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Marc Güell (UPF): “Barcelona puede ser la referencia en ‘biotech’ en el sur de Europa”

El investigador en Biologia Sintética de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) considera que ecosistemas como el catalán todavía se encuentran lejos de otros como Boston o San Francisco pero, a su vez, “disponen de los elementos necesarios para consolidarse”.

Albert Cadanet

4 jul 2019 - 04:58

Marc Güell (UPF): “Barcelona también podría ser la referencia en biotech en el sur de Europa”

 

Marc Güell es investigador en Biología Sintética de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Graduado en Química Orgánica por la Universitat Ramon Llull y doctorado en Biomedicina, Güell fue recientemente galardonado con el Premio Nacional para la Búsqueda del Talento Joven, una distinción que otorga la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació. El ejecutivo, que también ha fundado las empresas Sbiomedic y eGenesis, señala que la capacidad de España para generar talento es “enorme”.

 

Pregunta: ¿El talento científico en España está suficientemente valorado?

Respuesta: Creo que sí. La ciencia básica avanza muy bien a pesar de los recortes de los últimos años. Por otra parte, la inversión privada en biotecnología crece de forma muy clara. Ahora bien, está claro que el porcentaje del PIB que se invierte en ciencia todavía es bajo. La industria privada cada vez se interesa más por la ciencia, pero todavía estamos lejos de Boston o California.

 

P.: ¿Qué puede hacer la Administración para mejorar esta situación?

R.: Aumentar el presupuesto es necesario, pero las instituciones también deben promover la transferencia de tecnología. De no ser así, pasará lo mismo que ha pasado con las grandes tecnológicas: las grandes empresas se encuentran en Estados Unidos, y en biotech vamos por el mismo camino. Finalmente, deben crearse incentivos para que los inversores privados inviertan. El sector está llegando a acuerdos de colaboración con otras empresas, pero muchas de las ayudas públicas que reciben no son a fondo perdido.

 

P.: España es uno de los países que lidera la fuga de talento en la Unión Europea. ¿A qué cree que se debe?

R.: Los centros de excelencia han hecho las cosas muy bien y siguen atrayendo talento. Ahora bien, las universidades y algún centro de investigación han sufrido recortes y les ha costado retener el talento. Por otra parte, cuesta convencer a los estudiantes para que hagan un doctorado. En una ciudad como Barcelona no tiene sentido pagar menos de mil euros a estudiantes muy formados y con notas muy elevadas.

 

 

P.: Los sectores vinculados a la salud cada vez ganan más relevancia. ¿En qué punto se encuentran exactamente?

R.: La inversión en biotecnología se ha multiplicado durante los últimos años. En Cataluña, por ejemplo, las empresas vinculadas al sector levantaron 106 millones de euros en 2018. Ahora bien, una sola ronda de financiación en Boston puede superar tranquilamente esta cifra. En números absolutos todavía existen muchas diferencias, pero tenemos los elementos necesarios para que el sector se consolide. Disponemos de una fuerte industria de valor añadido, centros de investigación de primer nivel y hospitales de gran calidad.

 

P.: A menudo se habla de Cataluña como el principal ecosistema biotech en España. ¿Cuál es su potencial?

R.: En investigación básica, Barcelona es una referencia en el Viejo Continente. En este sentido, Barcelona también puede ser la referencia en biotech en el sur de Europa. A día de hoy no se puede decir que lo sea, pero tiene todos los ingredientes que hacen falta.

 

P.: Además de ser investigador en la Universidad Pompeu Fabria, también ha impulsado empresas en Estados Unidos. ¿Cuáles son las principales diferencias entre el mercado norteamericano y España?

R.: Los americanos tienen una cultura del riesgo muy diferente. Si un proyecto es prometedor, los inversores se lanzan hacia él de forma mucho más desacomplejada. Creo que esto es clave en tecnologías disruptivas. No es casualidad que las grandes tecnológicas de las últimas décadas hayan nacido allí.

 

 

P.: ¿Qué podría aprender el mercado estadounidense de España?

R.: La capacidad para generar talento. Y el potencial sigue siendo enorme. De hecho, si dividimos la productividad científica de estos años con la cantidad de dinero que se han invertido en salud, creo que estaríamos en el top cinco a escala mundial.

 

P.: ¿Los americanos reconocen Barcelona como un lugar atractivo para invertir?

R.: Es curioso, pero las inversiones son bastante locales. La mayoría de gente conoce la ciudad más bien por su atractivo turístico. Creo que debemos trabajar más a la hora de comunicar estos otros valores a los inversores.

P.: Su caso es el de un investigador que también ha decidido emprender. ¿Faltan perfiles como estos en España?


R.: Cada vez hay más. La biotecnología se encuentra en un momento más maduro, y ahora pueden cumplirse muchas de las promesas que se plantearon en medicina biológica y, periódicamente, se aprueban nuevos medicamentos.

 

P.: Es evidente que el sector biotech avanza. ¿Qué debería hacer para que el crecimiento no se descontrole?

R.: Queremos una tecnología segura, que su uso sea razonable y tampoco queremos que el acceso a los medicamentos sea una fuente de desigualdad. Ya tuvimos la experiencia con los medicamentos del sida, que llegaron a quien realmente hacía falta muchos años después de ser inventados. Creo que el sector científico piensa más en esta cuestión social.