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José Antonio Hernández (Crowe): “No hay profesionales sanitarios, no se forman los que se requieren”

El experto de Crowe Spain considera que a diferencia de otros sectores como el agropecuario, el hostelero o el industrial, el de la salud no se verá afectado en los próximos meses ante la situación macroeconómica y social que se avecina.

A. E.

29 sep 2022 - 04:56

José Antonio Hernández (Crowe): “No hay profesionales sanitarios, no se forman los que se requieren”

 

José Antonio Hernández es socio del departamento de salud y ciencias de la vida de Crowe Spain en el área de consultoría de estrategia e innovación. Previamente, el consultor trabajó en puestos de responsabilidad en gestión para Sanitas Hospitales y Hospiten, además de liderar equipos de servicios profesionales sectoriales en Deloitte, Kpmg, Grant Thornton y Mensor Consulting. Para Hernández, actualmente el sector de la salud cuenta con un buen respaldo gracias a la ayuda de los fondos europeos y planes específicos como el Inveat en España.

 

Pregunta: ¿Es capaz de sobrevivir el actual sistema sanitario en España?

Respuesta: En las condiciones actuales, no. Se necesitan cambios importantes, desde el punto de vista del modelo de prestación, como los costes sanitarios vinculados a la atención y al consumo de medicamentos. Hay otro gran reto de cara al futuro del sistema y es que no hay profesionales sanitarios, no se están formando en las universidades los que se requieren. En los próximos cinco o diez años prácticamente el 40% de los facultativos se jubilará. Si no solucionamos todo eso, el sistema se va a romper.

 

P.: ¿Cómo puede afectar la tan anunciada recesión a la marcha del sector?

R.: Destacaría otro elemento. La guerra en Ucrania está implicando el incremento de los costes de materias primas y de productos transformados. Los costes operativos de los hospitales, las compras o contrataciones externas se van a aumentar. Lo está sufriendo el sector de la salud, pero no va a ser uno de los más perjudicados, como sí el agropecuario, el hostelero o el industrial.

 

P.: ¿Respira tranquilo el sector, entonces?

R.: No se vería tan afectado. De todas formas, estaríamos en una recesión diferente a la que tuvimos entre 2007 y 2012, con una gran crisis de recaudación fiscal. Ahora los ingresos fiscales de las administraciones públicas están en máximos. Además, contamos con los fondos europeos o el Plan Inveat para mantener y renovar equipamiento tecnológico sanitario. No va a haber un impacto sustancial en la economía, sino que habrá determinados sectores que puedan verse afectados.

 

 

 

 

 

P.: ¿La salud continuará siendo un sector refugio?

R.: Efectivamente. En las pólizas de seguro no va a haber un impacto tan relevante, de igual modo que en el consumo de productos sanitarios o en el uso de servicios en clínicas, como por ejemplo en el sector de la reproducción asistida. El sector salud va a seguir con un nivel importante de operaciones y de consolidación.

 

P.: ¿Qué aspectos son clave para que funcione la colaboración público-privada en salud?

R.: Obviando el tema ideológico, ya funciona la colaboración público-privada. En los hospitales públicos casi todo está externalizado. Podemos valorar si la colaboración público-privada debe incorporar o no bata blanca. En el ámbito sanitario hay muchos modelos de colaboración que están funcionando desde hace tiempo.

 

P.: ¿La regulación es eficiente en el sector?

R.: Es útil a la hora de evaluar cuando hay un operador privado colaborando con la administración pública en la prestación de servicios. La contratación pública no es ágil por los niveles de control o tiempos administrativos. Tiene un amplio recorrido de mejora.

 

 

 

 

 

P.: ¿Cómo topa la regulación con los desarrollos tecnológicos?

R.: La administración poco a poco va evolucionando y también van surgiendo ámbitos de interpretación de la propia legislación mucho más flexibles. En algunos países europeos, la protección de datos vinculada a la identificación biométrica ya forma parte de un discurso totalmente superado. Con las apps tecnológicas para salud lo que falla es que no hay un ente propio que se encargue de la supervisión o de la acreditación.

 

P.: ¿Qué aspectos deben considerarse para mejorar la regulación en el sector?

R.: El entendimiento por parte de la administración pública de las nuevas tecnologías y de cómo integrarlas a la práctica sanitaria habitual. A partir de ahí, veremos si el ordenamiento jurídico se tiene que ajustar y cómo. Hay otros países diferentes a España en los que este asunto es más prioritario.

 

P.: ¿Cuál es el principal reto tecnológico que afrontará el sector de la salud en los próximos años?

R.: La atención no presencial. La tecnología tiene que estar en este ámbito porque no hay modelos globales de cada región. Otro reto para destacar es todo aquello que tiene que ver con la analítica del dato y la inteligencia artificial (IA).

 

P.: ¿Cuáles serán los retos del sector en los próximos años?

R.: La vigilancia epidemiológica en sanidad pública. La inversión en prevención en los próximos años será muy relevante porque el Covid-19 no va a ser la única pandemia y tenemos que estar preparados. La tecnología y cómo resolvemos el déficit de profesionales que tendremos a futuro, además de la medicina personalizada para tener mejores resultados en salud.