La Ocde reclama más colaboración público-privada para evitar la escasez de medicamentos

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) pone el foco en la escasez de productos sanitarios. Los problemas en la cadena de suministro de medicamentos ya eran algo común antes de la pandemia del Covid-19 de 2020, pero esta crisis global sometió a estos conductos a una gran presión que culminó en cuellos de botella.

La receta del organismo internacional pasa por cambios legales, intercambio de información, inversiones en infraestructura y analítica de datos y más y mejor colaboración público-privada internacional.

En el documento, la Ocde recuerda que las cadenas de suministro son complejas y están distribuidas por varios continentes, lo que involucra a varios componentes gubernamentales o empresariales y que, en el ámbito de la salud, estas cadenas pueden mostrar características muy diferentes.

Así, señala el informe, las cadenas de suministro de instrumental médico están sujetas a más variabilidad, pues involucran a diferentes proveedores de componentes en diferentes países. Este producto, además, se nutre de piezas que no están solo diseñadas y producidas para el ámbito sanitario, recalca la Ocde.

El mercado de los fármacos se ha multiplicado por diez en treinta años

El intercambio global de instrumental de este tipo se ha multiplicado por siete en treinta años, hasta los 700.000 millones de dólares de 2022. El mercado de los fármacos, a su vez, se ha multiplicado por diez en el mismo período, llegando a la cifra de 900.000 millones de dólares en 2022.

Según datos de la Ocde, la escasez afecta, sobre todo, a medicamentos no sujetos a patentes, entre los que destacan antibióticos o compuestos indicados contra enfermedades cardiovasculares y asociadas al sistema nervioso. En este caso, los problemas surgen en el ámbito de la producción y del control de calidad, pero destacan también obstáculos en la comercialización. El 6% de los incidentes en la Unión Europea (UE) radican en la distribución.

El informe insiste en que los países miembro de su organización deben desarrollar capacidades para enfrentar crisis de la magnitud de la pandemia de hace cuatro años para asegurar que los medicamentos producidos en su ámbito lleguen a todos sus ciudadanos, teniendo en cuenta todas las salvedades enumeradas.