Entorno

Un sector exhausto, más colaborativo y refugio para el inversor: la salud un año después

Los expertos advierten de que el Sistema Nacional de Salud ha quedado dañado en doce meses que, sobre todo, han puesto en evidencia la necesidad de una mayor cooperación público-privada.

A. Escobar

10 mar 2021 - 05:00

Un sector exhausto, más colaborativo y refugio para el inversor, la salud un año después

 

Es el sector en el que ha caído el peso de la peor crisis sanitaria en un siglo y, aunque la pandemia todavía no se ha superado, el negocio de la salud puede hacer retrospectiva de un ejercicio en el que la colaboración ha marcado como nunca la pauta empresarial y también la del sector público. Exhausto en el ámbito sanitario, el sector de la salud ha puesto en evidencia ciertas carencias y en muchos sentidos está endeble, pero también percibe los efectos positivos de un año en el que ha sido más que nunca un mercado refugio para la inversión.

 

Empresas y patronales hacen balance a PlantaDoce de un ejercicio en el que el sector farmacéutico internacional ha pasado una prueba de fuego que ha permitido aprobar en Europa las vacunas de Pfizer y BioNTech, Moderna o AstraZeneca, y próximamente la de Janssen, del grupo Johnson&Johnson. Un año en el que en España se han distribuido 5,5 millones de dosis, de las cuales se han administrado 4,7 millones.

 

Una de las principales lecciones de doce meses de lucha contra la pandemia es que el Sistema Nacional de Salud (SNS) no es tan fuerte como se creía. “Lo que ha puesto en evidencia la pandemia es que el SNS no es tan robusto como parecía y ante una situación de estrés no ha podido responder como se pensaba”, según explica Ramón Berra, consejero delegado de Miranza.

 

Esta visión es la misma que tiene Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (Aspe), que reconoce que la pandemia ha puesto “en jaque” al SNS. Para el máximo responsable de la patronal sanitaria, en algunos territorios se ha sufrido “una presión asistencial sin precedentes, sobre todo en los centros públicos, y, por otro, algunos de nuestros hospitales y clínicas privadas han estado llenos de personal y vacíos de pacientes como consecuencia de la intervención del estado de alarma”, manifiesta.

 

Rus cree que las debilidades previas que presentaba el sistema sanitario en España, como la escasez de personal, sobre todo en enfermería, han quedado en “evidencia” y se han “acentuado” en esta crisis, añade.

 

Juan Abarca, presidente de la Fundación Idis y del grupo HM Hospitales, va un paso más y considera que el sistema precisa de una “reforma integral”. En opinión del representante de Idis, “el sistema se ha hecho más consciente de sus limitaciones e insuficiencias y por lo tanto de la necesidad de una reforma que lo adapte y alinee con las necesidades y retos que plantea ya el presente, pero especialmente el futuro”.

Abarca incluso pone en entredicho que el modelo presuma de calidad porque entiende que, tras la pandemia, el sistema “no saldrá reforzado”, sino que saldrá “exhausto y con múltiples problemas de gobernanza, eficiencia y financiación”.

 

Desde el sector de la reproducción asistida, el director médico de Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), Antonio Requena, sostiene que actualmente está todo centrado en la pandemia y que cuando pase “habrá que ir solucionando todas aquellas deficiencias detectadas”, apostilla. 

 

También creen que el sistema debería salir más reforzado desde Vithas. Desde el operador hospitalario privado puntualizan que la pandemia ha “aflorado o hecho más evidentes sus debilidades estructurales; identificar los problemas es siempre el primer e imprescindible paso para solucionarlos”, añaden.

 

  

 

 

Para solucionar los problemas es necesaria una mayor colaboración, que los agentes del sector creen más estrecha hoy que hace un año. Jesús Cubero, secretario general de la Asociación Estatal de Servicios Residenciales de la Tercera Edad (Aeste), opina que el hecho de haber tenido que enfrentar el mismo reto, sin importar la naturaleza del centro (público o privado), “nos ha hecho ir más alineados a todo el sector de la dependencia y la sanidad en este caso”.

 

Por su parte, Abarca cree que el Covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de estrechar y ampliar la cooperación público-privada. Prueba de ello, explica el presidente de Idis, es que “si no hubiera existido dicha colaboración el sistema público habría sido claramente insuficiente; la suma de voluntades y la multiplicación de esfuerzos es lo que aporta valor al sistema”.

 

Otros actores, como es el caso de Vitaldent, sostienen también que el Covid-19 ha puesto de relieve la “evidente necesidad” de la colaboración público-privada. Para el grupo de clínicas dentales es “algo que ya estaba en el debate social, pero que se ha materializado de manera acuciante en la gestión de la pandemia”.

 

Es una opinión parecida a la que tiene Marcos Bueso, consejero delegado de Generalife, que comenta que “la tragedia sanitaria ha sido un punto de inflexión hacia una colaboración más estrecha”. No obstante, Bueso defiende que es pronto para valorarlo y que es necesario tomar un poco de perspectiva temporal”.

 

  

Un gestor, un líder diferente y con experiencia

La pandemia ha exigido también un nuevo liderazgo, con gestores que ha tenido que navegar en escenarios cambiantes cargados de estrés e incertidumbre, con una gran presión asistencial. Para Abarca, la coincidencia de patología Covid y no Covid exige una planificación y estrategias muy concretas, bien elaboradas y que sean capaces de responder a todas las necesidades.

