Entorno

Las empresas biomédicas reclaman incentivos fiscales al I+D adaptados a la realidad del sector

Desde 2013 que las empresas que invierten en I+D disponen de la monetización, una herramienta con la que pueden obtener transferencias monetarias equivalentes a la deducción que no se aplica una vez que se agota su cuota íntegra.

Las empresas biomédicas reclaman incentivos fiscales al I+D adaptados a la realidad del sector
Las empresas biomédicas reclaman incentivos fiscales al I+D adaptados a la realidad del sector
El sector salud debe enfrentar retos específicos relativos a la estructura de su ciclo de innovación para obtener bonificaciones fiscales.

Quique Badia

22 feb 2024 - 05:00

El sector biomédico reclama mejores incentivos fiscales para continuar siendo un motor de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) en España. La deducción en el pago del Impuesto de Sociedades en este tipo de inversiones es una opción cada vez más importante para el I+D en salud, pero este instrumento no siempre se adapta a la realidad de start ups y scale ups de este ámbito. ¿El motivo? Su ciclo económico, en el que las inversiones son muy anteriores a la generación de beneficios, hace que no puedan gozar de estos incentivos. Y su alternativa, la monetización del I+D, también resulta imperfecta.

 

Este instrumento, creado en 2013, permite deducciones hasta en niveles de cotización negativos: es decir, si una sociedad tiene un Impuesto de Sociedades cero y acredita una inversión en I+D sustancial, la administración tributaria podría abonarle en efectivo parte de la inversión realizada. El problema de este mecanismo, según alertaron la semana pasada algunos ejecutivos del sector en la asamblea de CataloniaBio&HealthTech, son las rígidas implicaciones para según qué empresas a la hora de acogerse a la medida.

 

Datos del V Barómetro Internacional de la Innovación de la consultora Ayming señalan que la financiación vía deducciones fiscales del sector salud será la opción del 50% de las empresas de esta área en España en 2024, 17 puntos más que en el año precedente. Ésta es una elección aparentemente natural. El marco fiscal español ofrece, sobre papel, ahorros de hasta el 70% en I+D. Pero voces del ámbito biomédico entienden que este mismo marco acarrea algunos problemas para ellos.

 

 

El sector salud debe enfrentar retos específicos relativos a la estructura de su ciclo de innovación para obtener bonificaciones fiscales. Javier Selva, consejero delegado de la patronal, señala entre estos retos a PlantaDoce aquellos relativos a que los tiempos de I+D en el ámbito biomédico son más largos, por lo que llevar productos al mercado y obtener beneficios exige más tiempo. Y en ese tiempo la estructura de la compañía puede cambiar, lo que deja fuera de algunas herramientas fiscales a un buen número de empresas.

 

Por tanto, sigue Selva, “medidas concretas a aplicar en el Impuesto de Sociedades pueden tener menos impacto, ya que pocas start ups generan beneficios a corto plazo, o si los obtienen, no lo pagan, ya que lo compensan con las pérdidas de los años anteriores”.

 

De entre las diferentes medidas enumeradas, algunos de los asistentes en el foro de fiscalidad previo a la asamblea de CataloniaBio&HealthTech destacan la mencionada monetización del I+D, un instrumento fiscal que puede ser una solución a las objeciones señaladas por Javier Selva para empresas con una tributación baja. Esto es así porque, en España, el conjunto de deducciones por I+D están limitadas a entre el 25% y el 50% de la cuota íntegra, resultante de la aplicación de gravámenes estatales o autonómicos a la base liquidable de una empresa.

 

No son pocas las compañías en el sector biomédico que, estando en fase de inversión o de expansión, tienen cuotas negativas o reducidas. Ante esta particularidad, la monetización lo que permite es requerir a la administración tributaria la devolución de todos los importes que no ha sido posible compensar por insuficiencia de cuota.

 

En concreto, esta herramienta permite aplicar deducciones fiscales del 80% para no incurrir en una doble imposición internacional. Y de esta forma, toda la deducción que quede por aplicar una vez agotada la cuota retorna en forma de transferencia monetaria.

 

 

Pero esta ventaja viene con peajes fiscales, advirtió en el foro de fiscalidad de la patronal catalana Mónica Sevilla, socia del departamento de derecho fiscal de Garrigues. Acogerse a este instrumento implica renunciar a un 20% de la deducción, y además exige algunos requisitos que pueden ser inalcanzables para empresas de estructura tipo start up, scale up o spin offs.

 

Estos son que la plantilla media dedicada a la actividad I+D no se reduzca en los siguientes dos años posteriores a la finalización del período impositivo en el que se realiza la solicitud del abono, que el importe dedicado a esta actividad no sea inferior al del período anterior y la obtención de un informe motivado sobre la calificación de I+D por parte de Hacienda.

 

También tiene que transcurrir como mínimo un año desde la finalización del período impositivo en el que se genera la deducción y sin que ésta se aplique, lo que puede imponer ciclos para la ejecución de la bonificación de cerca de tres años.

 

El primer supuesto puede ser problemático para aquellas empresas que externalizan parte su I+D trabajando de forma mancomunada con otras instituciones, como universidades y centros de investigación, una práctica habitual entre compañías emergentes. 

 

Sobre la pérdida del 20% de la bonificación al acogerse a la monetización, Mónica Sevilla concluye: “Es un buen incentivo para que obtengas liquidez, aunque pierdas un 20% de las deducciones, pues quizás nunca podrías aplicar las otras bonificaciones”.

 

En el mismo foro se planteó la necesidad de que, siendo el sector biomédico el que más innova después del automovilístico, se tenga en cuenta la estructura de su ciclo de innovación, muy dependiente de start ups y scale ups, para garantizar que el máximo de empresas posibles puedan acogerse a instrumentos como la monetización.

 

En cualquier caso, el apoyo público será clave en el desarrollo del mercado de la salud en 2024, según los datos de Ayming mencionados. El 58% de las empresas de este ámbito en España recurrirán a subvenciones nacionales o regionales para financiar su gasto de I+D en el presente ejercicio fiscal. Mientras que un 23% obtendrán sus fondos para este concepto de ayudas internacionales.