gastrointestinal y áreas claves en neurología.

 

Por su parte, la farmacéutica francesa alcanzó un convenio con Exscientia en 2022 para investigar, tras 91 millones de euros de inversión, quince moléculas para curar enfermedades oncológicas e inmunológicas. Ambas compañías esperaban reducir los costes derivados de los métodos tradicionales, así como agilizar los tiempos de espera que se entreabrían entre las distintas fases de los estudios en los laboratorios.

 

La incorporación de la inteligencia artificial a los sistemas de salud también entraña una serie de peligros. El gran flujo de información de los pacientes que circula por este universo paralelo provoca cierta sensación de inseguridad respecto a la confidencialidad de los datos. Uno de los ejemplos de esta coyuntura la protagonizó el Hospital Clínic de Barcelona, que en marzo fue víctima de un ciberataque que bloqueó el funcionamiento de su sistema.

 

 

 


En abril, la revista Nature publicó un estudio en el que demostraba que la inteligencia artificial era superior en la evaluación y el diagnóstico de la función cardíaca en comparación con las valoraciones de ecocardiogramas hechos por técnicos de imagen. La investigación, efectuada desde un ensayo clínico aleatorizado y ciego, evaluó 3.495 pruebas y evidenció que la herramienta “podría ahorrar tiempo a los médicos y minimizar las partes más tediosas del proceso”.

 

No obstante, el principal factor que determina la posible interferencia de las nuevas tecnologías en la medicina es que se trata de una disciplina eminentemente humana. Muchos pacientes siguen necesitando del contacto físico y presencial para acelerar su recuperación. Aunque soluciones como la hospitalización a domicilio pueden agilizar los tiempos de espera y liberar la saturación en los servicios de urgencias, la disciplina considera que es fundamental mantener el contacto del profesional con el paciente.

 

El modelo híbrido parece ser la solución. A finales de octubre, Sanitas integró la solución Alexa de Amazon en dos de sus centros de salud de Madrid. Los residentes que disfrutan de esta herramienta pueden mantener un contacto continuado con sus familiares y con la comunidad que les rodea, además de acceder a información del mismo centro a través del dispositivo ubicado en su habitación.