 

El representante de Idis cree que la adecuación y armonización tecnológica y la presión que ejerce un paciente informado y formado determinan también la actividad de un gestor. “Hoy en día no se entiende un sistema de gestión que no contemple estos aspectos y para llegar a buen puerto precisa de expertos acreditados en esta materia”, considera.

 

Para Carlos Rus, el papel del gestor se ha convertido en imprescindible. “La situación ha requerido de una intensidad de trabajo muy alta, de una capacidad de organización extrema y de una toma de decisiones a contrarreloj”, sostiene. El máximo ejecutivo de Miranza, por su parte, considera que los gestores han tenido que aprender a gestionar con un nivel “muy elevado de incertidumbre y ser muy ágiles en toma de decisiones importantes ante entornos en constante cambio”.

 

Sin embargo, desde Vithas opinan que más que un cambio, la pandemia ha acentuado algunas de las habilidades que cualquier gestor sanitario debe tener siempre, como “la capacidad de adaptación a escenarios inesperados, un liderazgo inclusivo, el trabajo en equipo y por delegación, un concepto agile de la gestión de proyectos y una gran capacidad de resiliencia y empatía”, apuntan desde el grupo hospitalario.

 

 

 

 

¿Un sector donde refugiarse y por el que apostar?

La pandemia también en elevado la conciencia social en torno a la salud, lo que ha puesto al paciente en el centro y con ello se han abierto ventanas a la inversión en este sector. Desde Clínicas Mi alegan que la salud de las personas es hoy “una prioridad” para todos los ciudadanos y aquellas empresas que tienen su foco empresarial en situaciones vinculadas con esta actividad. Una defensa que desde el grupo con presencia en Barcelona y Lleida y liderado por la familia Masfurroll complementan comentando que “entendemos que el sector salud capte la atención de la comunidad inversora”.

 

Similar a Clínicas Mi es la opinión de Requena, director médico de IVI. El responsable del grupo de reproducción asistida considera que se ha tomado mayor conciencia del papel de la sanidad en el servicio que cada país debe dar a sus ciudadanos y cree que “el ciudadano cada vez demandará un mejor servicio sanitario”. En base a esto, añade Requena, “habrá que valorar si es atractivo invertir en un sector al alza, que parece que sí”.

 

Desde Aspe, Rus explica que, más que un sector refugio, “creemos que ha quedado constatado que el sector sanitario es en estos momentos más esencial que nunca”, por lo que protegerlo “debería de ser una prioridad para cualquier responsable político”, añade. Bueso, por su parte, cree que la salud “seguramente ha ganado posiciones frente a otros sectores” en materia de inversión.

 

Sin embargo, desde Clínica Tambre, su directora general, Inge Kormelink, no ve al sector como refugio. Para la directiva, el mercado ha estado afectado por la pandemia; muchos centros han tenido que reducir su actividad e incluso cerrarla durante los meses de confinamiento. “La literatura científica ha necesitado meses y meses de recabar información para explicar cómo el coronavirus afecta a cada rama de la medicina; hay quienes hemos sobrevivido a este bache, pero sé de profesionales y centros que no lo han logrado”, advierte.

 

De hecho, aunque para parte del sector de la salud el Covid-19 ha supuesto un revulsivo para su actividad, cientos de clínicas se han visto afectadas por las restricciones a la apertura y a la movilidad de sus pacientes. Según los primeros datos de balance empresarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 4.200 empresas españolas sanitarias dejaron de tener trabajadores de enero a septiembre de 2020, lo que supone el 10% del total.

 

En el sector de las actividades de servicios sociales, el 12% de las empresas quedaron inactivadas por el Covid-19, hasta 686 compañías. En el ámbito de la asistencia en establecimientos residenciales, el 5% de sociedades del sector fueron golpeadas por la pandemia: más de 230 empresas dedicadas a esta especialidad dejaron de tener empleados.

 

La industria farmacéutica pudo esquivar mejor la pandemia que el sector de las actividades sanitarias. En este negocio, fueron sólo once las compañías que no sobrevivieron, hasta registrar el número de empresas activas en 340.

 

 

Acelerón a la salud digital

La pandemia también ha provocado cambios en la manera de relacionarse con los demás, en la forma como un paciente puede interactuar con su médico y viceversa. El Covid-19 ha acelerado la transformación digital sanitaria: así lo creen los expertos.

 

Para Berra, la pandemia “ha dado un impulso a la digitalización” en un sector que “iba muy retasado frente a otros, pero queda mucho camino por recorrer”, comenta el consejero delegado de Miranza. A esta opinión se suma Bueso, que insiste en que una parte muy importante de pacientes y profesionales “están entendiendo por fin lo positivo que puede ser aprovechar al máximo la tecnología disponible, y a muchos gestores también se les han abierto los ojos”.

 

Desde el Idis, Abarca manifiesta que la digitalización ha supuesto un “revulsivo evidente”, pero más desde el punto de vista conceptual y de utilización individual de las tecnologías de la información y la comunicación que de implantación “decidida y ágil” en la vertiente pública del sistema. Para el también presidente de HM Hospitales, en el ámbito privado la implantación, desarrollo e impulso de las TIC es “más que evidente”. Para Abarca, “aspectos como la medicina o asistencia no presencial para consulta, monitorización y seguimiento están más que implantadas”.